miércoles, 7 de julio de 2010

LOS PASTORES DE MI PUEBLO.

Los que tienen los apriscos, naves, cabañales, aunque en el extraradio, dentro del casco urbano, están algo asustados.

Han venido los del SEPRONA pidiéndoles documentación y haciéndoles advertencias. De momento, que yo sepa, denuncias, en estos días, a ninguno han puesto.

En la presente legislatura se han legalizado todas las explotaciones. Todos tienen los papeles en regla, pero, a pesar de los adelantos, no pueden controlar los esfínteres de corderas, cancinas, borras y sobreborras; nadie sabe por qué, dispuestos a la relajación, a la apertura, tanto los de recto, como los de uretra, cuando van a cruzar una carretera. Por ello, las cagalitas son inevitables por "Las Cercas de San Miguel", la calle Magdalena, Carretera de Quintanilla, Arco de San Andrés.,.... .

Parece ser que algún vecino, o vecina, se ha quejado. Por eso han venido los del Seprona.

CONSIDERACIONES:

1ª.- Mi gran aprecio y respeto por el Servicio de Protección de la Naturaleza, de la Guardia Civil, SEPRONA. Aprovecho para aclarar: ¡JAMÁS HE DENUNCIADO ANTE ESTOS AGENTES A VECINO ALGUNO DE LA VILLA!.

2ª.- Villalpando es un pueblo rural, agrícola, ganadero. El ovino es nuestra principal riqueza. Unas cuarenta familias, en 23 explotaciones, viven de las ovejas directamente, más todos los empleados de la Campos-Tera, C.P.O., Cooperativa de Campos, Quesos BAB,... . Hemos de ser tolerantes, comprensivos. Y si hemos de barrer la portalada, como hacía Teodoro "Carnaval", todos los días, y hacen las familias de los ganadereos de "Las Cercas" y de la calle Olleros, ¡pues no pasa nada!. Y tampoco si pisamos cagalitas o huele un poco a oveja. Los de las capital soportan la contaminación de coches y fábricas, que es peor.

3ª.- Sabemos que el alcalde se ha preocupado por las advertencias de los Agentes del Seprona a ciertos ganaderos, manifestándoles su comprensión. Pensamos que el Ayuntamiento, dentro de sus competencias, debe protegerlos. Primero, si es posible, impidiendo denuncias, si llegaran a producirse; segundo, barriendo esas zonas de paso de las ovejas. A lo mejor ha llegado el momento de comprar una pequeña auto-barredora.

Creo que es mejor tener la fiesta en paz, poniendo todos buena voluntad, que pasa, en primer lugar, por practicar una obra de caridad: -"Soportar con paciencia las debilidades y flaquezas de nuestro prójimo", aunque esas "debilidades y flaquezas" sean de esfínteres ovejunos, que no son prójimos, pero sí los dueños.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

hola Agapito,que tal? y que te parece que el pastor cambie la burra por el coche,y te encuentres en la carretera con el rebaño y el señor pastor no te aparte amablemente el ganado? eso es ,comodidad? morrro? chuleria? o como quieran llamarlo ,pero ami me parece que es una falta de respeto que el pastor valla tan tranquilo y ni se apee del coche ni tan siquiera para pasar la carretera.

Agapito dijo...

Sigo insistiendo en la tolerancia, en ponernos en el lugar del otro.

Ese señor pastor que va en la furgoneta, se ha levantado a la siete, ha ordeñado trescientas ovejas, está cansado. Y eso lo hace todos los días del año. Todos los años de su vida. Para mí eso merece un respeto imponente. Y si tengo que esperar un minuto a que pasen las ovejas, no pasa nada, salvo que me duerma, si empiezo a contarlas.


¡Por favor!: no seamos tan tiquismiquis, pensando siempre en nuestro "ego", en nuestros "derechos".

Recibe mi saludo afectuoso.

Anónimo dijo...

En defensa de los pastores de mi pueblo.

