jueves, 22 de marzo de 2018

EL TIMO DE LA ESTAMPITA Y, ADEMÁS, LA PORQUERÍA.



      Como ven por el título ahora ya  sí me pronuncio sobre las macro y no tan macro granjas, no solo de porcino,sino de pollos, de chotos, vacas de leche, etc.

      ¡Claro!: el problema viene de atrás, de cuando se desmanteló toda aquella infraestructura ganadera que, pasada la emigración fuerte de los años sesenta, retuvo todavía a gente en los pueblos, de los que salían cada semana miles y miles de lechones, millones de litros de leche de vaca y puede que tantos de oveja, amén de lechazos, etc, y camiones de estiércol para los parameses. Se perdió toda aquella riqueza en aras de la "competitividad" para hacerse unos pocos los amos del mercado.

     ¡Qué bien se lo han montado ahora las grandes empresas, con ayuda de la Junta..!

     Se entiende mejor con un ejemplo concreto: vamos a suponer una nave para 40.000 pollos. Si: muy moderna, muy bonita, todo automatizado, pero vayamos a la pela.

     Esa nave vale 400.000 EUROS. Dada la rentabilidad de la cría de pollos en que, como en la de marranos, todo está ajustado al límite, es imposible la amortización de ese préstamo. Quien tiene ese dinero no lo invierte en ese negocio de tan escasa rentabilidad.

    ¿Entonces cómo se hacen esas que vemos por ahí, por el campo? (en Villalpando no hay de esas modernas). Pues gracias a unas ayudas de 120.000 euros que la Junta concede a quiénes se vayan a iniciar en la actividad agraria, personas jóvenes normalmente.

     El "emprendedor", antes de construirla, ya se ha puesto en contacto con el integrador, Batallé, Agrocesa, Audens..., quien le da los pollos o los marranos, el pienso, las medicinas creo las compra el criador y a trabajar.

    Bien: ¿quién se mete en estos negocios? normalmente personas jóvenes sin trabajo, cuyos padres puedan tener un terreno para la construcción y, además más patrimonio para avalar el préstamo para la nave. Ésta sola no sirve como aval hipotecario. ¡Ya están!: pillados el hijo y el padre.

      ¿Y qué ganan?: Un sueldo de 1.500 euros mes. Bien, ¡vale!: trabajando todos los días del año, porque por muy automatizadas que estén hay que sacar los pollos muertos, atender la calefacción, vigilar bebederos, comederos, toda la infraestructura... Y, no digamos las palizas entre crianza y crianza para limpiar, lavar, desinfectar esas enormes naves. Eso con asalariados de  treinta y ocho horas y vacaciones ¿cuánto costaría en mano de obra?

      Pero además hay que considerar el riesgo que están corriendo. No sé: un cambio en los mercados mundiales, o en los hábitos de consumo. Que están exponiendo un capital de 400.000 euros más los terrenos, más instalación de agua, de luz.  Dicho todo lo cual lo que deseo es que quienes se han instalado sigan "p'alante".

     ¡Claro! Es una suposición: me da la impresión de que no hay suficientes de estos "emprendedores", de ahí que las grandes empresas recurran a las macrogranjas para ahorrarse mano de obra.

      Aparte de algunas exageraciones e inexactitudes, estoy de acuerdo en lo fundamental con lo expuesto en la charlas de anteayer contra las macrogranjas, sobre todo en la idea de que no es ese el tipo de ganadería más conveniente. Cierto que mejor diez granjas de 200 cerdas que una de 2.000, más diseminadas y con menos problemas de contaminación.

      Conviene que no focalicen sólo la atención en el porcino. Hace como un mes apareció en La Opinión la noticia de que una empresa catalana, Audens, buscaba treinta granjeros para instalar en la provincia 30 naves de 50.000 pollos: 1.500.000 cada dos meses. Aunque la gallinaza no sea tan contaminante como los purines van a ser muchos millones de kilos.

      Por supuesto que a nuestras tierras, muy escasas en materia orgánica, (lo que se remedia en parte dejando la paja picada y las cañas de los girasoles)les vienen muy bien los estiércoles, pero cuando son excesivos se van los nitratos a las capas freáticas. Aprovecho para decir que esa es la única contaminación de nuestras aguas de la que es responsable la agricultura: los nitratos, procedentes sobre todo de los fertilizantes químicos, alias abono mineral. Los arsénicos y fluoruros están, y han estado siempre en las rocas del subsuelo. Ocurre que al disminuir, consecuencia de la sequía y de la excesiva extracción, el agua de los acuíferos le tocan más microgramos a cada litro.

     Y el problema en los dos pozos de la villa es antiguo. Lo he explicado más veces: mezclaban y se compensaban quedando ambos muy cerca de los niveles permitidos. y, lo siento Pili, eso sólo se arregla potabilizando el agua, como hacen en Madrid y en Barcelona, por ej., ¿O es que el agua del canal de Isabel II, la promiscua, llega a los grifos como sale del pantano?

    ¡Bueno!: que prefiero otro tipo de ganadería que la de las macro naves. Otro día expondré ideas para aprovechar mejor nuestros recursos, para fijar población. Y que si quieren contar conmigo los de la plataforma, aquí estamos.  

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