martes, 15 de octubre de 2013

QUE EN TIEMPO DE SEMENTERA, QUE EN TIEMPO DE SEMENTERA



anda la gente ocupada”. Esa es la causa de que tenga un poco abandonado el blog.

Suena el móvil: -vete a por rejas y tornillos a Agrinza y me los traes al Camino la Casa. –Que no me va a llegar la semilla de centeno que me trajeron de Cobadú, y en Agrinza no queda (un híbrido del que se tiran 56 kilos/ha, semilla muy cara), corre a Benavente a por ocho sacos, .que vengas a relevarme mientras voy a comer. Eso Álvaro.

Jesús: -llévame al pinar de Villalobos a buscar el tractor con la astilladora, -vete a por la bañera... Y, todavía en una emergencia a David que anda a tope, Dios le proteja, he tenido que llevarle unos saquitos de pellets a dos clientes.

¡Claro!: como a esta actividad de perillán se suma la primordial de “trabajador del hogar”, no me resta tiempo para la bitácora.

Ahora, atendidas las labores de casa, hasta que me asome a ver cómo va la cosechadora en los girasoles, si llena o no la bañera, me siento a contarles de estas cosas. De poco ahora puedo contar que no sea del campo. Me apasiona esta moderna agricultura. Ella y la literatura son mis dos grandes aficiones.

-Labriego, ¿vas a la arada? / pues dudo que haya otoñada / más tranquila y placentera / para cantar la tonada / de la dulce sementera. ¡Si Gabriel y Galán levantara la cabeza vería que éstas, sólo se parecen a aquellas, en placentera, la de este año. Ahora ya no –“vuela la simiente de mis puños, / cae sobre la tierra removida / siente la caricia del terruño / que abre sus entrañas a la vida”.

Desaparecida la bucólica imagen del “sembrador”, cómodas, eficientes, impresionantes máquinas se encargan de esa labor. No obstante, el moderno “sembrador, sigue poniendo en la besana su amor, y la espiga de mañana, será su recompensa mejor”.

El tiempo está viniendo a pedir de boca: ciento y pico litros en el momento justo, Cristo de Villarrín, ya dicho. Levanta y se queda mimoso, oreador. Han germinado, nacido todas las malas hierbas. A eso le llamamos purgarse el terreno. A medida que las parcelas lo van consintiendo, según los suelos, las hay todavía con charcos, van entrando los tractores.

Nosotros como tenemos unas parcelas, las más amorosas del término (eso, según los antiguos conceptos, quiere decir malas por arenosas) pudimos ya el pasado lunes, día 7, empezar a sembrar, previo “tirar el abono”.

Enganchó Álvaro el carro esparcidor y a media mañana había cubierto 16 has. A continuación echó en el cajón de la sembradora los saquitos de centeno (en trigo tiene una capacidad de mil quinientos kilos de simiente), y, ¡a sembrar”. Labor de primor.

Algún entendido me preguntará. ¿Estarían de barbecho? ¿Las tendrías ya preparadas?

¡Pues no señor! En el pasado verano recogimos de ellas una buena cosecha de veza forraje. Ayer uno me preguntó: -¿y no las dejáis descansar?

Respuesta: -descansan mucho más teniendo una leguminosa que de barbecho.

En cuanto a preparadas: nuestra máquina compuesta ara (chisel), prepara (discos ondulados), esparce la semilla, y tapa (rastrilla y rodillo), todo de una pasada.

Ya hace años que de nuestra explotación desapareció el anacrónico, antieconómico, antiagronómico barbecho. El mismo camino han seguido la mayoría de los labradores, aunque eso va por pueblos, según lo rutineros que sean en cada uno.

Lo de reblar, vinar, terciar, de febrero a junio era imprescindible cuando se araba con mulas. No había otra forma para que, al llegar octubre, los suelos tuvieran tierra para ser sembrados. Era el sistema de año y vez: una escasa cosecha cada dos años.

Todavía en algunas labranzas, cada vez menos, siguen aferrados a esa práctica tradicional. Es increíble que algunas personas sigan dominadas por los clichés, por los estereotipos de toda la vida sin ver la evidencia de la parcela del vecino que, mientras ellos labran un año, gastando y sin recoger, el otro tiene una buena cosecha de forraje, y al año siguiente mejor cosecha de cereal que el barbechero.

El laboreo es lo que menos influye en las producciones. Éstas se asientan en cuatro pilares: meteorología, fertilización, rotación de cultivos y lucha contra las malas hierbas.

Lo de ara hondo, con vertedera, es tan innecesario como, en ocasiones, además de caro, contraproducente. Así ocurre en esta otoñada. Las lluvias abundantes, unidas a la buena temperatura de los días subsiguientes, despertaron la vida de toda la fauna y flora del suelo: hormigas, lombrices, bacterias de todas las clases. Cada unas ocupan distintas capas del suelo. Voltear esa tierra es una agresión al ecosistema. Lo del elefante en cristalería.

Cuando empezamos a tener noticia de sembrar sin arar, de la siembra directa, las mofas, chanzas y risitas de los buenos labradores de toda la vida, los que aran derecho, eran notorias. La mayoría teníamos dudas. Ahora, cuando hay labranzas que llevan catorce años con el sistema, que lo hacen bien, que han caído en, y superado, los inconvenientes, que, en cien hectáreas se ahorran siete mil euros de gasóleo año, y tienen iguales, sino mejores producciones, la cosa no tiene duda.

