A mi última entrada sobre FIN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA. LA GUERRA CIVIL, he recibido un comentario tan contundente, tan lleno de verdad histórica, (tengo duda sobre las acusaciones criminales contra Carrillo) que transcribo como nueva entrada.
Yo no sigo últimamente las andanzas del exlider del PCE, aunque algo pesco por ahí. Y, efectivamente, creo tiene razón el comunicante en la crítica a su actual actitud de "gurú" de la secta zapateril que tergiversa la historia. Lo más reprobable de todo este revisionismo sectario es intentar destruir el espíritu de la transición.
Habrán visto, en respuesta a otros comentarios, que, en mi afán conciliador, intento aplacar las iras históricas contra D. Santiago de personas de derechas (algo tan legítimo como ser de izquierdas; aunque, repito, que en la práctica social, económica, todos somos de derechas), porque no debemos caer en la tentación de radicalizarnos.
Por parte de Zapatero y sus afines, buscando más el rédito electoral, que pierden por el paro y la crisis, se están atizando los rescoldos de la hoguera de odios de hace setenta y pico años.
No es la reacción adecuada el irnos al otro extremo, pero sí poner los puntos de los hechos reales sobre las íes de la historia.
Ese es el mérito del documentado mensaje que, a continuación, cuelgo.
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Anónimo ha dejado un nuevo comentario en su entrada "FIN DE LA II REPÚBLICA.- LA GUERRA. Aquella tarde...":
A sus 95 años y pese a su gran pasión de fumador, Santiago Carrillo vive probablemente los momentos más dulces de su vida. Aunque todos sabemos que hace setenta años ya supo gozar de numerosos placeres.
Ahora, cómodamente integrado en el «establishment» del nuevo socialismo izquierdista de los revisionistas de la transición de la que fue protagonista, se dedica a la muy retribuida actividad de descalificar dicho pacto entre españoles de toda condición.
Con el Gran Timonel Zapatero resulta mucho más rentable la loa al antifranquismo y la llamada «lucha antifascista» que la defensa de aquella transición...
Nos da don Santiago lecciones a todos de democracia desde su nueva posición de patriarca del socialismo de la secta zapateril. Y a él desde luego le cuesta tanto mentir como al propio Zapatero, es decir nada. Es más, se nota que disfruta en su papel recuperado de seis años acá.
Nos dice don Santiago que el error de los comunistas fue haber apoyado al estalinismo que, según él, «no era más que capitalismo de Estado». ¡Cuánta humildad hay en estas palabras! Carrillo hablando de «errores», porque no se dio cuenta a tiempo de que Joselito Stalin los engañaba a él y a todos los comunistas porque, sin ellos saberlo, quería instaurar un «capitalismo» de Estado.
¡Qué malo ese Stalin que quería instaurar un capitalismo, aunque fuera de Estado! ¡Qué pena que no quisiera Stalin un comunismo auténtico como lo querían Carrillo, José Díaz, La Pasionaria, o Karl Radek, o Laurenti Beria, el fiscal Andrei Vishinski, Georgi Dimitrof o Guenrij Yagoda! ¡Qué pena que los engañara a todos!.
Si no llega a ser por Stalin, tendríamos un mundo feliz gracias a ese proyecto humanista que defendían Carrillo y todos los nombrados. La culpa sin duda la tuvo ese proyecto capitalista que defendía en secreto pérfido el padrecito Stalin.
Lo malo no es oír este tipo de insultos a la historia y a la inteligencia por parte de un asesino en masa y criminal de guerra perdonado por los españoles gracias a una amnistía que ahora él quiere poner en duda para quienes se negaron a seguir la suerte de miles de compatriotas en las fosas de Paracuellos.
Lo malo es que aquí el tono guerracivilista de la secta ha llegado a un extremo en el que el anciano sabe que puede decir cualquier cosa sin que sus interlocutores se rían, lloren o le refuten con contundencia sus barbaridades.
