martes, 8 de noviembre de 2022

UN ARTÍCULO DE BÁRBARA PALMERO QUE MERECE SER LEÍDO.

 


Descripción: Bárbara Palmero

BÁRBARA PALMERO

Ganadera, escritora y exalcaldesa de Prado

Por el cambio

Que 40 años no es nada lo demuestra el hecho de que el rural sigue existiendo en función de las necesidades urbanas: el silo ha dado paso a las macro-renovables

05·11·22 | 07:00

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Cuando el río suena, agua lleva, dice el refranero. El problema deviene cuando no queremos escuchar el ensordecedor rugido del agua, porque no queremos molestarnos en extraer conclusiones de un indicio que pinta feo. Para qué perder el tiempo pensando.

Por el cambio

Sobre todo, ahora que la Liga se ha puesto interesantísima, con ese Sevilla en puestos de descenso y el Real B ganándolo todo. Además, dentro de nada empieza el mundial de fútbol financiado por los jeques que financian a los terroristas de Hamás con una mano y con la otra firman los Acuerdos de Abraham.

Aparte de pintar feo, el indicio es tan evidente que hasta los rebaños y la fauna salvaje se han dado cuenta. Resulta que Bill Gates, el dueño y señor del sistema operativo Windows, y uno de los tipos más ricos del mundo, se ha convertido en el mayor terrateniente de Estados Unidos.

No solo eso. Resulta también que, Jeff Bezos, el todopoderoso amo de Amazon, también se dedica a comprar tierras cultivables a lo largo y ancho del planeta. Tres de tres: otro rico, el jefazo de la CNN y magnate de la comunicación, Ted Turner, no se queda a la zaga. Y al igual que los anteriores, y otros muchos multimillonarios, anda como loco acaparando tierras de labor por aquí y por allá.

Las cifras dan más miedo que el reciente festival de cine de terror de Sitges y las terribles imágenes de la celebración de Halloween en Seúl que ha acabado en tragedia juntos. Sólo el 1% de los propietarios de tierras controlan ya más del 70% de los suelos cultivables de todo el mundo.

Contra Bill Gates se han pronunciado pequeños granjeros y hasta The Red Nation, la organización de resistencia indígena de los nativos norteamericanos. Porque utiliza su información privilegiada para hacerse con las tierras más productivas al mejor precio, lo cual es moralmente reprobable.

Los ricos se dedican a comprar suelo cultivable por todo el planeta, en previsión de una futura falta de alimentos

Aparte de que, gracias al filántropo usurero, ni el presidente Biden puede seguir cumpliendo con la devolución de las tierras robadas a sus antepasados, ni los jóvenes indígenas pueden acceder a tierras cultivables con las que labrarse un porvenir, formar una familia y sacar adelante a los hijos. Repito, moralmente reprobable, por muchas limosnas que reparta luego.

He terminado de leer el libro Las Cosechas del Futuro, de contenido altamente inquietante. En él, la periodista Marie Robin recuerda la anterior crisis alimentaria de 2008 que desembocó en revueltas del hambre por todo el mundo. Y alerta sobre la hambruna que está por venir. “Es capitalismo en estado puro, aquí es donde se hacen los millonarios. Creo en el mercado, porque siempre tiene la razón. Ha pasado la época de los alimentos baratos”. Quien así se expresa, es un corredor de bolsa de materias primas que opera en el Mercado de Futuros de Chicago. Uno de esos depredadores, a los que la autora denomina los productores del hambre.

La especulación con las materias primas empezó antes. Pero fue a raíz de la crisis de 2008 cuando los fondos de especulación fijaron su atención en el apetecible comercio de materias primas. Hasta acabar transformando la natural compra-venta de productos alimentarios en un mercado financiero.

La próxima crisis alimentaria no será una fatalidad, debida a otra mala cosecha o una nueva guerra, como sucedía en el pasado. En el siglo XXI, las hambrunas son un abominable juego. En el que unos cuantos poderosos, compran y almacenan cosechas, reteniéndolas a su antojo, para luego fijar al alza el precio del pan y el bol de arroz de los pobres. Con un único objetivo: intentar satisfacer su insaciable sed de beneficios.

Dinero atrae dinero. Por esta razón, Bill Gates y otros ricos llevan tiempo comprando tierras y más tierras de labor. El gran hombre que nos ha vendido la milonga de una tecnohumanidad hiperdigitalizada y la vivienda domótica se dedica a producir cebada. El mismo que nos quiere vender la filfa de la carne fabricada mediante impresoras 4D ara la tierra para sembrar avena y centeno.

Piensa mal y acertarás, reza otro refrán.

Los propietarios de tierras de labor en Zamora ceden las suyas para instalar placas solares, que son pan para hoy y hambre para mañana porque desertizan el suelo convirtiéndolo en infértil

Ahora que los más ricos de entre los muy ricos, se dedican con frenética voracidad a acaparar terrenos cultivables a lo largo y ancho del planeta, en previsión de la próxima crisis alimentaria galopante, en Zamora, los propietarios de tierras de labor están cediéndolas, a cambio de cuatro perras, a compañías energéticas para la instalación de placas solares. Unas placas solares que son pan para hoy y hambre para mañana. Porque son acumuladores de energía, generan altísimas temperaturas, y terminan erosionando el suelo y volviéndolo improductivo.

