Su tía, quien la recogió, fue "la señá" Maximina Caramazana, a quien crió la cabra, la madre de Angelita, y de Pepe, "El de las Agujas", a quien, remótamente recuerdo.
Eran íntimas la señá Maximina y mi abuela María. Todavía recuerdo alguno de sus chismorreos, aunque de lo que más hablaban era de lo caro que estaba todo. Las otras tres "viejas" (todas viudas, con el pañuelico negro, y andaban por los 70) de la calle, con quien se juntaban al fresco eran la señá Vitoriana, "La demandadera", la señá Petra, de los comerciantes; y la señá Obdulia, "La Currera".
La madre de Margarita, posiblemente "escañada", se murió de 26 años, y dejó cinco niños que cabían todos "debajo de un escriño". El "Cachuchico" más pequeño, niño de pecho. Al padre, Jesús Caramazana, le llamaban "Cachucho".
Se repartieron los niños entre la familia. Con dos o tres añicos, Margarita vino a la calle Silera. Petra fue con los "Carapelas". Y por los tres niñicos parece ser que tiraron los abuelos maternos, el señor Anastasio Aínse, Secretario y fundador del "Radio Comunista de Villalpando". El respetable señor "Aínse", tan amigo de la familia de mi suegro. "Cachucho" se casó de nuevo, con la señá Marciana, de Cotanes, y tuvo a Eustasia y Marcianita.
La señá Maximina, en aquella casa honda, de dos plantas y bajos techos, tenía fonda. Allí estuvo hospedada, cuando actuó en Villalpando, "La Niña de la Puebla", la de "Los Campanilleros", que era ciega. Ahí creció, al amparo de su tía y de su prima , sin faltarle de nada, Margarita.
Sé por Pili, "La Cabrita", que en sus delirios de los últimos días llamaba a su tía, a la señá Maria, Obdulia, ... y a Agapito.
Guadillo les aclaró que no era a mí, sino a mi tío, el que murió en la guerra. Eso me ha hecho llorar. Cuando le llevaron a las trincheras, septiembre del 36, Margarita no había cumplido los seis años. Me ha hecho recordar como mi abuela, siempre recordando a aquel hijo, contaba cuánto quería a aquella huerfanita, preciosa, vivaracha. Siempre le traía alguna golosina del café. Le rebuscaba en los bolsos.
En las cartas que trajeron de su maleta, hay una escrita por parte de la vecindad. En ella unas letras de la señá Maximina, que le manda besos de la niña, que ha cumplido seis añicos.
Nos criamos juntos. Cuando ella aparecía se animaba el "Rincón de Las Monjas". Dos de los muchachos más "mamarones", puede que Antonio el Sastre y algún "Tolla", con corta y gorda soga de "la comba", le daban "unos dubles", a toda leche, cambiando de ritmo, y nunca perdía. Saltaba como un corzo.
Venía a por agua caliente a la aguardientería, y siempre estaba dispuesta a dar a aquella enorme bomba de volante para sacar el agua fría del pozo.
Guapa, alegre, valiente, rompiendo moldes en aquella mojigata sociedad. Subió con su novio, "Pepín" a la grupa del caballo con el que corrió las cintas y cogió, para ella, la del premio. ¡Vaya delito!. ¡Cómo la criticaron!.
No quiero hacer esto interminable. A sus nietas desoladas, Cristina, Katy, (Ya huérfanas del todo, sin Anita, sin la abuela) esta mañana les dije: sois igual de guapas y de buen corazón que Margarita. Ella sigue viviendo en vosotras.
¡Qué buena gente!: Pepín, Enrique, Pepito. Andresín......Tened mi recuerdo, mi condolencia, mi consuelo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
8 comentarios:
un beso enorme a toda la familia.
¡¡¡¡GRACIAS!!!!.
Campos
Agapito: Permiteme aunque vaya de duelo, me maravillas con todo tu repertorio de personas y lenguaje popular, citas apodos y frases que tras 50 años, no las había vuelto a oir ni pronunciar: Cachucho, mamarones, escañada, etc.
Voy a solicitar al Ayuntamiento de Villalpando que por este y otros muchos de tus escritos, te nombre cronista de la villa, pocos como tu conocen el pasado y personajes de nuestros pueblos cuando ya con 13 años estabas en la abogacía del estimado Manuel Cossío.
Gracias por todo ello.
¡Muchas gracias amigo!: Me parece bien tu idea. Por pedirlo que no quede, aunque no te van a hacer caso. Son de mi familia. Les iban a tachar de favoritismo.
Ese lenguaje popular lo mamé de las gentes de mis pueblos, gentes a las que quiero, como a la familia de esta señora difunta, unidos por los entrañables lazos de vecindad, desde los abuelos, de toda la vida.
¡Gracias de nuevo, amigo!.
Hola Agapito,
Al leer tu blog me he enterado de la muerte de Margarita, como ya sabes vecina de mi familia y también mia en cada verano que he pasado en Villalpando. Tengo muy buenos de recuerdos de toda la familia, que decir de las nietas, amigas mías.
Aun no he hablado con mi tia Cecilia, mañana llamaré para que me diga cómo ha sido. Les he hecho llegar mi pésame a través de Nelly la mujer de Enrique con la que tengo más contacto.
Gracias de nuevo Agapito por tratar contanto respeto y dar importancia a personas, detalles,situaciones, historia....
No sé si sabes que, sobre todo antes, en el pueblo había clases sociales muy diferenciadas, por las que se daba a las personas más o menos categoría.
A mí, desde joven, se me ocurrió la idea de la categoría humana, respetando los valores personales, las actuaciones de cada uno en la vida. Y por la gente más humilde sentía más compasión y ternura.
Luego, además, están los afectos de la convivencia en la vecindad.
Cada vez que venían de Francia, en las vacaciones, Margarita, Pepín y la cuadrilla, era noticia y motivo de alegría en el barrio.
Entre las hazañas infantiles de nuestra hija Gracia, su madre cuenta cuando, teniendo dos años, se escapó al parque con Andresín, que tendría cuatro.
¿Ves cuántos motivos para sentir la perdida de Margarita?.
Muchas gracias agapito por todo lo bueno que escribes sobre mi abuela era una persona adorable y muy cariñosa
Gracias de todo corazon
¡Gracias a ti Cathy por este detalle de amistad!.
Un beso a tu hermana y a los nenes.
Publicar un comentario