Errores los justos. Carrillo y Stalin estaban perfectamente de acuerdo en todo porque Carrillo no se habría atrevido a otra cosa. Siempre estuvo del lado del jefe y no recordamos ningún comentario suyo que pusiera ningún reparo no ya al exterminio de millones de kulakos, a la hambruna provocada en Ucrania, a los juicios farsa a sus camaradas, desde el asesinato de Kirov, a las ejecuciones de los militares en torno al mariscal Tujachevsvki hasta el de Bujarin, pasando por todo el terror que costó la vida a millones de rusos y europeos.
¡Vaya con los errores! Por no hablar de las muertes, nunca explicadas, de comunistas españoles que, según familiares de ellos y numerosos indicios, fueron directamente ordenadas por Carrillo.
Ahora Carrillo nos quiere explicar la historia y además advertirnos que la derecha española es un peligro para la democracia. Es como si los dirigentes de las SS, Heydrich o Himmler, dieran hoy conferencias en las universidades alemanas enmendando la plana a Angela Merkel por su política económica. Como si el doctor Mengele viajara por el mundo hablando de ética en la medicina moderna. Pero aquí, Carrillo, adoptado como venerable patriarca por la secta socialista del Gobierno, se pasea de radio en radio, televisión en televisión, redacción en redacción, contándonos que la derecha es un peligro y hay que marginarla por todos los medios.
¿Por todos los que utilizó él en su día...?.
Con seguridad él piensa que sí porque sus errores no fueron los miles de asesinatos de los que es directamente responsable. Ni creer en una ideología criminal que debiera estar tan proscrita como el nazismo. Su error fue no ver que Stalin quería imponer «el capitalismo de estado».
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2 comentarios:
Interesante, el articulista entendido, con fundamento e intendimiento de aquellos posibles hechos.
Enhorabuena.
YO SOY DE LOS PUEBLOS DEL MUNDO
Siempre Cautivos y derrotados. ¿Cuántas veces?
Primero UCD, Suárez, que bastante hizo con contener las hordas; luego González, ausente de los temas cruciales, empeñado en la reconversión industrial y en la incorporación de España a las instituciones europeas. Era su salvoconducto hacia la gloria: conseguida. Más tarde, Aznar: pequeño oficial victorioso. Cacique local con aspiraciones de atleta, intentó cerrar el debate sobre el franquismo: fracaso. Zapatero, fiel a sus principios, legisló el problema, Ley de Memoria Histórica, criticada por la mayoría de las asociaciones, de forma que todo quedara más o menos igual: Garzón, quita el polvo al Código Penal y cita a los responsables del genocidio español. Enterrados bajos elegantes lápidas de mármol pero atentos a la actualidad, las cornetas resuenan. En la superficie, grupos parafascistas, magistrados, jueces, periodistas, voceros del mal, alzan su cáliz de sangre y agitan sus huestes. El resultado es conocido: Garzón procesado. ¿Es necesario dar un escarmiento?. La cruzada acabó con los rojos y, transcurridos más de 70 años, los nietos, amparados en una democracia de superficie, inmersos en la dinámica estructural del Capitalismo 3.0.
Es lo que tiene la democracia, su fuerza simbólica. Los pobres nos cremos derechos, nos creemos ciudadanos. Pongamos de nuevo las cosas en donde corresponden.
Garzón al banquillo.
Garzón como excusa.
Lo que no llega a Europa.
¿Se habrá enterado el Parlamento de la Unión Europea que en Honduras han sido asesinados varios periodistas, simplemente por hacer su trabajo?
¿Habrán sido informados de que Israel desalojará a 70 mil ciudadanos palestinos de los lugares donde han vivido desde que nacieron?
¿Les llegaría información a los ilustres eurodiputados de alguna violación de los más elementales derechos humanos ocurrida en Iraq o Afganistán, a cargo de los militares extranjeros ocupantes de esos países?
