martes, 12 de noviembre de 2013

NANA: DE CUANDO LA ESPERANZA MITIGA LA PENA.



NANA: DE CUANDO LA ESPERANZA MITIGA LA PENA

Podría, ante tanto recuerdo, ante tanta vivencia de una vida compartida, ante el ir a casa de “mi tío Paco” y no encontrar a Nana en la galería, deshacerme en lamentos. Pero la serenidad, la entereza, la conformidad, la esperanza con las que Nana ha vivido su enfermedad y su muerte me alivian, me reconfortan son un apoyo a mis anhelos de fe, de esperanza.

Con la excusa de llevarles unos pimientos y hojas de acelga, fui un día a su casa para verla, sin decirle que iba a ver qué tal estaba.

Así, de pasada le pregunté.

-Bien, me encuentro bien-. Y andaba por allí trajinando. Creo que conociendo mi cariño y mi propensión a la tristeza ante la enfermedad de los seres queridos, me contestó así para tranquilizarme.
A los pocos días la llevaron a Zamora y….
Sus últimas tres largas semanas las pasó en el Hospital.

El domingo día 27 llevé a Primi, a Carmen, a María, a Cristina. Allí pasamos unas horas. La encontré mejor de lo que esperaba: tranquila, sonriente, sin una queja, nos contaba las peripecias de sus compañeras de habitación, de una que había pasado la noche llorando, por lo que a ella hubieron de llevarla a otra habitación, pero tan pequeña, acostumbrada a las habitaciones grandes de techos altos, en su casa, que prefirió volver a la “uno” de la quinta planta desde donde divisaba el hermoso paisaje otoñal de la vega del Duero. No tenía oxígeno ni gotero. En un momento en que los demás habían salido, se levantó de la cama para ir al baño con mi leve ayuda.

Llegaron Juan y Luty, los primos de la Argentina, con Mari Miranda y Luis. Nos animaba para que regresáramos a casa. De regreso en el melancólico atardecer mientras conducía me puse a cantar, el “Todo pasa y toda queda” de Machado”, musicado por Serrat, para inmediatamente asirme al, “Salve Madre” y al “Cerca de ti Señor yo quiero estar”.

En esas tres largas semanas compartía con Sara mi preocupación, mi deseo de que no sufriera. Ella, mi bálsamo vital, me tranquilaba: -"que está tranquila, que no tiene dolores". Hoy día los médicos, la medicina son la providencia divina para ayudar a los enfermos.

Y luego todo el cariño por el que se ha visto rodeada: sus sobrinos Merce y Jesús (éste dejando su casa en Asturias para venir a cuidar por las noches a su tía, en relevo con Merce, con Mari Miranda (inefable, cuánto vale, la gran amiga), con su hija.

Todos los días alguien se encargaba de llevar en su coche a Primi (que ya le ha prohibido el Obispo conducir) y a Carmen. Ella siempre mandándoles marchar pronto, antes de que fuera de noche, y : -mañana no vengáis, que estoy mejor,…

De la casa se encargaba, se encarga, la imprescindible Cristina Leal.

Y ahora cuando recuerdo su infancia, la de los Leal, la crueldad en aquellos años para con su familia, a quien “la justicia” (qué sarcasmo) dejó, sin motivo, tirada en la calle con no sé cuántos pequeños; a los niños vecinos que jugábamos por el taller, unos haciendo averías, otros buscando se les cayera un cachico de pan, del que a los carreteros no les sobraba, me pongo a llorar.

Ayer me lo decía Tomás, el albañil: -qué gente más buena toda esa familia del Sr. Paco “El Carretero”, esos sí que son unos católicos buenos,… Me contaba todo lo que ha trabajado en su casa y cómo les quiere. Recordábamos los dos, pasajes de su vida.

Yo, por ser mayor, y habernos criado juntos, recuerdo, revivo todo.

Mi abuela paterna, María, con quien me crié, era hermana del abuelo materno de los Gutiérrez, Primitivo Chimeno. Aquí, en este solar donde ahora escribo se crió Patrocinio la madre de Remegio, Carmen, Primitivo, Pacucho y Nana Gutiérrez Chimeno.

