sábado, 26 de julio de 2014

II REPUBLICA. La Guerra II

                                 DICEN LOS VIEJOS,…. . . . . . . . .

            -“Dicen los viejos que hubo una guerra….” Así cantaba “Jarcha”, por  1976, . “Una guerra!” queq, aunque quedan supervivientes, desconocen la mayoría de los jóvenes o se tienen noticias erróneas. De ahí que recordemos.

            “Hubo una guerra”, porque desde siglos, por los avatares de la historia, en España existía un injusto reparto de la riqueza, que entonces era la tierra. Surgen, a finales del XIX,  los Sindicatos obreros, la mayoría de inspiración  “Marxista”. Se van enfrentando dos posturas antagónicas de entender la sociedad, no sólo en lo económico, sino también en lo religioso, la familia,  las costumbres, el orden social. Las izquierdas y las derechas.

            Lo repetimos: -“había poco y encima estaba mal repartido”. Después del convulso siglo XIX, y, desde sus finales aquel remedo de parlamentarismo Borbónico, no arreglaba la situación. La Dictadura de Primo de Rivera, un parche que duró seis años.

            Lo mejor de la intelectualidad, y de la política, personas llenas de rectitud moral, de convicciones democráticas, de la derecha e izquierda más moderadas, del centro,  piensan que, para modernizar el país, acabar con los excesivos privilegios de la nobleza, aristocracia y burguesía terrateniente, e incluso, ¿por qué no?, algunos de la Iglesia, llevar a cabo una justa reforma agraria, alfabetizar, luchar contra tanta ignorancia, era necesario acabar con la Monarquía e implantar una República.

            La radicalización de izquierdas y derechas en un clima de pobreza, hicieron fracasar las buenas intenciones de los moderados. Los ánimos se iban encrespando más cada vez. Todos, o casi, los obreros, jornaleros eran de izquierdas. Las derechas eran más heterogéneas: las formaban desde los pequeños propietarios rurales, hasta los terratenientes (escaso número, con peso político, pero no humano); profesionales de los oficios (también los había de izquierdas), clero, ejercito…

            Por los resultados electorales vemos que los efectivos humanos de la diestra y la siniestra eran muy parecidos. Pensemos en un 70% de población rural, pirámide poblacional de amplia base y poca altura. No era solo tener parcico de mulas, cachos de tierra, pequeña tienda u oficio, para ser de derechas. Eran también las ancestrales tradiciones y creencias religiosas, el orden, la familia, todo un poso de conservadurismo respetable. Estas bases campesinas, trabajadoras por cuenta propia, agrupadas en los Sindicatos Católicos, aceptaban, deseaban reformas sociales, auspiciadas, incluso por la propia Iglesia. La “Rerum Novarum”, por ej.

            De los tres grandes partidos de izquierdas: PSOE, FAI-CNT, PCE, dos y medio eran, con cierta razón, revolucionarios. El modelo, pujante y boyante, entonces, era el Soviético:- “Dar la vuelta a la tortilla”, abolir la propiedad privada, “hijos sí, marido no” (aunque en la práctica, la tradición familiar, aunque fuera por lo civil, el cariño de esposos, o de pareja (“amontonados”, según “los fachas”), e hijos se mantenía incólume.

            Continuaremos, en brochazos, señalando los nubarrones de aquel cuadro, no el plácido cielo, que intentan los sectarios hacernos creer que era.
           


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