miércoles, 5 de junio de 2019

NO ES UNA BROMA.


          Lo del cambio climático. No sólo es que en todo el mes de mayo no haya caído ni gota de agua, sino los días tan criminales que hemos padecido. Tan pronto frío como calor, y esos aires de "arriba", del Nordeste,  ásperos y endemoniados. Por los Pinos de Quesada, en las tierras de barbecho o recién sembradas de girasoles, se levantaban  torbas cegadoras, tormentas de arena, como en el desierto. Las arenas cortaban las hojitas de la remolacha recién nacida. Jesús mojaba el suelo en una postura o sección, cada diez minutos. Aún así hubo mucho daños. Ahora parece que se van recuperando.

     Jamás, cuando aquello estaba lleno de viñas, almendros, zarzas, linderones, pinares, se había conocido cosa igual.

     Hace ya muchos años, cuando escribí las "Crónicas...", advertí de los cambios que se estaban produciendo: ya no se oían cantar en las noches de primavera y verano, ni a ranas, grillos, cigarras..., han desaparecido. De aquellas bandadas de silbantes vencejos, que casi nos daban en la cara, quedan unos pocos volando alto, igual de golondrinas, aviones...; en los últimos años, hasta los tordos, que eran plaga, han venido muy a menos, igual ocurre con los gorriones, pardales. Evidentes cambios que afectan a los ecosistemas. Hasta los molestos cínifes, ¡qué ronchones nos hacían de niños!, han desaparecido.

       Recuerdo una tarde, sería pos los años ochenta, en que se me ocurrió, armado de bote y brocha, ir a pintar el "cargapacas" que estaba en un rastrojo. Tenía una nube de mosquitos a mi alrededor que, con las manos manchadas de pintura, no podía matar cuando se posaban sobre mi piel. Ocurre que, inmunizado, no me levantan ronchones, pero es que se metían, zumbando, por las narices, los oídos,...

      En el campo, no digamos, perdices, codornices, liebres, incluso pegos, hasta las grajetas han disminuido. Ya no se oyen cantos de alondra, ni de codorniz, ni de perdices en celo...

      Lo de este año es una verdadera pena. Hasta mediados de abril, en todo el año agrícola, había llovido lo justito, justito, más bien escaso.  Los cereales, los forrajes, prometían buena cosecha. ¡Qué triste! ver como se van secando los trigos, sin granar en algunas parcelas, o a medio grano en las mejores. A las cebadas, dado su ciclo más corto, les ha dado tiempo a granar. Aún así, la mitad que de haber llovido en mayo.

     En los forrajes hemos tenido media cosecha en vezas, En las alfalfas, nada. Los girasoles, han nacido, incluso están bonitos en las parcelas más frescas, pero como no llueva (que no parece) por mucho que perforen sus raíces  pivotantes, y busquen, como no hay, se quedaran en nada.

      Este año, lo nunca visto, el campo seco con un mes de adelanto. En unos días se podrá cosechar cebada. Un desastre.

      Si no fuera por las ayudas de la PAC, también por los seguros, quien los tenga, esto sería una catástrofe. Lo malo es que estas primaveras secas son cada vez más frecuentes. ¿Estaremos en los umbrales de la desertización?

      A ponerse las pilas, los de arriba y los de abajo, vivir de forma más austera para disminuir la contaminación. Menos, o ningún, derroche  ni en calefacción (hace unos días, en un centro oficial del pueblo, tenían abiertas las ventanas porque los asaban  los radiadores) ni en coche, ni en plásticos. Que esto va en serio.  .

   P.D.- En los próximos días temperaturas mínimas de  6º grados, en pleno mes de junio.. Veremos si no se carga las huertas.

1 comentario:

Sicosis dijo...

Yo no tengo ninguna duda de tu persona .Es más yo sé que tú no has escrito la susodicha cartita que siempre vas de frente y con la verdad por delante.Mas bien pienso que la carta es una de las muchas argucias que se cuecen dentro del círculo PP PSOE para lavar una imagen muy deteriorada ya . La supuesta amenaza no existe, más bien la están diciendo lo que se oye por el pueblo todos los días .Si tuviera un poco de dignidad dimitiria ya que el palo que ha llevado en las elecciones ha sido grande y lo que tiene pensado hacer la va a hundir aún más.