¿Cómo está el campo?. Es pregunta que me hacen los de fuera, o los "pájaros de pueblo".
Lo de este 2009-10 (los años agrícolas van de septiembre a julio siguiente) está siendo excepcional. No necesito estadística de precipitaciones. Se rompió el pluviómetro ("pluvión" para Domingo) en una helada, y no lo he repuesto. Estaba harto de vaciarlo lleno y lleno. Nunca he visto el campo tan encharcado. Ahora mismo sigue habiendo lagunas en algunas tierras. Bastantes parcelas o partes, tienen cosecha nula por este motivo.
En sementera, dado el precio del cereal y del abono, casi nadie tiró, esperando a hacerlo en cobertera, bien el clásico "nitrato" o modernos abonos que tienen nitrógeno, fósforo, potasio y microelementos.
En las que se pudo entrar, fenomenal, ¡cómo lo han agradecido!, ¡cómo se han puesto!. Las que no tienen fertilizante, ya pueden tener todo el barbecho que quieran que: ¡tararí que te vi!.
Según esto, en cebada, trigo y avena, gran diferencia de unas a otras parcelas.
Pero resulta que el cereal no es el único casi cultivo, como hace unos años. En nuestra explotación ahora, no llega a la tercera parte. Más de dos terceras la ocupan las legumbres, para grano o forraje, la alfalfa y otro poco los árboles.
Las legumbres han aguantando bien invierno tan lluvioso (salvo donde se han formado lagunas), igual la alfalfa. Con los divinos calores de estos días se está poniendo todo salvaje. Una explosión de verdor.
Salgo por el campo, ahora mucho con la bici, me fijo, observo, recuerdo y sé porque está así cada parcela. Pasados años de dudas, ahora ya la certeza es absoluta.
¿Qué decide las cosechas?. (Les van a parecer obviedades).
Primero: La climatología.
Segundo: Herbicidas y nutrientes.
Estos son el alimento que haya en los suelos para las plantas. En las tierras buenas hay más que en las malas, pero ni en las mejores, suficientes para las buenas cosechas de ahora. Los estiércoles aportan nutrientes pero, disponibles en el primer año, muy pequeñas cantidades. Incluso, en su humificación, toman nitrógeno del suelo, que soltarán después, pero en principio se lo restan a las plantas. A base de grandes cantidades de estiercol, año tras año, se acaba por hacer buena cualquier tierra e incluso no llegar a necesitar fertilizante químico, tarea,. incluso en medianas extensiones, casi imposible, y, desde luego, no rentable por su coste.
Lo siento por la ecología, pero sin herbicidas e insecticidas (imprescindible en estos días, contra el coco de la alfalfa) no hay cosechas.
Y los nutrientes, en forma de sales minerales de nitrógeno, fósforo y potasio, que las plantas toman del suelo, no queda más remedio que, al cereal, aplicarselo con el "abono mineral". Los resultados esta primavera son espectaculares.
A las legumbres no le echamos abono mineral. El nitrógeno lo fijan ellas de la atmósfera, y fósforo y potasio siempre algo encuentran en el suelo, incluso los hay, de por sí, muy ricos en potasio. Estos dos últimos, al contrario que el nitrógeno, no se lixivian, "deslavan", flitrarse con el agua al subsuelo.
En ese , "¿Qué decide las cosechas?, un "buen labrador", dirá: -¡Y las labores!.
¡Pues no señor!: las labores, sobre todo la vertedera, el barbecho, na de na. Gasto y divertimiento de los que aran derecho. Ya van quedando pocos.
La opción es, aunque lo repita, rotación de cultivos, siembra directa o mínimo laboreo.
No descarto del todo el laboreo, incluso observo que es mejor opción que la siembra directa. ¿Cuándo, cómo, con qué?.
En otoño, después de las primeras lluvias, terreno en sazón, con el chisel, apero de fuertes brazos y labor vertical de 30, 40 cms. mucho más eficaz y menos costosa que la de vertedera. De una sola pasada, gracias al rulo jaula, rastra que lleva detrás, queda la tierra preparada para ls siembra
Invito a quien quiera comprobarlo sobre el terreno, en esta excepcional primavera, a dar una vuelta por el campo y demostrar "in situ", mis afirmaciones.
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