Escribe:

Antonio-Isidro de Caso Crespo (hijo de Patifus el pastor de los chicharros)


La acogida de las ovejas por las calles de mi pueblo es el acto más espectacular jamás visto cuando estoy dando una vuelta por las calles de mi pueblo. Los pastores de Villalpando, especiales ganaderos, comandan con orgullo su rebaño ante la expectación de todo forastero y emigrante que va a pasar las vacaciones en verano.

Los saltos de las ovejas, los gritos, silvidos de los pastores, la polvareda, los perros, los carneros, la burra, las cagalitas incluidas, hacen que durante unos breves momentos, retroceda en el tiempo y viva las épocas mejores tal como eran, BONITAS.

Una salva de emoción brota espontáneamente en mi corazón, acordándome de mi especial padre (“patifus” el pastor de los chicharros).

A pesar de la contribución crucial de los pastores en la conservación de los ecosistemas frágiles del planeta, en este país no están recibiendo la necesaria atención y apoyo.

Las Familias que se dedican al pastoreo han sido el prototipo de pastores a soldadas y autónomos, (los menos, "asalariados"), de más raigambre en Villalpando. A merced de los diversos dueños de ovejas, con su trabajo y honradez y con duras climatologías sobre todo en invierno, solventando todo tipo de dificultades, sacaron adelante a sus familias, en tiempos muy difíciles. Durante toda su vida de pastores, recorrieron innumerables veces las cañadas y llanuras de mi pueblo Villalpando, donde la mayoría de sus hijos pasaban los duros inviernos y calurosos veranos en compañía de sus padres, cooperando en la vida pastoril.

Ahora son objeto de discriminación y exclusión social. En algunos pueblos estamos siendo desposeídos de los recursos naturales, inducidos o forzados a la sedentarización y al desplazamiento, limpieza étnica y etnocidio, en violación directa de los derechos humanos, y como consecuencia de conflictos y políticas, leyes y programas de desarrollo adversas y mal diseñadas.

Estas políticas y cambios aumentan la pobreza, fuerzan a la migración y privan a nuestros pueblos de sus bases de subsistencia, valores culturales, espiritualidad y dignidad.

Los pastores no disfrutan de los mismos derechos en cuanto a acceso a la educación, salud y otros cruciales servicios e infraestructuras. Se les excluye de un acceso justo y un control sobre los mercados, información y conocimiento que son necesarios para su bienestar y desarrollo, y son marginados del campo político.

JOOOOOOOOOODER YA ESTA BIEN “QUE MOLESTEN LAS OVEJAS” Y A TODOS NOS GUSTEN LOS QUESOS DE ALONSO BARIEGO.

Agapito dijo...

Las ovejas de los Chicharros tenían su cabañal en la casona de frente a la farmacia. Entraban por la Plaza de San Nicolás. Todos los hatajos estaban dentro del pueblo, en la misma casa en que vivía la familia del pastor. Pegando a la tuya, y a la mía, estaban las ovejas de Floreal, las de Luis Mazo, las de Los Curreros. ¡Y no pasaba nada!. Si es que ahora la gente se está haciendo tan fina.

¡Gracias Isidro-A. por tu aportación.

Anónimo dijo...

¡¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!!

Anónimo dijo...

Buenas tardes, gracias Agapito x tú defensa y apoyo a nosotros LOS GANADEROS, Y NO PASTORES Q ES SU VERDADERO SIGNIFICADO.
Me hace muchisima gracia un anonimo q no sabe poner su nombre x si acaso se enemista con algun vecino ¿vale? ¿tambien molesta q el señor ganadero vaya en su furgoneta? aaaaaaaaaaaa entonces no solo son las ovejas las q molestan, tambien q el señor ganadero vaya relajado,
Es triste q en un pueblo ganadero haya personas q viven en el en él se incomode hasta el punto de poder crear un conflicto social, hacia un sector como es el ganado ovino que hoy x hoy es el único sector q proporciona puestos de trabajo, como se demuestra q hay diversos puestos de trabajo en, cooperativas, fábricas de queso,etc,
Nunca encotré la explicació de xq esta terrible mania al hacia este sector x parte de lagunas personas, que tendrian q hacer memoria q muchos años atras gracias a estos animales muchos sobre vivieron a una ambruna terrible q nuestros mayores conocen, aquellas personas q retornan en vacaciones, q se den cuenta q retornan a un pueblo agricola y ganadero, y que los q vivimos permanentemente en el ponemos todos los medios a nuestro alcance para q tengan las menores molestias posibles.
Por otra parte quiero decir que muchas de estas personas q se sabe quienes son tienen familia directa q trabajan y comen de las ovejas(SEAMOS TODOS UN POCO MÁS COMPRENSIBLES)MAXI, P.G.

