jueves, 4 de agosto de 2022

RECORDANDO A CARMEN OLIVARES GUTIÉRREZ.

    Fue la esposa de Máximo Cañibano Pulido. Desde entonces vivió en Villalpando, en la Plaza Mayor. Es (utilizo el presente porque espero que algo de ella quede) la madre de Inmaculada y de Juan Luis Cañibano Olivares.

    Tenía 92 años, pero hasta casi el final conservó su aspecto de mujer alta, guapa, elegante..; conservó su lucidez mental.

     Supe por su yerno Carlos, hará como un mes, que estaba hospitalizada, que no quería comer que, con serenidad admirable, decía que Dios la llevara. Así, semana a semana se fue extinguiendo su vida sin un dolor, sin un temor...

    Hasta no hace mucho la encontraba alguna vez por la calle. Hablábamos de sus lecturas. Esa afición, cómo no, además del cariño de sus hijos, llenaba su vida. Ahí encontró el refugio para el mazazo de la muerte súbita de su nieto Guillermo, tan lleno de salud y de vida.

     Por haber sido depositario en los últimos años, de alguna de sus confidencias, quiero recordar con cariño a Carmina Olivares.

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