LÁGRIMAS Y SONRISAS.

Pensaba titular este mensaje, "Con el Corazón en un Puño", al salir del cementerio, pero me he encontrado con amigos, con personas de tan buena relación, hemos hablado, compartido, sonreído.

Ayer le tocó el turno a Bene Zamorano, la esposa de Ismael, el de "La Granja", y al ver ahora, en el entierro, a una familia tan destrozada, a ese esposo tan desconsolado, deshecha a su hija Raquel, a Ismael hijo, Amadeo, las nietas y nietos, criados al lado de los abuelos, se me encoge el corazón.

Puede cada quien interpretar como quiera la exposición de mis sentimientos sobre las personas fallecidas. Son eso: "mis sentimientos", mejor o peor expresados, pero siempre sinceros.

Y resulta que esa familia está muy unida a la vida en el pueblo, a los de mi generación.

Ismael, que empezó siendo pocero, como su padre, Damián González, (a quien vi, de niño, estrellarse en moto contra un camión) allá, a finales de los cincuenta, compró un herrenal de "Las Bachicas", a continuación de la fábrica de harinas. Construyó su casita y un granja de gallinas.

Puede que algún dato sea inexacto. Mis recuerdos son del pequeño bar que ocupaba una de las habitaciones de la casa. El primer bar en la carretera, fuera del pueblo. Y se puso de moda. Por allí era el paseo en el verano. El negocio prosperaba, por lo que toda la granja se convirtió en bar, amplio, luminoso con buena barra y muchas mesas, y por detrás, dando al camino de "La Casa", en el patio, aquella deliciosa terracita de verano.

Primeros sesenta, las chicas, sobre todo si iban con el novio, ya se atrevían a entrar en los bares, en ese bar, que era el más moderno, con la disculpa de la terraza en la que ponían música, y hasta podíamos bailar, melodioso, romántico, alguna noche estival.

La panda de amigos estudiantes: algún Concejo, Astudillos, Cossios, y el genial "Poldo", solíamos jugar a las cartas en la terraza de la carretera, hasta las 11 en que íbamos a oír el boletín de Radio París en que daban lo del Tour. Entre nosotros correteaban siendo niños, Ismaelito, Raquel, Amadeo.

El banquete de nuestra boda se celebró en el Restaurante-Bar "La Granja". Nunca he perdido la amistad, ni la buena relación con esta buena familia. Por eso comparto con ellos su dolor. Por eso me puso triste su tristeza.

De regreso, camino solitario. Me alcanza Santiago, y me dice ha fallecido Rosaura, la de Prado, "La Retalera". Así la conocíamos en Villalpando. Otra persona encantadora, afable, amiga. Recuerdo mis encuentros con ella y su hermana por Benavente.

Y para completar la crónica luctuosa hemos de recordar a Rosario Morales, fallecida hace unas semanas. Vivía con su hermano Vitorio en el rincón de la calle de Miraflores. Persona también religiosa y buena. Fue, de joven, algo novia de mi primo "Pacucho".

Ayer me encontré con el viejo "Miliciano". Sus hijos le atienden con mucho cariño. Lo llevaba en silla de ruedas su hija Tere y Julián. Bromeé con él, sobre lo de ir mecanizado. Me contestó muy chulo: -"Ahora me levanto pa saludarte". ¡Qué te crees!. Y lo hizo. Genio y figura. Cumplirá por Santa Bárbara los cien años. -"Es que me habían dicho que se había caído la Puerta Villa y he venido a verla".

Así es la vida: lágrimas, sonrisas,...