Resulta que al nacer Patro, murió del parto la joven madre, natural de Villárdiga. De la niña se hicieron cargo los abuelos paternos, Pedro Chimeno y Narcisa Luna (los bisabuelos comunes, cuya foto, de ancianos, está enmarcada en el portal de casa). Por eso Patro se crió junto como hermana con mis tíos y mi padre, los Modroño Chimeno, con los abuelos comunes, dada la circunstancia que su padre, Primitivo, al poco de enviudar se casó con María Modroño hermana de mi abuelo Gregorio y emigraron a la Argentina, donde tuvieron otros nueve hijos, y ya no volvieron. Sí, muchos años después, sus descendientes.

Y recuerdo, muy de niño, a mi tía Patro, que se fue a los 46 años.

Inolvidable el taller, las fuerzas de Pacucho joven golpeando con la “machina” para encajar los bujes en los cubos, o llevando las ruedas sin aro a la fragua de “Fufú”, para que éste los cortara a la medida; los días de meter aros, embrasinados, echando rápido todos agua para que se enfriaran y no quemaran a las pinazas.

Toda la vida juntos: Nana fue mi catequista en la Sacristía del viejo San Nicolas. Y lo que recuerdo de la Historia Sagrada son los pasajes que, de forma tan amena, como de cuento, Nana nos narraba.

Nana, según era la costumbre, me acompañó, me guió por todas las casas de los familiares y amigos, llevando el recordatorio, y recibiendo la propina el día de mi Primera Comunión,…

Uno de los episodios comunes, que recordábamos muchas veces, fue el duro viaje en bici desde San Esteban la antevíspera de Reyes, antes, cuando hacía frío, día de niebla cencellada a no sé cuántos bajo cero.

Nana era necesaria para colaborar en la humilde Cabalgata organizada, costeada, trabajada, por los de Acción Católico. Cuidaba a su hermano, de Cura en aquel pueblo. Pasó razón de que alguien fuera a buscarla, en bici, se entiende, ninguno teníamos coche ni dinero para el taxi. Me ofrecí, cogí la bicicletona grande con barra de mi padre, y a San Esteban. Cuando llegué me preparó un tazón grande de leche con pan y azúcar, se abrigó bien, gruesas medias de lana y, sentada en el transportín, vuelta a la carretera. Más frío que yo pasó, a mí los pedales me lo quitaban. Sufría por mi esfuerzo cuando subíamos las cuestas y pasaba miedo cuando las bajábamos. Al llegar, todo escarchados, parecíamos dos personajes de “Doctor Zivago”.

Carmen y Nana siempre ayudando, siempre a nuestro lado en todos los llantos, en todas las alegrías; rezando, sufriendo por Belén. Creo que la última vez que vino a casa, subiendo ya con trabajo las escaleras, fue para saber, antes de que Sari le hubiera dado las buenas noticias de la consulta de aquel día, de Nacho.

Veo que este sentimiento de pena aliviado por la esperanza lo compartimos todos, tantos como la queríamos: Primi, Carmen, Jesús, Mercedes; toda la familia de Luis Ruiz y Mari Miranda; los Toranzo, (toda nuestra querida "toranzada", como cariñosamente decimos); Lola, Cesáreo, Modesto,… todos los hermanos de comunidad, las Clarisas; los vecinos Amelio y Angelita, con quienes pasaban tantos ratos juntos; la inseparable, de toda la vida, familia de Pilar García y Valeriano, los monjeros; todos los Leal asturianos de procedencia andaluza y villalpandina, pendientes siempre de Nana,….; todos los Modroño, incluido Félix,….

Mercedes y Jesús al elogiarles su comportamiento, me consolaron diciéndome que se había ido apagando poco a poco, que mantuvo la paz hasta el final, que unas horas antes la oyeron musitar: -¡Señor!, ¿cuándo me llevas?

A esa esperanza de que esté, y con ÉL, nos agarramos.






8 comentarios:

Ma. Jose dijo...