Anónimo dijo...

De cualquier manera lo de Seprona, o lo de quien dicta la normativa es para hacérselo mirar. Muchas cosas no tienen ni pies ni cabeza. Y voy a poner un solo ejemplo: Soy ganadero de vacuno en extensivo, me oligan a sanear de brucelosis y tuberculosis dos veces al año, y si me sale un animal positivo tengo que hacerlo cada dos meses, creando a la explotación una serie de limitaciones, como por ejemplo no poder vender ganado para vida con el perjuicio económico que eso conlleva, y hasta aquí todo podría ser hasta entendible. Pero resulta que mi explotación está en contacto con lobos, jabalís, ciervos, corzos y demas animales portadores de infinidad de enfermedades, que mientras no desaparezcan, o sean encerrados en fincas cerradas y sometidos a las mismas normas sanitarias que vacas y ovejas, será imposible erradicar dichas enfermedades, y ahí ni el Seprona, ni quien hace la norma tienen nada que decir. Y mientras los ganaderos saneamos, corremos con los perjuicios económicos que supone para la explotación que salga una res positiva, el foco de la enfermedad seguirá ahí mientras no se tome alguna decisión y se sometan a las mismas normas sanitarias los corzos, ciervos, jabalis, etc., etc., etc.

Agapito dijo...

¡Qué sorpresa tan agradable Maxi!.

Con tu intervención en el blog rompes estereotipos. ¡Que se entere la gente que muchos PASTORES (hay que decir la palabra con orgullo, sin complejos, en lugar del eufemismo "ganaderos") sois personas cultas. Tenéis la sabiduría ancestral del oficio, heredada de vuestros padres; os cultiváis a diario con la radio, las lecturas, la conversación. Con tu hermano y contigo da gusto charlar.

Pero yendo "al consonante" de las "molestias" ovejunas: supongo no haya vuelto a haber advertencias, y menos, denuncias.

Contad conmigo "a muerte" para defenderos.

¡Un abrazo!.

Agapito dijo...

Amigo "ganadero de vacuno en extensivo" (¡lo siento!, a ti no se te puede aplicar la bella palabra de pastor), ¡gracias por utilizar esta bitácora para exponer tu queja!.

Las tres explotaciones de esas características que hay en el término, más la próxima del "Monte Mata", a mí me enorgullecen. Lo aireo cuando tengo ocasión. Disfruto viendo pastar a las moruchas en el "Valle". Son las que veo casi a diario, pero igual con las de la dehesa y "El Coto". Sois una enorme riqueza. Estáis generando ocho o diez puestos de trabajo. No hay derecho a que os persigan así.

Esto es la leche. A los ganaderos os axfisian a papeles y exigencias. Yo ignoraba que la fauna salvaje fuera portadora de gérmenes de brucelosis y tuberculosis. ¡Dificil asunto!. ¿Cómo vacunar a los lobitos, jabatos y jabalís?. Como ello no es posible, al menos, que disminuyan las exigencias sobre las vacas.

Eso es competencia de la Consejería de Medio Ambiente. ¡Uníos, exponer razones, protestar, reclamar,...!. Airear vuestro problema en los "medios". Ejercer medidas de presión, si es necesario.

Se me está ocurriendo una: juntar unas cuantas reses de las tres ganaderías extensivas, y meterlas en la plaza algún día de San Roque. A mí, si me dejáis un caballo manso, ya voy con vosotros. Darías espectáculo, podía formar parte del programa festivo, y tendría una enorme repercusión mediática. A grandes males, grandes remedios.

Y estoy cuerdísimo. Lo que pasa es que para liberarse de esta tiranía de los políticos leguleyos es necesario, con la razón, echarle cojones.

Un saludo cordial.