UN LASTRE PARA EL PUEBLO.

Dos situaciones le perjudican, restándole población.

Una: La no residencia de la mayoría de las personas que tienen, y deben, a este pueblo su puesto de trabajo: funcionarios educativos de Primaria y Secundaria, de la Sanidad, Judiciales, de la Junta; el colmo, del Ayuntamiento; empleados de banca, de alguna Cooperativa, de la Hostelería, por ej., el Alsa, (a quien regalamos los terrenos para fijar población, y viven la mayoría en Benavente)… Si recontamos llegaríamos a las ochenta personas que se desplazan a diario, desde el dicho Benavente, Zamora, Valladolid, incluso León, Salamanca, Astorga,..

No sé si algo se podría hacer. Puede, si acaso, propiciar la facilidad de vivienda, pero creo que ni aún así. Existen casas para Maestros, gratis, que nadie ocupa.

Dos: La especulación injustificada, el desaprovechamiento de un montón de casas, ruinosas en bastantes casos, y solares.

Admito la propiedad privada, pero no como algo sagrado, intocable, sino siempre que cumpla una función social.

Pues bien: existen propietarios, normalmente herederos absentistas, quienes al no necesitar el dinero, si tienen alguna oferta de compra, piden verdaderas barbaridades, inasequibles para la demanda, para el poder adquisitivo de los posibles compradores, para la economía real del pueblo.

Ello frena el asentamiento de alguna joven familia, por ej.: citados trabajadores de la hostelería que encuentran, a quince minutos de autovía, viviendas más asequibles; labradores y ganaderos de aldeas próximas que prefieren vivir en la villa si encontraran un solar a normal precio para construir su chalé; jubilados emigrantes que les gustaría volver al pueblo, como han hecho otros tantos…

Este segundo mal señalado sí que tendría remedio si existiese voluntad política municipal:

1º.- Agilizando expedientes de derribo de todas las ruinas, llegando, si es necesario, hasta la expropiación.

2º.- Imponiendo importante recargo sobre el IBI de toda finca ociosa, solar, vivienda no ocupados. Recargo que cesaría en el momento de ser, utilizados, habitados, aunque fuere un mes al año.

También podría el Ayuntamiento promover la utilización del enorme solar del llamado “Sindicato”. Salvo el edificio principal con fachada a la Plaza de San Nicolás, restaurado por la Junta, gracias a Pablo Román Allende, que, para actos sociales y cofradías, alguna utilidad presta, el resto ninguna. El enorme patio, está baldío, y el almacén-panera de la Calle Real está en ruinas.

Esa finca es propiedad de una Asociación Agrícola, (por la edad de los afiliados supervivientes, lo debería ser de jubilados) desaparecida en la práctica, puesto que ningún tipo de actividad realiza: ni reuniones, asambleas, renovación de Junta Directiva,… . Nada de nada. No sé quien paga el IBI, luz, tasas municipales, a pesar de mi pertenencia, sobre el papel, a esa Asociación.

Estas ideas, mejor que llevarlas en el programa municipal, para las próximas elecciones, a lo que ningún candidato se atrevería, es mejor las ponga en práctica, cuanto antes los que aún gobiernan, aunque todos esperamos que sigan.