Que pena me ha dado esta noticia, siempre la recordare con esa sonrisa y esa voz tan dulce. Soy Ma. José la argentina aquella que visito Vilalpando hace años con una de las hijas de Luty y Julio Chimeno, aquella vez también os conocí a vosotros y vuestros hijos y pasamos Noche vieja en vuestra casa. Encontré año s después a David en Bs As y mas tarde volví a vivir a Madrid donde retome mi amistad con Belén y fui testigo de sus comienzos con Ángel. Visite el pueblo algunas veces mas pero la vida me llevo a Irlanda donde vivo ahora con mi marido y mis mellizos de 5 anos. Hace 2 años pase por el pueblo a ver a Primi, Carmen y Nana y con ella caminamos hasta vuestra casa pero no había nadie, fue una pena no haber podido veros aquel día. La noticia de Belén me llego algunos meses mas tarde pero no tuve el valor de ponerme en contacto, fue un golpe muy duro. Contacte con David esa vez y ahora recién descubro su blog y me animo a enviarle mi mensaje. Guardo hermosos recuerdos de Villalpando y de su gente, es un pueblo hermoso al que siempre me gustara volver. De vuestra familia el mejor, bellas personas dispuestas siempre a ayudar y de los Gutierrez Chimeno que le voy a decir, para mi aunque no de sangre, son igual mi familia y los quiero con el alma.
Un saludo muy grande y sepa que por aquí también tiene su casa.

Ma. Jose

Antonio-Isidro de Caso Crespo (carrisio) dijo...

Amigo y vecino Agapito, con esta narración que has hecho de NANA, (la hija del Sr Paco), nos has hecho ver a todos que te leemos, que la muerte no nos roba a nuestros seres queridos y amados.

Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en nuestros recuerdos.

Por favor…Transmite mi más sincero pesar a esta buena familia.

Agapito dijo...


Lo haré con mucho gusto.

Agapito dijo...


Muchas gracias Mª José. Agradable sorpresa la de tu mensaje. Te recuerdo perfectamente. Y recuerdo aquella Noche Vieja con el salón de casa tan lleno de preciosa juventud en flor. Flores que están dando sus frutos en forma de hijos. Luty me enseñó fotos de sus nietos. Son preciosos. Todos los niños son una bendición de Dios. Belén nos dejó dos joyas, Nacho y Rodrigo; Jesús tiene a Inés, la princesita, y a Edu, rubio, zurdo y cariñoso, como David.

A todos les contaré tu mensaje y les dará alegría.

Un abrazo fuerte.

Tomás Mansilla dijo...

Amigo Agapito, transmíteles en el nombre de toda la familia Mansilla nuestras condolencias, y ánimos en estos momentos tan duros, descanse en paz.

Tomás mansilla

Anónimo dijo...

Pobre Nana, siempre la recordare con cariño

CRISTINA MARQUES LEAL dijo...

GRACIAS AGAPITO A TI SIEMPRE:
POR HACER DE AQUEL VIAJE TAN TRISTE PARA MI ,UN MOMENTO TAN BONITO Y UN RECUERDO DE ESOS QUE SE LE QUEDA A UNO PARA SIEMPRE EN EL ALMA.YO QUERIA DESPEDIRME DE MI QUERIDA NANA,DARLE UN BESAZO... Y PARA ZAMORA QUE NOS FUIMOS !,ENTRE TUS HISTORIAS Y CANCIONES ,QUE FACIL NOS LO HICISTE ,QUE ESPECIAL...!
UN RECUERDO DE ESOS QUE SE LE QUEDA A UNO EN EL ALMA...
QUE PENA TAN GRANDE ,CUANTOS SERES QUERIDOS ME FALTAN YA EN ESE PUEBLO...QUE DIFICIL SE ESTA HACIENDO VOLVER Y ENCONTRAR TANTO VACIO QUE ESTAN DEJANDO...
GRACIAS AGAPITO , POR TUS PALABRAS ,POR ACORDARTE DE ESTA FAMILIA QUE OS QUIERE SINCERAMENTE .GRACIAS A TI SIEMPRE.

Agapito dijo...

¡Muchas gracias Cristina!

Yo tenía necesidad de ese viaje. Me hubiera gustado estar más tiempo con Nana. Ya sabes mis limitaciones, aunque hasta ayer las iba sobrellevando. Aquel domingo estaba en plena forma, pero este tiempo tan gris y tan triste me aplana. Ayer pasé un día fatal, casi todo en la cama, recurriendo a los ansiolíticos.

Imagínate en esas largas horas de ansiedad como era imposible evitar todos los recuerdos que me venían a la mente. Eso: toda la gente que nos va faltando.

¡Por favor!: volved vosotras que tú, tu hermana, tus niñas nos traeis alegría. Ahora estoy luchando para que la depre no me ataque de nuevo.

Un abrazo muy fuerte para ti, Luismi, las niñas.