lunes, 28 de abril de 2008

LA HISTORIA RECIENTE.

En las jornadas celebradas en la UNED a los setenta años del comienzo de la guerra civil, leí una comunicación referida a Villalpando. La cuelgo por si algún visitante la quiere leer, tampoco es necesario lo haga de un tirón.

COMUNICACIÓN SOBRE LA GUERRA CIVIL EN VILLALPANDO. CAUSAS, CONSECUENCIAS.

INTRODUCCIÓN. Pertenezco a la generación de los hijos de los combatientes, primogénitos de los que se casaron cuando acabó la guerra. Mi nombre se lo debo a un tío que cayó en el frente de Madrid, para mi abuela, ni por Dios, ni por España.
Con la madre de ese hijo muerto, que renunció a la paga que por ello le ofrecieron, “porque no quería chupar de su sangre”, me crié, y viví hasta su fallecimiento, a finales del 62. Formaba la unidad familiar otro tío, quinto del 36, que trajo de la guerra los pulmones destrozados y murió joven.
Mi padre, el mayor de los cuatro varones movilizados, se incorporó voluntario a la XI bandera de falange para huir del paredón, cuando detuvieron a un amigo y correligionario del P.R.R.S. del que mi abuelo fue fundador y Presidente.
En la aguardientería familiar, al calor de la alquitara, se formaban buenas tertulias de mayores, cuando yo era niño. Siempre acababan hablando, o discutiendo, pues también asistía algún combatiente del otro bando, de la republica y de la guerra.
Esas fueron mis primeras referencias. Después, muchas conversaciones con unos y otros, muchas lecturas y algo de investigación referida a Villalpando que, en síntesis voy a exponer en esta comunicación.

SITUACIÓN SOCIAL, ECONÓMICA Y POLÍTICA: Conocer la intrahistoria de un pueblo, sirve para conocer la de una nación: ¡Quien ve su villa, ve Sevilla!. La Villa de Tierra de Campos es muy representativa de lo que era el agro de Castilla y León, de lo que era una España con un 70 % de población rural.
Villalpando, según el censo de 1930, poseía una población de 2971 h., pirámide poblacional de amplia base, dada una tasa de natalidad del 40 por mil y un promedio de vida no superior a los 50 años. El 4% de los propietarios poseían el 80 % del terreno: Una dehesa de 900 has. Otro monte de 300, Otro deforestado de 600. Los seis o siete mayores propietarios eran rentistas absentistas. Después de éstos existían cinco labranzas grandes de más de tres pares de mulas y tierras propias, luego toda una gradación de medianos y pequeños agricultores, la mayoría con tierras en renta que, junto a los pastores, profesionales de los oficios y comercio, constituían el 50 % de la población. El otro 50 eran jornaleros, pequeños oficios y mendigos.
Con los anteriores mimbres, el cesto de la diferente calidad de vida entre unos y otros era abismal.
La subsistencia de los jornaleros dependía de que les dieran o no jornal, que les daba para comer ese día. No existía ningún tipo de protección social: ni seguros sanitarios, ni prestaciones por desempleo, ni pensiones de vejez o incapacidad. La beneficencia municipal pagaba a un médico “para los pobres”. La Diputación prestaba auxilio en un Hospital Provincial, en un asilo y en el hospicio, para casos extremos.
Entre los obreros también existían diferencias. No era lo mismo ser “mozo de año” (aunque tenían que dormir sobre paja, en la pajera de la cuadra, junto a las mulas, para vigilar si alguna se ponía mala y para apiensarlas a media noche) que “andar a jornales sueltos”. Como la oferta era abundante, los amos seleccionaban a los que más rendían. Las jornadas eran de sol a sol, sin horarios
A lo largo del siglo XX, debido al aumento demográfico, incluso replantadas las viñas, superada la devastación de la filoxera, la aparición de las segadoras agavilladoras, de las aventadoras, ..., fueron aumentando los brazos ociosos. Los obreros marchaban, a pie, a machacar piedra para las carreteras, a cavar los túneles de “Las Portillas”, a los Saltos del Esla, a cavar viñas en La Rioja, a segar a mano a la Tierra del Pan, a “hacer el verano a los pueblos palentinos y vallisoletanos de “Campos”, los que podían juntar el dinero emigraban a Francia o a la Argentina.
Vivían en casuchas de adobe o tapial, apretujadas unas contra otras, que de 20 metros cuadrados de solar las había; si bien con dos plantas, en las que si los muchachos crecían, pegaban con la cabeza en las tobas del techo: piso en tierra, cocina, y dos cuartos. Una puertica y dos ventanucos a la calle. ¡y nada más!, ni retrete, ni agua, ni nada. Una bombilla, y no en todas.
Tener un cacho de corral para hacer en él las necesidades, criar unas gallinas que las aprovecharan, y una coneja, alimentadas de “cogido” las camadas, suponía media supervivencia. Si había sitio para una pocilga con huésped, alimentado con la respiga, eso era un lujazo, y más cuando de la matanza se cambiaban los jamones por los mismos kilos de tocino.
Las mujeres salían al campo a apañar de todo: respigar en el verano, a rebusco de uvas después de las vendimias, a por “el cogido para los conejos”, a robarle a las hormigas, cavando los hormigueros, el kilo de granos que habían apañado en todo el verano, a barrer la paja que las torbas sacaban de las eras al camino, a por un haz de leña a la dehesa que traían en la cabeza y revendían por las casas. A espárragos silvestres: atados en haces de docena los llevaban, andando a vender al mercado de Benavente. Del prado se apañaban ababanjas para ensalada, lo malo, tener aceite; boñigas secas para la lumbre; de los barbechos cardillos y achicorias.
Como colofón a esta sucinta descripción trasladamos uno datos sacados del Libro de Actas del Ayuntamiento. Corría el año 1923.
Jornal diario de un obreros sacando tierra del cauce del río Valderaduey, TRES PESETAS...... . “y a los que sean ancianos o no estén con todas sus aptitudes DOS pesetas CINCUENTA céntimos.
Precio de los alimentos:
Pan, pieza de dos kilos, a cincuenta céntimos kilo.
Carne de vaca sin hueso, dos pesetas veinte céntimos.
Tocino: TRES PESETAS VEINTE CÉNTIMOS.
Manteca de cerdo: CUATRO PESETAS KILO.
La cebolla era mucho más barata.
Aquel mismo año en que un jornal de pico y pala se pagaba con TRES PESETAS, o DOS CINCUENTA, el Ayuntamiento paga TRESCIENTAS PESETAS INTEGRAS al Predicador de Semana Santa y OCHENTA PESETAS POR SU ALOJAMIENTO a la Superiora de las Hijas de la Caridad.

