miércoles, 6 de enero de 2010

LOS REYES.

Al lado de la casa vieja, en la que vivimos Sara, servidor, y Álvaro, hay otra, más nueva, en la que viven, nuestro hijo Jesús, su esposa Cristina y sus peques Inés "La Princesita", de cuatro recientes años, y Edu, "Pelopincho" de 18 meses, "el artista".

Estos felices días los pasa aquí Sara-Belén, con los dos críos. Su marido, sevillano, regresó al trabajo. El sábado volverá a buscarlos.

Ejerciendo de abuelo clásico, prepárense a los elogios en la descripción de mis nietos:

"La Princesita" es una cría encantadora: desde chiquitina me pedía le leyera cuentos, también le encanta que se los cuentes, aunque he de tener tacto porque es muy sensible y miedosita. Le encanta "pintar" y "dibujar". Su estilo es mitad figurativo ("Picassiano"), mitad abstracto. Aun le quedan rasgos de su graciosa media lengua. Es muy cariñosa, al tiempo que "disponedora" y "barajanta".

"Edu" (de Eduardo, abuelo materno; no le iban a poner Agapito), "Pelopincho", agarradito de la mano, andaba a los once meses. Ahora tiene 18. Es zurdo "cerrao". Corre, trepa, se tira, chuta, con la zurda, "escribe", sobre el folio de su hermana, con la zurda, a puño cerrao. En la comida familiar, señaló, uno por uno a los catorce comensales. Su pelo, rubiejo e hirsuto, su nariz chatilla, sus ojos azules, un poco achinados, sus "diminutas ferocidades" cuando se ríe, le dan una graciosa cara de pillo.

"Nacho", que nació con casi cinco kilos, es un torete. Tiene 3 años. No tenía dos, verano de 2008, cuando surcaba la plaza cual intrépido motero, quemando punta de zapatos en las frenadas. Conoce los números y las vocales. Debe tener una rica vida interior, porque no me hace "ni puto caso", pero cuando menos lo esperas te sorprende con cosas de niño mayor. A veces se deja dominar por su prima, pero, niño de guardería desde los cinco meses, defiende su territorio, a guantazo limpio, si es necesario. La dulzura de su madre suaviza ese vigor físico.

¡Y el pequeño!: Rodrigo. Imposible describir todo lo que sentimos por este niño. Pasados sus primeros meses tristes, anda por el once jubiloso mes. Sevillano, como Murillo, no hubiera sido éste capaz de pintar un angelote más bonito: blanco sonrosado, ojazos azul cielo claro, pelo rubio color mies dorada. Es un niño de postal. ¡Y más dulce y sonriente....!.

Descritos los cuatro destinatarios de los Reyes Magos, ¡Imagínense el ambiente del despertar en la casa de al lado...!: la admiración de la "Princesita" mostrándome los regalos; la laboriosidad de Nacho, queriendo instalar las "vías y el "ave"; la actividad de "Edu", intentando desmantelar y apropiarse de las citadas vías y algún vagón; y el reptar de Rodrigo, hacia el "mogollón", intentando participar en la fiesta.

Ahora, s.D.q., seré yo quien escriba a Los Reyes, pidiéndoles regresen a llevarse algún juguete, a estos a todos los niños: ya no les caben en casa.

2 comentarios:

Agapito dijo...

ANTONIO-ISIDRO DE CASO CRESPO me envía la siguiente felicitación que, con su permiso, copio del correo electrónico.

¡Buenos días, amigo!.

He estado fuera estas Navidades y solamente he ido un día al pueblico, por cierto....no te vi tomando el vinico, fui a ver a mi pobre madre a la residencia.

He leído tu blog y siempre me impactas con tu estilo expresivo e informativo, veo que hablas de tus nietos desde la realidad, la perspectiva de la sensibilidad, que supone proponer, conocer desde lo vital, no sólo desde lo racional o profesional de haber trabajado toda la vida en lo didáctico.
Conociéndote como hombre y como persona has tenido que poner una mirada que se orientaba hacia un ángulo más o menos amplio, para describir a tus nietos, ese "pelopincho"....
En tu estado de conciencia abarcable, donde la estructura y la vida emergen en tu delicadeza de columnista, se percibe integralmente, sin divisiones, ni tapujos hacia tus nietos. Seguro que has dado con esa mirada experta permitiendo encontrar siemprte la unidad familiar que expresas de igual manera en tu vida de ciudadano, proyectando de ese modo tu complejidad de un buen abuelico. ¡Qué pena no haber tenido yo uno así....!

Feliz Año Nuevo.

Un abrazo.

Antonio-Isidro de Caso.

Agapito dijo...

¡Muchas gracias Isidro!: Muy rerconfortante tu comentario.

Siento no haber coincidido ese día contigo en el "vinico". Muchos días no salgo, ¿para qué?, si la media docena de habituales de los resiodentes en el pueblo de to la vida, no me interesan, nada me aportan.
No obstante, tu sabes, soy persona sociable que a nadie niega el saludo, a no ser que estén siempre intentando joderme; a nadie niego una sonrisa o una ayuda. A veces, a media mañana, cuando salgo a gestiones, tardo en volver. Me encuentro con uno, con otro de la comarca, y de la villa, y la empalmammos
¡Gracias por valorar mi calidad humana!. No la ando blasonando. Ahí están los hechos. Y si la traigo a colación es como réplica a tanto intento de difamación de que he sido víctima. A una provocación, e insulto por detrás, del que me enteré al momento, recientes.
Quiero que sepas, no obstante, la gran cantidad de buenos amigos/as que tengo dentro (la mayoría) y fuera del pueblo. Sólo me quedan dos provocadores patanes, semianalfabetos.
Son dos carcas de "cerrado y sacristia", que inconscientes, por su bajo nivel intelectual, y su alto en maldad, de su ínfima categoría humana, cuando consiguen que alguien les escuche, sobre todo uno de ellos, suelta su letanía de infundios y falsedades de baja estofa.

Se juntan en el "vino" (¡alternar!: ¡fíjate qué bobada!) para contarse sus respectivas batallitas marraneras, en las que ellos son los más machotes. Como no sea de ser garrulos y malas personas no sé de qué pueden presumir.

Otro peligro, cuando salgo tarde, es encontrarme con Varo, por ejemplo, ponernos a hablar de historia, de literatura, de sociedad, de la vida, y llegar a comer a las cuatro. ¿Serían capaces estos de la carcundia de escuchar y entender una de estas conversaciones para bajarse del pedestal de la ignorancia en que se autoencumbran?. Tampoco saben utilizar este gran medio de cultura que es internet. Uno de ellos, después de no sé cuantos años de estudio, aprendió a leer. El otro, ni eso. No han leído un libro en su vida.

Perdona amigo Isidro que, a propósito del "vinico", haya aprovechado para el desahogo. Sé que tú, persona de origen humilde en lo económico, si bien aristócrata en lo humano, (tu padre era así), hecho a ti mismo, compartes conmigo la crítica a estos arcaicos excrementos de la sociedad pueblerina.



Un abrazo.