Es de esperar que no, pues de lo contrario hubieran emitido de inmediato su enérgica condena, después de rasgarse las vestiduras con violencia y haber proferido fuerte interjección. O es que están muy ocupados investigando los vuelos secretos sobre su territorio de aviones norteamericanos, llevando prisioneros de guerra acusados de terrorismo, para ser torturados en sus propias cárceles o ser conducidos a la base naval que ilegalmente poseen en Cuba.
También puede ser que les falte tiempo para ocuparse de esas nimiedades, mientras ellos legislan la forma de acabar con el desempleo galopante que recorre el viejo continente y amenaza con crecer más aun. Es lógico pensar así, pues de lo contrario no se explica que hasta la fecha, con tantas violaciones del derecho a la vida que ocurren a diario en este mundo, no hayan emitido la consiguiente resolución condenatoria.
De lo contrario sería lógico pensar que la Europa del capital, la de los golpes de pecho sobre la democracia, la igualdad y la fraternidad, ha perdido todo sentido de la ética, la moral y la vergüenza… ¡eso nunca!, porque ¿dónde iría a parar este mundo si en el viejo continente se perdieran semejantes valores?
Pienso que solo tienen tiempo para ocuparse de Cuba, hacerle el juego a la extrema derecha y bailar con la música de la reacción norteamericana y la mafia de Miami.
Me da mucha pena.
Antonio Caso
Estoy cansado de escuchar desde supuestos izquierdistas como repiten cuan cacatúas las más burdas consignas antisocialistas, urdidas desde el sistema de propaganda nazi, confeccionado por ese gran embaucador y manipulador que fue el líder propagandista nazi Paul Joseph Göebbels y posterior ministro de propaganda del III Reich, con el objetivo de justificar la invasión de la URSS y la ocupación de las regiones soviéticas occidentales en particular la Pequeña Rusia o Malorrusia (Ucrania), para su colonización por alemanes y con el sometimiento y esclavización de sus poblaciones, cuando no masacre y aniquilación, en pos de conseguir el tan ansiado Espacio Vital, en donde se inventaron, repito, se inventaron, la supuesta aniquilación por parte soviética de millones de pequeñorrusos (ucranianos), con el famoso Golodomor, o la hambruna promovida por el Estado asambleario y socialista, para impulsar la aceptación por parte del campesinado de la colectivización.
Nadie hizo caso a esa propaganda nazi, a pesar de la acérrima oposición de los Estados capitalistas occidentales a la URSS, salvo por el magnate mediático estadounidense y pronazi, quien lo recogió y divulgó en su enorme emporio mediático.
Después una vez concluida la guerra y con la nueva y manifiesta hostilidad occidental liderada por el nuevo presidente estadounidense Harry S. Truman, la recuperó para realizar propaganda antisoviética y antiestalinista en particular, en la declarada por Occidente, guerra fría, contra la URSS, y el socialismo.
No fue verdad lo del golodomor, ni tampoco lo de que el Estado soviético era una dictadura o un Estado totalitario, nada más lejos de la realidad, sino que se trataba de una democracia socialista, en donde sus dirigentes eran elegidos de forma democrática en los Consejos o Asambleas populares, y estos por medio del sufragio indirecto a los distintos representantes y así de forma sucesiva desde las primaras Asambleas (Soviets) en los barrios, pueblos, aldeas, fábricas, granjas, etc., de ahí a los de las ciudades, comarcas, regiones, repúblicas y finalmente del Estado, en el Soviet Supremo, o Consejo, Asamblea Suprema, que eran los que elegían a los miembros del Consejo del Pueblo u órgano del gobierno del Estado, y al Presidente de la URSS.
Por lo que el Estado soviético era una dictadura, está fuera de toda veracidad, ya que todos los miembros de los distintos estamentos soviéticos eran elegidos de forma democrática.
Un saludo
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