En contraposición, los de la clase alta, los señoritos, disfrutaban de buenas casonas, buen vestido (de corbata a diario), buen alimento, buena higiene (algunos eran refinados en jabones y perfumes) las criadas le subían el agua caliente al lavabo de su habitación. Acceso a la sanidad de entonces y a la educación. Y, cuando el trabajo era tan duro, no superable físicamente por los más débiles, no trabajaban. Sus manos, su “distinguido” aspecto contrastaba con el pobre, tosco y rudo de los jornaleros. Entonces la palabra “rico” tenía verdadero significado.

Entre los de la clase media también había diferencias. Tomemos como modelo la familia labradora de par de mulas. Si las tierras eran propias ya podían “coger mozo de año” y el amo ayudar en sementera y verano. Y vivir con desahogo: casa decente, corral, pajar, cuadra, bodega. Si eran arrendadas, en todo o en parte, vivían trabajando mucho y aplastados por las rentas. Aún así, a excepción de los rapucheros (los de pareja o un burro y cuatro cachos del común en las pobres tierras del Raso), como al menos cogían pan, garbanzos y marrano para el año, eran de derechas.



¡Qué extraño fue que ante aquella situación de pobreza, de injusticia social en las oprimidas familias jornaleras calaran las ansias reivindicativas, el anhelo de justicia social, las doctrinas marxistas e, incluso, el afán de revancha.
Desde comienzo de siglo, sobre todo a partir de la visita de Pablo Iglesias, el descontento obrero comenzó a organizarse. Como las diferencias económicas y sociales eran tan grandes, las soluciones de izquierdas propiciadas abarcaban un amplio abanico. Desde las más revolucionarias, Anarquistas y Comunistas, a las más moderadas, Partido Republicano Radical Socialista, devenido a Izquierda Republicana.
Todos en Villalpando tenían organizadas y potentes asociaciones.

AGRUPACIONES LOCALES DE PARTIDO POLÍTICOS QUE SE CREARON, O YA EXISTÍAN DURANTE LA II REPÚBLICA. LOS DE IZQUIERDAS TODOS CON SEDES, AFILIADOS, JUNTAS DIRECTIVAS.

AGRUPACIÓN SOCIALISTA. Constituida en 1919.
PARTIDO COMUNISTA DE ESPAÑA. Primer radio constituido en la provincia, en 30 de octubre de 1932. Su Presidente, Salvador Allende, un jornalero agrícola, fue Candidato al Congreso por éste partido en las elecciones de 1933 y fusilado en el 36.
ANARQUISTAS DE LA CONFEDERACIÓN NACIONAL DEL TRABAJO, LA CNT. De estos fue destruida toda la documentación.
PARTIDO REPUBLICANO RADICAL SOCIALISTA, presentan la solicitud el 15 de Julio de 1931. Presidente fundador Gregorio Modroño, mi abuelo.