La pasada primavera visité, con Carmelo Labrador de Vidayanes, algunas de sus parcelas (él y su sobrino llevan doce años con la SD, sin remover ni un terrón de tierra; tienen una labranza muy grande). Estaban impresionantes. El otro día, en Agrinza, el sobrino, Emilio me confirmó habían obtenido una producción de 5.500 kilos/ha. de promedio, ni sé los cientos de miles de kilos de cereal, guisantes, veza,.. Camiones y camiones. Más de un millón, seguro.

La rotación, junto con la aportación de la paja, son la base de la SD. Ahora ha aumentado tanto la materia orgánica de sus suelos, que ya empacan la paja del cereal, dejando, como dogma de fe, la de legumbre, que, junto con los rizobium, tanto en nitrógeno enriquecen los suelos. Éstos se han vuelto mollares, llenos de lombrices.

Puede que en los terrenos pedregosos, silíceos de Villalpando no funcione tan bien la SD. Nosotros por ello, además de por lo carísimas que son las sembradores directas hemos optado por la máquina dicha que realiza algo de laboreo, a la par que ahorra el herbicida imprescindible en la siembra directa para matar el rebrote otoñal.

Otros labradores grandes,los hay de quinientas hectçareas, con dos o tres tractores en la explotación, realizan el mínimo laboreo, con labores verticales, (chisel, cultivadores), o minivertederas ( “milagrosos”, araditos de cohecho), siembran a voleo (algunos con carros esparcidores de 7.000 kilos de capacidad) y tapan con los kosquilder (una especie de gradilla de hasta seis metros de corte).

Ayer José María Suena, a quien llevé unos pocos guisantes, viendo el enorme montón que tenía en la 3ª nave (impresionante la importancia económica y social para la economía de la zona de la empresa Hnos Suena Anta, cómo disfrutaría Emiliano viéndolo), me confirmó que ya bastantes ganaderos de ovino, con los guisantes en la mezcla, le aportan toda la proteína necesaria para que las ovejas den leche, sustituyendo a la que parecía insustituible y carísima soja.

Cuando empecé este artículo eran los días bonancibles. Pero ayer y hoy ha llovido un poco. A ver si esta tarde nos deja seguir. “Pa el sábado ya dan más agua”. Como vuelvan a entrar las borrascas, ¡adios sementera!

¡Qué Dios reparta suerte!.




6 comentarios:

Antonio-Isidro de Caso Crespo (carrisio) dijo...


Amigo Agapito, resumo tu maravilloso escrito en esta poesía

PARA LOS QUE VIVEN DEL CAMPO

Los agricultores viven en el desengaño llevan la vida maltrecha
aguardan que pase el año
para obtener su cosecha.

Trabajando con ahínco
sus cuerpos, negros de Sol,
saben más de sacrificio
que de palabras de Amor.

Descarga nube tu furia
que están sedientos los campos
lloran los agricultores
regándolos con sus llantos.

Cuando llegan a mayores
sus cuerpos tan arrugados
no reciben los favores
que tienen tan bien ganados.

Y es que los agricultores
dedican su vida entera
en dar al campo labores
y esperar la sementera.

Cuando trabajar no pueden
ya con su cuerpo encorvado
tienen que dejar sus tierras
para vivir de prestado
o del amor de algún hijo,
un pariente, un allegado...

Que tras haber dado tanto
están sin techo seguro
viviendo en el desencanto
de aquel que merece tanto
por un trabajo tan duro.

Agapito dijo...



La poesía es preciosa, amigo Antonio Isidro. Muy aplicable a los labradores de antes de la mecanización. Ahora son otros los problemas: las facturas de maquinaría, repuestos, aperos, gasóleo, fertilizantes, herbicidas. También como siempre el estar pendientes del tiempo, el stres cuando se anuncian borrascas que les llega a estar en el tractor todas las horas que el cuerpo aguante. Aún así, ahora, es una profesión bonita.

¡Gracias por tan bellos versos!

Anónimo dijo...

Preciosa la poesia, yo se la dedico con todo mi CARIÑO, a mi tio Cesáreo.

Agapito dijo...



A tu tío Cesáreo le cuadra muy bien. Fue un labrador como el que describe la poesía, aunque su final no fue tan triste, sino mucho al contrario. Tuvo la suerte del cariño de sus sobrinas.

Ahora está mi hijo Jesús tapando la semilla en una de las parcelas de "Los Pajalargas", en el Tesoro. Hace cerca de diez has. Hace dos días, en el relevo de la comida a Álvaro estuve allí arando con moderno apero y tractor. Y se me hacia interminable. Siempre recuerdo: ¡y pensar que esto Cesáreo lo labraba, preparaba y sembraba con las mulas....! De noche salía de casa y de noche entraba.

El trabajo de aquellos labrantines era una verdadera gesta.

Anónimo dijo...

LA POESIA ES UNA GESTA LITERARIA A LOS LABRADORES, PRECIOSA POR CIERTO, QUE LA HA PLAMADO EN SU MOMENTO ESTE MUCHACHO, HOMBRE, QUE LE RECUERDO SIEMPRE SINPÁTICO Y DICHARACHERO, SIEMPR CON UNA SONRISA EN SUS LABIOS, DESPUES DE TANTAS Y TANTAS HOSTIAS QUE LE HA DADO LA VIDA. GRACIAS ISIDRÍN.

Antonio-Isidro de Caso Crespo (carrisio) dijo...


GRACIAS POR TU APRECIACIÓN.

He de decirte que mi vida ha sido como una bicicleta de 10 velocidades de profesionales.

Lo malo que hice (amigo anónimo) es qué compré una con 18 años cuando me casé, por primera vez, que nunca use esas 10 velocidades.

Esto va por lo de "las hostias" que me ha dado la vida, que tienes razón, me las ha dado con fuerza.