Otro libro muy recomendable: El Hambre en el Mundo explicado a mi Hijo, del sociólogo y ex político suizo, Jean Ziegler. En el que este antiguo relator de la ONU documenta cómo el objetivo de la industria agroalimentaria siempre ha sido el de acabar con las granjas familiares. En Zamora damos fe de ello.

Lo dice La Biblia: “Más vale adquirir sabiduría que oro. Mas vale adquirir inteligencia que plata”. Proverbios 16:16. Aunque en el caso de Bill Gates da igual, porque además de filántropo usurero es agnóstico, es decir, no tiene intención de creer mientras la Ciencia no demuestre que Dios existe.

Con Ciencia o sin ella, Dios existe, va con los buenos, y ningún rico lo es.

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Otra noticia muy importante en La Opinión de hoy:

Medio Ambiente rechaza un proyecto fotovoltaico entre Muelas y Almaraz

El informe de impacto ambiental considera que la planta, durante su construcción, afectaría a la cigüeña negra y a otras aves protegidas.


   Mi comentario: Que piensen  lo que va a ocurrir con los proyectos en la zona con mayor densidad de avutardas de Europa.


    Otra noticia buena:     

Los productos de Tierra de Campos triunfan en BioCultura

La seña bermeja, presente en la gran feria en IFEMA

·        A


5 comentarios:

Maestro dijo...

Con el debido respeto:

¿En qué está basado el afirmar que las placas solares desertizan el suelo?

El barbecho químico (ecoesquema PAC23/27) por ejemplo secuestra carbono (grandísima mertira pues el ciclo del Carbono está bastante claro) pero en cambio una tierra con placas, entre las cuales no labro sino que siego o trato con glifo "desertiza".... increible...

Y lo de 4 perras, es una ofensa para un pobre maestro con 8 trienios y 4 sexenios que no llega a 2000 Euros....
Esas cuatro perras, que en mi pueblo son sobre 800 €/ha hace que un capital de 40ha se lleve 32000 €.... que evidéndetemente para los del tractorazo supra automático + mega máquina de SD turbodigital será una miseria pero para el maestro que tiene que aguantar sus 6 horas todos los días sea gloria bendita

Administrador dijo...


Querido compañero: ¡Gracias por tu mensaje! Te aclaro:

a).- No soy yo quien afirma que las placas solares deserticen el suelo, y las demás afirmaciones, sino la autora del artículo, con algunos de cuyos puntos de vista coincido.

b).-El barbecho, ni el químico, ni el no químico, secuestran carbono. Sí en cambio las leguminosas, y las bacterias nitrificantes de las que he hablado.

c).- Cierto que no son "cuatro perras" lo que pagan por el arrendamiento de los terrenos para placas solares, y no 800 euros/Ha. sino mucho más. Tenemos arrendadas, varios propietarios, ciento y pico Has. a 1.700 euros/Ha. Con otra empresa se están arrendando terrenos a 1.100 euros/Ha.

d).- Hace más de un año que hemos hecho los contratos y todo está parado. Iberdrola está taponando todos los proyectos.

e).- Habrás leído la noticia: "Medio Ambiente rechaza un proyecto en Muelas del Pan", a causa de la cigüeña negra. Pienso que en "Tierra de Campos" y tan cerca de Villafáfila va a ocurrir lo mismo.

f).- Tengo muchas dudas sobre la instalación de huertos solares en miles de hectáreas de tierras de labor de buena, regular y mediana calidad.

Maestro dijo...

En relación al punto b), las leguminosas, como el resto de las plantas por cierto, transforman en CO2 atmosférico en C orgánico, que cuando mueran, volverá a ser mineralizado y transformado a CO2 por los microorganismos del suelo. (polvo eres y en polvo de convertirás)

La peculiaridad de aquellas es que son capaces de fijar N2 del aire a través de los rhizobium de sus raíces (en las lentejas se ven perfectamente)

f) Yo no tendría ninguna duda. 1700 €/ha son a precios de hoy casi 5 toneladas de trigo, una media inalcanzable en Tierra de Campos.

Administrador dijo...


¡Sí, hombre sí!: Gracias por tu comentario. Cuando escribí carbono me refería a nitrógeno.

Ounto b).- Es de cultura elemental saber que todas las plantas, desde una brizna de hierba, hasta una secuoya gigante, con sus partes verdes, en presencia de la luz solar, fotosíntesis, fijan carbono mineral de la atmósfera, y al unirlo a las sales minerales que toman del suelo, forman la materia orgánica de que nos alimentamos, a la vez que descarbonizan la atmósfera. No debemos olvidar que las plantas también respiran, por tanto compiten con nosotros en la absorción de oxígeno; aunque el balance es muy positivo: liberan más que toman.

f).- Claro, hombre, que en un principio atrae mucho lo de los 1.700 euros Ha. Son otras cuestiones medio ambientales, demográficos rurales, del inmediato (por lo que espero conocerlo) futuro en materia energética. Decisiones políticas sometidas al cambio.

Ayer fui a Valladolid por Rioseco. Aquello, en la ladera y arriba del páramo es un bosque de generadores eólicos. Soy más partidario de éstos. Ocupan mucho menos tierra por kilowatio generado.

Administrador dijo...


Resumiendo: Disfruto más con un buen campo de trigo, girasoles, maíz o remolacha que con uno de paneles fotovaltaicos.