miércoles, 15 de octubre de 2014

¿QUÉ HAY POR EL PUEBLO?



ASÍ VA EL PUEBLO.

Estamos en sementera, nada que ver con la de antiguamente. Ayer, cuando mi hijo, con el cazo de la pala, cargaba mil kilos de semilla de trigo en la sembradora, me acordaba cuando de mocico iba a llevar dos fanegas, una en cada costal, a lomos de la yegüica que nos hacía de burra, para sembrar dos yeras a mano.

La sementera está impertinente. Ni llueve ni escampa. Así más de un mes. Los hombres y mujeres del tiempo sin parar de dar agua pero aquí nos tocan las escurrajas . Lo que se va sembrando va a nacer, pero mal asunto si no llueve de verdad. Si es que no “ha pasao más de cuatro dedos”.

La gente tira “mineral”, que está muy caro, sin darse cuenta que el trigo está, otra vez, a 28 pts/kilo, y la cebada a 26 pts. Debido a la nueva normativa de la PAC se va a sembrar mucha más veza, guisantes, alfalfa, avena para forraje. Lo malo es que de las primeras ya no se encuentra semilla y se ha puesto muy cara. En cambio la leche de oveja, y me alegro, después de cinco años de bajo precio, que hizo se cerraran las explotaciones menos eficientes, y los que se han ido jubilando, vuelve a tener un precio justo. Sobre 178 pts./litro, lo que ya supone rentabilidad, dado que las ovejonas de ahora dan mucha leche.

En todos los pueblos hay naves y cabañales cerrados. Ahí podrían tener corte los que andan buscando trabajo.

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Como todos los años, a principio de curso, di una vuelta por el Colegio. Me encanta ver a los niños, irlos conociendo. Esteban, el Director, me da buenas noticias: se mantiene la matrícula, que no es poco, en torno a los ciento treinta alumnos, entre infantil y primaria. Y si es gracias al 20 % de hijos de inmigrantes, ¡pues qué bien! Son la esperanza para que estos pueblos no queden desiertos del todo.


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ALUMBRADO PÚBLICO: Hace ocho o diez días, estando la luna en cuarto creciente avanzado, no había luz en las calles. Por lo menos en este corro. ¡Qué preciosidad! Estuve un rato en la terraza contemplando el cielo. Me recordaba la infancia cuando desde cualquier calle se veían las estrellas. Ya casi se me ha olvidado la “osa mayor”, “la menor”, “las siete cabrillas”, la Polar…, la “Vía Láctea”.

Es triste comprobar que, a pesar de la crisis, no cambiamos de hábitos consumistas. Si ahora con las calles asfaltadas, sin barro por lo tanto, sin tener que buscar donde pisar, en las noches de luna no hacen falta las farolas. Aparte de que por la mayoría de las calles no pasa un cristiano. Y no digamos a partir de las diez de la noche.

A mí me gustaría ni una farola en esas noches, pero si es impopular, dejar que alumbren una de cada tres. ¿No vendría muy bien ese ahorro para cubrir otras necesidades? ¿Para un comedor social, por ej., para gente no pensionista que lo necesite?




No sé cómo ira la campaña EMPADRÓNATE. Sigo denunciando, es vergonzoso que, al menos, no haya una ley que obligue a empadronarse a todos los funcionarios que tienen aquí su puesto de trabajo. Pienso que el ayuntamiento debería ser más exigente en este aspecto. Algo debería promoverse.

A pesar de eso en el pueblo se siguen construyendo viviendas. Señal de vida. Ahora mismo otras cuatro iniciando las obras.

En el presente año se han abierto tres nuevas tiendas de alimentación. Me temo que la competencia es excesiva. ¡Ojalá haya para todos!

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