domingo, 12 de noviembre de 2017

PERSONAJE CÉLEBRE. (II)


     Ya desde crío fue inquieto y listo. Era muy pequeño cuando toda la familia se trasladó a vivir desde la Ronda de San Pedro, (en casa de mi suegros le recordaban de verlo pasar de las "hermanas", siempre atrochando por todos los charcos ) esquina a "Once Casas", a la carretera de Madrid, en la esquina, frente al silo.. Su padre hizo chamba con el Sr. Bernardo San Pedro. La casa de éste tenía ya buen corral para la labranza.

     La posada de abuela Ana, donde todavía paraban afiladores, manteros, marraneros, cisqueros... era un paraíso para los juegos. Además tenía la burra más sufrida y paciente que se ha conocido, a la que Eustaquio trató de domesticar. para que nos tirara a los otros tres primos que, junto a él, andábamos casi siempre juntos por  allí: Pablo mi hermano, Manolo el de "Bercario", y servidor.

    Por allí, por la era donde están los silos, la casa de abuela, la del Sr. Filomeno, las bodegas de la Fuente, y su laguna, la del "Excomulgao", nos juntábamos los muchachos de la carretera y Santa María. Allí, al lado, de las Cercas a la carretera, estaba la tentadora huerta de "La Viuda", donde hoy están los pisos de "La Milagrosa", la cochera de Avelino, los otros pisos que dan a la carretera, el gallinero de Mariano. Tenían un obrero solo para atender esa huerta, el Sr. "Moreno", padre de Santos "Mancha". Era un vergel con árboles frutales.

    Una tarde noche, recién oscurecido,  la pandilla no resistió la tentación de unas hermosas peras de "Donguindo". El Jefe y engaluchador de la cuadrilla fue One, que era un poco mayor, y Eustaquio quien saltó la tapia y abrió la puerta por dentro para que entraran los demás.

    Al día siguiente ya estaba la denuncia en el cuartel y la relación de los autores: One, Alfredo el de la "Tachuelera", Pablo el del aguardientero, Amalín, "Mingui", "Morito", y el pequeño de "China". Como eran críos muy menores de edad, el castigo fue para los padres, menos para el de Alfredo, que se había muerto y Filomeno "el Olegario", por ser mayor, y amigo de los de la "Viuda": tres domingos seguidos en la cárcel, mio tío José "China", mi padre Mateo Modroño, Amalio Argüello, Vicente "Moro" y Domingo "el herrador".

     Demos un salto en el tiempo dejando mucho en el tintero: marzo de 1962. A raíz de las inundaciones de enero de aquel año, llegaron al pueblo cuatro o cinco maquinotas del Ministerio de Obras Públicas y sus correspondiente maquinistas, a dragar el río. Éstos, una vez al mes, se escapaban un sábado a Madrid en un taxí de los Petronilos, conducido por "Zampa", de siete plazas. Yo tenía que incorporarme, voluntario a la mili, en aviación. Quedaba una plaza en el taxí. Taquín se pensó: esta es la mía. Juntó, de forma poco ortodoxa, dinero para el viaje, y se largó, escapao de casa, con nosotros.

    A primeros de enero, ya se habían escapado su primo, por la otra rama, "Josele", Antón, y otro que no recuerdo, y Eustaquió sabía que  Concha, la tía de Antón, les había colocado, y las señas de la pensión.

    Omito las incidencias del viaje y llegada que no hacen al caso: al día siguiente, domingo, nos juntamos. A mi me habían dado alojo en casa de Marcial Modroño, C/ General Oraá, 78, Teniente del Ejercito de Tierra. Él en la pensión con los otros, compartiendo cama. ABC, anuncios: -"Se necesita chico para pollería con experiencia". ¡Tú verás! Con  la tarjeta de castrador y sexólogo.. Así que entró en la sala donde estaban las jaulas, hizo unas observaciones muy atinadas. ¡Pues venga!: ponte el mono y a currar.

