lunes, 16 de marzo de 2009

PREGUNTA.

Se trata de un problema familiar, por eso voy a lanzar una pregunta al viento, para ver si algún internauta tiene la respuesta.

El problema es un gallo.

Resulta que mi padre y sus hermanos, de jóvenes, cuando vinieron de la guerra, con mis abuelos, a su vieja casa y corral, donde tenían la aguardientería, añadieron un solar contiguo grande, y otra casa lindera, vieja, en cuyo corral, su dueño anterior había tenido “Parada de Sementales Asnales”. Todo aquello, por ser el único que quedó en el pueblo de aguardientero, recaló en mi poder: casa, cubiertos donde estaba la alquitara, cuadras, pajares, cabañal, pocilga, gallineros, la tenada.....

En el corral: el montón de orujo destilado, el muladar, el montón de los “tizos” de encina, gallinas escarbando y “reciclando”, palomas, gorriones, tordos al orujo, que yo cazaba con pajarera. O sea: todo muy de pueblo, muy rural.

Pero con mis hijos ya mozos llegó la modernidad: el adobe y el tapial lo han ido sustituyendo por el ladrillo. Allí en el medio donde estaba la cuadra del señor David “El Burrero”, y el corral de su “parada” de sementales garañones, que yo después utilizaba de gallinero, han plantado una casa “pija”. Intentan que todo sea patio, jardín, césped, pijería. Me resisto fiel a mis raíces rurales. Me quedan dos reductos: un cacho huerto, nueve gallinas y un gallo.

Para esta cuadrilla, desaparecidos los viejos gallineros nuestra hija mayor, ha mandado, desarmado un gallinero tailandés, como una casita de madera, precioso, una vez ensamblado por mi hijo Jesús. En él, al lado de la casa nueva donde habita este hijo con su mujer y dos niños, reina el sultán con su harén.

Es rojo, altivo, hermoso; con una cresta y unos corales que parece echan sangre, en las patas dos espolones hirientes, las plumas de la cola irisáceas, y una capacidad copulativa de verdadera envidia: no estrellamos huevo que no tenga su correspondiente galladura.

¿Cuál es el problema?. Pues que al ser tan protector, tan altanero y feliz, canta a todas las horas del día y de la noche. De cuatro a cinco de la mañana es su momento álgido. ¡Además!, en el exterior de la casa hay unas bombillas que se encienden ante la proximidad de mamífero de cierto tamaño.

Otro de mis hijos ha traído un perrazo mastín, manso y noblote. Cuando hace la ronda, se acerca a las bombillas, se encienden, el gallo con la luz se anima, ¡la leche!. Un constante quiquiriqueo.

¡Y despierta al niño de ocho meses!. Y el niño a los padres. Y están hartos del gallo. Y no lo quieren matar por ser tan bonito, tan decorativo, y porque les da pena.

Y esta es la cuestión: ¿SABE ALGUIEN CÓMO HACER PARA SILENCIAR A GALLO TAN CANORO?.

Agradecería mucho una solución.

Un saludo a todos.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Agapito, creo que es complicado silenciar a un gallo ya que si estuviera en una jaula le podrias tapar para que no viera claridad, pero esto es distinto, un problema la verdad.
Por otro lado y para quitar un poco de hierro al asunto, te podría dar un consejo que llevó a cabo mi abuela y que por cierto no le dio buen resultado.
Verás, mi abuelo se levantaba muy temprano pues trabajaba en la mina y por la tarde dormia la siesta, pero había unos gorriones que eran muy cantarines y le despertaban, entonces a mi abuela se le ocurrio la feliz idea de emborracharlos para que se durmieran tambien, y les dió pan remojado en anís.
Cual sería su sorpresa que en vez de dormirlos les animó a cantar más, con lo cual mi abuelo no concilio el sueño en toda la tarde.
Como verás mal consejo.
Un saludo Agapito, es un placer leerte,espero se solucione el problema.
Ana de Oviedo

Agapito dijo...

¡Muchas gracias Ana por tu ayuda!. ¿Te apellidas Gutiérrez?.

Es ayuda en cuanto que me haces descartar una de mis posibilidaees: la de emborrachar al gallo. ¡Qué risa!: ¡gorriones borrachos!

Ahora, mientras cababa el huerto ha estado dos hora sins una cantiquiña. Le puse una gomita por el pescueño. Se la he quitado porque me ha dado pena, pero la he dicho a mi hijo Jesús la solución: la gomita.

Espero sigas disfrutando con mis lecturas, aunque no sean siempre alegres

Un beso.

Anónimo dijo...

Mi apellido no es ese, pero estoy casada con un Gutiérrez, sigue pensando.
Saludos,
Ana

Agapito dijo...

¡Perdona hija el error, seguro que no te molestará, de confundirte con tu hija!.

En esto del manejo del ordenador siempre me voy a gente joven, sin pensar en "lo carrozón" que yo soy, y aquí estoy dándole a la tecla.

¡Un abrazo para Jesús y tu hija!.

Anónimo dijo...

Es normal que hayas pensado en mi hija, no te preocupes.
Un abrazo para toda tu familia