viernes, 20 de septiembre de 2013

LA IGLESIA DE SAN PEDRO



Prácticamente cerrada desde hace catorce o quince años, se está deteriorando.

Es el mismo problema de toda Castilla y León: imposible mantener tanta iglesia como nos dejaron nuestros antepasados mediavales. Muchas además, como las de Villalpando, de tan pobre construcción.

Mientras cada parroquia, con su párroco correspondiente, cobraba "diezmos y primicias" a sus feligreses, mientras la iglesia poseyó bienes, terrenos sobre todo, se pudieron ir manteniendo esos edificios.

A partir de las funestas desamortizaciones de Madoz y Mendizabal, de la supresión del diezmo, de la pobreza de la gente campesina, aquel sostenimiento de edificios comenzó a ser imposible. ¿Cómo una población que no llegaba a los tres mil habitantes a finales del XIX iba a poder mantener habitables diez iglesias? De ahí que, a finales de la centuria se refundan en una las diez Parroquias que había en el pueblo, lo que conllevó el abandono y/o la venta de San Andrés, San Isidro, San Lorenzo, El Templo...

Recuerdo remotamente de ir a la novena de San Roque a la Iglesia de Santiago, siendo muy niño. Recuerdo, hasta después de casado, oír a D. Modesto los sábados decir: las Misas para mañana serán las siguientes: A las ocho en el Convento (de noche en invierno, la llamada Misa de las criadas); a las 9 en San Miguel, (a la que yo asistía muchos domingos. Me encantaba. Iban todas las mujericas del arrabal. En ella, a finales de septiembre, se celebraba el novenario de la Virgen del Carmen y en todos los domingos del mes de octubre, la procesión cantando el Rosario), a las diez aquí, en la Inmaculada, (San Nicolás) la Misa Parroquial, que era la más solemne, y a las doce en San Pedro (la de los perezosos que se quedaban, la mayoría en la puerta).

Entonces había dos o tres sacerdotes, sólo para Villalpando, alguno muy joven. Aún descendiendo, años cincuenta-sesenta, más población, y más gente que iba a Misa.

Aún así D. Modesto hacía mil equilibrios para evitar su ruina. Cuando llegó D. Policarpo cerró y vendió San Miguel. El resto de la historia ya lo conocemos: tenemos una magnífica iglesia nueva y otras dos preciosas y bien restauradas, capilla de "Las Hermanas" e iglesia de "Las Monjas".

En ellas las necesidades del culto están de sobra atendidas. Sobra la antigüa y preciosa iglesia de San Pedro. Aunque no posea un gran valor arquitectónico es lo último que nos queda del patrimonio histórico. No podemos dejarla caer. Además, dentro de ella hay retablos y esculturas de gran valor. El problema es de dónde sacar el dinero para el arreglo que necesite.

El Obispado de Zamora se ve desbordado. Imposible mantener tanta iglesia en tantos pueblos semiabandonados. De ahí que esté cediendo donando a Ayuntamientos, Diputación, y otras entidades muchas de las pequeñas iglesias de la capital joyas del románico. También en pueblos, lo que pasa es que en estos ni siquiera hay quien las quiera, quien las necesite.

En Villamayor de Campos se creó la Asociación "Amigos de San Esteban", para la restauración, ya en ruina, de ésta. Pelearon mucho y consiguieron el millón doscientos mil euros necesarios. Ha quedado para otros ocho siglos. La finalidad dada es el "Centro de Interpretación de la carpintería de lo blanco". ¡Bueno!: algún visitante recibe de vez en cuando. Pero claro: aquello fue en los años de bonanza económica, en los años de vacas gordas.

Aquí se está intentando crear algo parecido a lo de Villamayor. Una Asociación de Amigos de San Pedro. Llevan ya unas cuantas reuniones. Pero: ¡qué pueden hacer los pobres...?

Ahora de las administraciones no van a rascar ni un euro. ¿De dónde pueden salir las pelas?. Del pueblo, ¡nada! Está muy reciente lo de San Nicolás donde las aportaciones fueron rácanas de la mayor parte de las familias del pueblo. Con el Obispado estamos todavía en deuda, aunque esa creo bien saldada está.

Salvo que alguien me indique lo contrario, me parece que el estado de la iglesia no es de amenaza de ruina, no es tan malo, no será necesario gastarse mucho dinero. Los trabajos ahora se pueden conseguir más baratos.

¿Quién puede encargarse del arreglo, del mantenimiento?
Quien lo ha hecho hasta ahora: LA PARROQUIA ayudada por la Asociación que se cree.