   Además de darles comida y  limpieza, su trabajo consistía en llevar, en una "Isocarro",  pollos vivos a un pequeño matadero desde donde los repartían a las tiendas. En el primer viaje, le acompañó el Jefe. El Eustaquio aprendió rápido. El jefe estaba encantado con él, más listo y trabajador no lo había. Incluso le regalaba algún pollo que llevar a la pensión.

   Un buen día del verano, paró a echar una cerveza, sin darse cuenta que dejaba la "Isocarro" sobre unos raíles. Vino el tranvía, le pegó el meneo, jaulas al suelo, escandalera de pollos por la "Gran Vía"... Eustaquio desapareció. El pollero no supo más de él.

     No pasa nada. Consiguió, no sé cómo, ni pude explicármelo, un mucho mejor empleo: MAYORDOMO, no de cofradía de Semana Santa, que eso es cualquiera, Mayordomo en una mansión señorial, en la calle Serrano, propiedad de un Notario, en el que había doncellas, ama de llaves, "chaufer", y Eustaquio de mayordomo, vestido con el uniforme, de librea.

     Llevaría un mes cuando fui a visitarle: pulcro, buen corte de pelo, bien afeitado, limpias las uñas, con unas gafas de intelectual de izquierdas, totalmente perdido el pelo de la dehesa... ¡Qué risa verlo así!

     Estaba tan a gusto que se le olvidó que unos meses después entraba en quinta. Sus padres supieron por mí de lo bien colocado que estaba, pero no quiso que les diera sus señas. No sé si además no volvió a cambiar de oficio. Lo cierto es que cuando llevaron del Ayuntamiento la papela a su padre, éste dijo que no sabía dónde andaba. Le dieron un plazo. Como no apareció, le declararon "prófugo". Prófugo en pleno franquismo. Eso tenía cadena perpetua.

    Cuando vio la cosa "chunga" (y se pudo haber librado por lo del estrabismo) se alistó a la legión: -Cada uno será lo que quiera, nada importa su vida anterior..."

     Tres años  de "novio de la muerte",, en el Sahara, cuando todavía vivía Millán Astray, sin ojo, sin brazo, pero casado con Celia Gámez; cuando los legionarios eran hombres de pelo en pecho, cinco años de una tirada sin volver al pueblo, sin pisar en casa.  Para, por su estatura, no desentonar en los desfiles, en la fila, se hizo corneta y domesticó a la cabra.

    Llegó a ser Cabo Primero y gerente de la cantina, "El Mesón del Legionario". Trajo dinerillo ahorrado,y, además le quitaron el extravismo. Mandaba horrores.

    Licenciado, hacia el "sesenta y siete", puede que sus padres ya estuvieran en Valladolid, Paseo de Zorrilla, Nº 14, allí asentó sus reales Eustaquio. Entonces ya, con ese curriculo de caballero legionario y hoja de servicios inmaculada, incluso con méritos en acciones de guerra en algún rifirrafe con los indígenas,  y superado el examen, consiguió una plaza de Guardia Municipal en el Ayuntamiento de Valladolid. Para dar la talla ideo unos zapatos especiales. En sus primeros años fue Guardía de la Circulación, bien uniformado, casco, porra, silbato, etc. Verlo en la Plaza de Zorrilla, dando preferencia si veía a alguno de Villalpando, (pasa borrego) era un espectáculo.

    Dada su pericia en cualquier actividad, pronto pasó a trabajar en talleres. Estuvo siempre muy bien considerado dentro del cuerpo.

    Con ahorrillos compró un buen terreno en Villanueva de Duero. Después del trabajo en el Ayuntamiento, fue construyendo con sus manos, la hormigonera y su mujer, una mansión con piscina, huerto, barbacoa (la cocina bilbaina que rescató de la abandonada casa de abuela) como segunda residencia. (allí se reúnen con frecuencia algunos primos, entre ellos mi hermano), y otras dos más pequeñas para sus hijos.

    Esta es la biografía, sucinta de este primo especial, ahora lleno de amigos y de buenos recuerdos, (los malos los aparca). 

     Él ha escrito su vida en una autobiografía manuscrita mucho más amplia (y eso que solo fue a la escuela de don Valentín), de la que ha prometido mandarme copia. ¡Un figura!
 

 

 

 

   

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