domingo, 11 de octubre de 2009

LA SEMENTERA.

Llegaron las lluvias!. Las trajeron como siempre, y en su momento, los vientos ábregos. ¡48 litros en dos días!. Y se ha quedado cálido y neblinoso por las mañanas. Con ello la tierra ha entrado en celo. Nos lo demuestra con sus efluvios, haciendo germinar toda semilla, poniendo a funcionar a toda su flora microbiana. . ¿Cómo no fecundarla con nuestros tractores, con el esperma de nuestros granos..., aunque la criatura que nazca, si se cría, luego no valga dos pesetas?.

Es tiempo de sementera, y antes, por estas fechas también lo era de vendimia. Había pueblos, como Cerecinos, en los que hasta se cerraba la escuela. Era incesante el trajín de los carros con los cestos a las bodegas. Ahora en Villalpando, hay una viña enorme, y otras pocas nuevas pequeñitas. No sé a los vendimiadores que daría la grande trabajo. Tampoco sé dónde los iban a encontrar, sino en la inmigración. No los necesitan, dos enormes cosechadoras vendimian en las tardes noches. Succionan las uvas dejando los rampojos en las parras. Si alguien tiene interés les puedo describir su funcionamiento.

Este fin de semana lo estoy pasando por Valdeconejo y Tremesao plantando pinos. Entre la tarde del viernes y la mañana del sábado hemos plantado en 3'45 has. 3.795 pinitos. Es una gozada, después de las lluvias, andar, respirar por esos parajes. El camino está bastante bueno. Es un recorrido bonito para el senderismo.

Se va por el Camino de "La Casa"., que sale donde Ismael, como yendo al Alsa, dejando esta entrada a la derecha y siguiendo dicho camino. Tierras de labor a ambos lados, sin un árbol, hasta llegar donde estaba "la casa" de la antigua dehesa, donde el camino se convierte en cañada que la va dejando a la derecha. No hay una vez que pase en que no me acuerde de las encinas majestuosas de aquella dehesa. Alguna ha quedado en la orilla. Al llegar al Teso Polanco, empiezan en sus laderas las zarzas y los carrascos. Hay una encina colosal que cobija el bebero de las aves. Ahí, al final de la antigua dicha dehesa, donde el terreno se ondula, empezamos ya a ver pimpollos de pino que cubren muchas hectáreas.
Al acabar la dehesa, forestada, como he dicho en la parte que linda con el Raso, tomamos el camino de la derecha, que la bordea por detrás, por el que vamos subiendo a "El Sebo". Todo eso está forestado con pinos de distintas edades, pero que ya empiezan a hacer "somo". Al descubrir Valdeconejo es una preciosidad todo el pinar de "El Raso" de frente, y casi todo el valle cubierto de pinitos de dos años. Los primeros nuestros tienen quince, y se confunden con sus lindantes del "Raso".

Ahora llegan Sara, Gracia y los niños de rebuscar las almendras. Esos están en el Teso de "El Mimbrero". Junto a los pinos, en 7'5 has. plantamos 600 almendros, hace cinco años, y ya dan.

Les cuento esta faceta forestal a los que viven fuera, y muchos de los que viven dentro, que puede lo desconozcan, y se quejan de que en Villalpando no hay árboles. Vayan, vayan por donde les he dicho y verán.

Y, como siga haciendo así, en pocos días, surgirán los níscalos, y las setas de cardo.

Un saludo a todos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

ES verdad Agapito,es una preciosidad ese parage.ami me gusta mucho ir por esa zona y aprobecho los fines de semana que es cuando puedo subir a pasear y observar todo lo que luce esa zona.y aver si podemos coger unos nicalos este año.un saludo Agapito

Anónimo dijo...

hola Agapito qe tal.hay niscalos para poder probarlos?

Agapito dijo...

Hace unos días mi hijo Álvaro, que es un gran micólogo, dio una vuelta por el pinar y no encontró.

A raíz de las segundas lluvias, y con aquellos días tan cálidos, salieron algunas setas de cardo, y abundantes chamiñones. De éstos llené una cesta enseguida. Aquello era recolectar. Puso Sara una tanda. Estaban ricos. Al día siguiente Álvaro trajo la misma cesta llena de "Pleorotus eringi", (¡cómo fardo!. Me lo ha enseñado José de la Puente), lo más turgentes, tiernas y limpias que te puedas imaginar. ¡Y cómo las fue preparando Sara!. Los champiñones, después de unos días, medio podridos, los tuve que tirar.

No pierdo la esperanza, si voy alguno de estos días, de encontrar níscalos ("mizcalus deliciosus"), que, con todo lo idem que dijeran los latinos, no le llegan a la de cardo ni con mucho.

Un saludo.

Anónimo dijo...

gracias Agapito por tus comentarios y por tus respuestas.un saludo