¿De dónde puede sacar un dinero supletorio la Parroquia? DE LAS FINCAS QUE AÚN LE QUEDAN.

Una de esas parcelas, de OCHO HECTÁREAS, desde hace poco más de un año, la labra en renta nuestro hijo Álvaro.

Esas tierras, llamadas de "Las Huérfanas", muchas yeras de entonces, las llevaban en colonía, renta, labradores familiares de algún sacerdote del pueblo. De padres a hijos, de tíos a sobrinos iban pasando de generación en generación, pagando últimamente, cuatro perras.

Así le llegaron esas ocho hectáreas a Vitaliano Núñez Riaño. Su madre, sobrina de D. Cayo fallecido en 1954.

Al tal Vita le arrendamos nosotros tres cachos que le quedaban propios y esa parcela de la capellanía. Al fin el susodicho vendió lo propio. Todavía un año le seguismos pagando a él una renta actual de esa subarrendada, el pagaba las cuatro perras a la iglesia, y se quedaba la diferencia. A mi eso me fastidiaba.

No quiero aburrir con toda la casuística, con todo el follón entre Vita, la Junta Parroquial y mi persona. Al fin conseguí quitar a ese señor, intermediario innecesario, del medio, aun con perjuicio económico para nuestra familia. El Obispado le extendió a Álvaro un contrato de arrendamiento y pagamos MIL EUROS TODOS LOS AÑOS por esas OCHO HECTÁREAS. Son regularcillas tirando a malas. Es de lo que traemos en renta la más cara.

¡Pues bien!: partija de esa parcela, posee la iglesia otras OCHO HECTÁREAS. Si los arrendatarios pagaran otros MIL EUROS. Serían ya dos mil.

En la carretera de Villamayor, al pago del "Corpus", terreno de muy buena calidad, posea la parroquia otras OCHO HECTÁREAS y pico, por las que se podrían obtener, al menos porque son mejores, otros MIL EUROS. A lo mejor con TRES MIL EUROS al año es suficiente para los gastos de mantenimiento de San Pedro.

Ya sé que para el arreglo de ahora será necesario más dinero. Pues vender alguna talla poco conocida y venerada, algún trozo de retablo, algún cuadro, algo de orfebrería,...

¿Qué finalidad dar a la iglesia? Yo pienso que museo, y algo de culto. Evitadas las humedades, lo que se consigue abriéndola, sobre todo en verano, llevar a su capilla al Nazareno, donde luce e impresiona más que en el almacén de San Nicolás.

En esto de la utilidad se admiten ideas. Yo informo de una posibilidad económica para su mantenimiento.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta San Pedro, creo que es una pena que esté asi de abandonada.Durante mi niñez fui los domingos a misa, a las novenas,hice la comunion, canté en el coro..qué de recuerdos.Tambien me encanta Santa Maria, creo que nunca encontrare una iglesia que me dé tanta paz, es un ambiente único.Personalmente, San Nicolas no me gusta, solamente me gusta ver a nuestra Purísima.

Agapito dijo...


Comparto totalmente tus vivencias, tus gustos, tus emociones.

Visitar al Nazareno en su capilla de San Pedro era de una emoción indescriptible. verlo ahora en San Nicolás no es lo mismo.

Hemos de trabajar para conservar San Pedro.

Anónimo dijo...

es una pena pero esta iglesia se termina derrumbando y despues vendran los pesares. Deberian decir alguna misa y abrirla todos los dias.malcon

Anónimo dijo...

¿Y no sería mejor vender las fincas, que otros objetos, para conseguir dinero para conservar lo básico, como es la cubierta y después seguir con el resto?
Animo a esa gente que forma parte de la asociación a trabajar en pro de la iglesia de San Pedro. No les faltará colaboración.

Agapito dijo...



¡Claro!: esa es otra opción a contemplar. Creo que con las 24 hectáreas que todavía le quedan a la iglesia habría más que de sobra. Lo malo es que una vez vendidas ya no producirían rentas.

Anónimo dijo...

<¿ San Miguel no la vendió D. tomás?

Agapito dijo...



Creo que no. San Miguel se cerró en 1969, a la llegada de D. Policarpo.

D. Tomás llegó en noviembre o diciembre de 1977, me parece. El último funeral que hubo en la iglesia vieja de San Nicolás, antes de cerrarla, fue el de mi padre. 10 de Noviembre de 1978.

Anónimo dijo...

Yo de niña recuerdo haber ido a alguna Octava en los primeros 70, con D. Policarpo, y algunas misas a las 9 con D. Miguel