martes, 1 de marzo de 2011

DAÑO

Hasta anoche no había sido capaz de leer el “Segundo TRANCO”, completo, y ya siento haberlo hecho. El señor Agente no ha podido emplearse más a fondo para hacerme todo el daño del mundo, para herirme. Una palabra me tortura “Pelusillo”. Tampoco la frase anterior tiene desperdicio:

“Hay personas a las que usted ha hecho mucho daño, y eso no se soluciona con bucólicas historias de ( ), y demás astracanadas en los tanatorios".

Está intentando de meter cizaña entre mí y una familia querida, a la que ningún daño he hecho ni tampoco ellos a mí.

Pero la frase que me ha herido más que si me clavan un puñal es la siguiente:

“-¿Cree que su actitud paternalista con los inmigrantes le hace admirado por ellos?. Debería usted caerse del guindo, y se asombraría de lo que piensan de usted de verdad las progenitoras de su querida “Pelusillo”, y de que haya contado esas historias tan samaritanas sobre ellas públicamente”.

¿Y qué tiene de malo que yo haya contado esas historias tan Samaritanas, entre círculos de amigos?. La historia del Samaritano, ¿ la contó éste o el socorrido?. ¿O los dos?. ¿O se enfadó el segundo de que la contara el primero?. Debería usted enterarse de mi "samaritanismo con ellas". Eso es Cristianismo o bondad, y no la parafernalia de las procesiones semanasanteras.


Espero que salga la madre de "Pelusillo", contando lo que piensa de mí.

¡Mayordomo del Cristo de las Injurias!. ¿No ve usted en mí a ese Cristo que usted está crucificando?.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Agapito, yo lei todo tú escrito antes de que lo cambiaras...
Alabo tú bondad y quizá por un calentón quisiste explicarte con todo lujo de detalles... pues necesitabas hacerlo.
Estas personas que vienen de fuera, son muy amables y simpáticas pero sólo buscan su propio interés, no les importa nada ni nadie, pues no tienen nada que perder.
El fin, justifica los medios. Es triste pero es así.
Un abrazo

Anónimo dijo...

"De todas las posibles reacciones ante una injuria, la más hábil y económica es el silencio".
Don Santiago Ramón y Cajal.

Agapito dijo...

Sí, ¡gracias por el consejo!, pero es que son muchas las injurias y las calumnias. Y llueve sobre mojado. Si hubiera habido un castigo cuando todas las anteriores, no hubieran seguido.

Fíjate que este señor Agente ya me había "puesto en mi sitio". Eso envalentonó más a mis escasos enemigos activos, y han seguido.

Yo, que en tanto me parezco, hasta en el temperamento a D. Miguel de Unamuno, ya he dicho, salvando todas las distancias, pienso como él: "que hay momentos en que callar es mentir, porque puede significar aquiescencia".

Es que las injurias, cuando D. Santiago, era verbales, o todo lo más en una prensa de escasa difusión y tenían un día de vida.

AL AMIGO O AMIGA DEL PRIMERA MENSAJE:

¡Gracias por tu elogio!. Efectivamente: tenía tal calentón que si no escribo reviento. Después hablé con la mamá y abuelita, y me dio pena. Ellas están o estaban, al margen de todo esto. Me dijo que no tenían internet. Por eso lo modifiqué quitando toda la historia, (a la que le faltaban muchos detalles).

Una cosa es que sólo busquen su propio interés y otra es, además del desagradecimiento, la traición.

¡Gracias a todos.!.