viernes, 8 de enero de 2010

TERRIBLE, TERRIBLE.

Después de escribir sobre los "Reyes" de mis nietos, he de hacerlo de otros nietos que, de golpe, por culpa del "hachazo visible y homicida de la carretera" , del "empujón brutal de la descontrolada inercia", se han quedado sin abuelos.

Venían a traerle los "Reyes" a las niñas de Ángela, a comer con ellos. Entre el "malecón" y "la caja" del Valderaduey, aplastados, quedaron cuatro vidas, de personas, aunque mayores, gozosas de vivir, y los juguetes.

Me encontraba con Amós, por Villalpando, paseando a sus nietas, a veces con Paco. Echábamos un parlao. ¡Total!:, en casa de Cossio, hace más de 50 años, conocí a su padre, el viejo Amós, a su hermano Gaudencio, que murió joven: tratantes, ganaderos, labradores.

Desde hace años, me une gran amistad con su hijo Alberto. Su yerno Ángel, es hijo de otro amigo difunto: Antonio Pérez. Las niñas son compañeras de mi nieta en "el cole". Entre los pocos que vamos quedando en la Comarca, los vínculos son cada vez mayores.

La gente de Villalobos está consternada: ¡otras dos casas que se cierran, de golpe!. La de Ángela, en la plaza, donde, en la portalada, en el buen tiempo, sacaban las sillas y se formaba tertulia al fresco. ¿Y quién cuidará el caballo y los galgos de Amós?. ¿Y qué abuelos le daran caricias y ternura a estas nieticas?.

Humanamente, ¡terrible, terrible!.

Alberto, Ángela, Jesús, Carmen, vuestro dolor, a mí, a toda la comarca, no nos es ajeno. Que eso, amigos, en algo os pueda confortar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mi pesame a la familia, desgraciadamente a la otra punta del pais me ha llegado la noticia.