PARTIDOS DE DERECHAS.
De los dos el que más implantación tenía en Villalpando era el PARTIDO AGRARIO, puede que por la influencia personal de D. José Mª Cid, en cuya relación provincial de simpatizantes cuenta con una lista de 44 personas. Incluidos en ellos los cinco sacerdotes. Cosa rara que no fueran más afines al Partido más católico, ACCIÓN NACIONAL. Estos, en Octubre de 1932 constituyeron su Junta Directiva.

RESULTADOS ELECTORALES. RELACIÓN DE FUERZAS DE IZQUIERDAS DERECHAS.

En las primeras elecciones, las junio de 1931, no lo podemos saber, pues concurrieron juntas izquierdas y algunas derechas en la CONJUNCIÓN REPUBLICANO SOCIALISTA.

En las de Nov 33, las derechas agrupadas en LA COALICIÓN ANTIMARXISTA, obtienen el 66 % de los votos. Sumados los resultados de los de izquierdas, dan un 36%. El centro obtiene una insignificante 2%. La abstención fue del 33%, de ésta puede que un 10 % lo fuera de abstención activa, propiciada por los Anarquistas.
En las últimas, las de Febrero del 36, tienen derecho al voto 1537 personas, teniendo en cuenta se votaba a partir de los 23 años y lo achaparrado de la pirámide poblacional, consideramos el censo superaba los 3000 habitantes. Vota el 81 % del censo. Las derechas unidas en la COALICIÓN ANTIMARXISTA, obtienen el 44,51. Las izquierdas, unidas en el FRENTE POPULAR, el 52,65.

A las derechas votaban no sólo los ricos, sino casi todos los pequeños propietarios, la mayoría de un cacho de tierra propia y el resto en renta, desoyendo el ruego de Galarza

En un mitin celebrado el 15 de enero de 1932 se detiene en la Reforma Agraria que tanto ansiaban las izquierdas del pueblo y dice: “ La tierra tiene que estar cada día en el mayor número de manos, y ésta no puede ser del hombre que vive sólo de las rentas que le produce su propiedad. Jornaleros y pequeños labradores no pueden estar enfrentados, puesto que defienden intereses comunes”.

Sí estaban enfrentados porque quien poseía un cacho de tierra, ya se consideraba de derechas. Además, aquella agricultura rudimentaria requería mucha mano de obra. Al menos para la recolección casi todos los labradores habían de coger agosteros.

Unido a ese ancestral y arraigado sentido de la propiedad existía el sentimiento religioso, tan influyente en la sociedad rural tradicional, y la organización social, reflejados en el lema de Acción Nacional: Religión, Patria, Familia, Orden, Trabajo y Propiedad. Un riquillo de Villamayor de Campos decía estar de acuerdo con el lema pero quitando el trabajo y dándole la vuelta para establecer las prioridades: Propiedad, Orden, Familia, Patria y Religión.


GESTORA DE IZQUIERDAS.
El 13 de marzo de 1936, citada de urgencia, de forma oral y aquella misma mañana, la Corporación Municipal elegida democráticamente el 12 de abril del 31, y otros once señores, el Secretario lee el cese fulminante de todos los componentes de la misma, así como la designación de los once componentes de la Gestora que se va a encargar de la Administración del Municipio.
De la comisión saliente, sólo asisten cuatro. Acatan el cese, pero tres protestan, de que procediendo de elección popular se les haya destituido del cargo que ostentaban.
Seis pertenecían al PSOE.
Tres al Partido Republicano Radical Socialista, ya por entonces Izquierda Republicana.
Dos al Partido Comunista.
Nada más tomar posesión, uno de los gestores, se dirige a quien ostentaba la Presidencia saliente y le pregunta, ¿Que por qué no han asistido el resto de compañeros destituidos?, reflejo del clima de enfrentamiento.
Esta Comisión Gestora, en sus cuatro meses de vida, desarrolló una actividad frenética. Celebraron 33 sesiones, de todas las cuales existen actas. Días hubo de sesión en mañana y tarde. Su preocupación fundamental, mitigar el paro obrero que significaba hambre y miseria. El mismo día de la toma de posesión matutina, celebran sesión vespertina, cuyo primer acuerdo es “petición de auxilios al Estado para dar trabajo a los obreros en la construcción de aceras” en diez calles del pueblo.
También emitir un bando “prohibiendo segar y pastar por los regatos del común de vecinos y por las praderas del Chapazal y la Redondilla”.
Realizaron todo tipo de gestiones y viajes, incluso a Madrid, a fin de conseguir presupuesto para encauzar el río Valderaduey. Ello hubiera acabado con el paro obrero, tan alto en la villa, “para que el horrible espectro del hambre no se enseñoree del humilde hogar del obrero y no llegara el aciago día en que éste no tenga un pedazo de pan que dar a sus pequeñuelos”.
En la tercera sesión celebrada tres días después acuerdan modificar el nombre de las siguientes calles: Real por calle de La Republica. Calle de la Amargura por Avenida del Primero de Mayo. Calle de San Isidro por Galán y García.
En siguientes sesiones siguieron: San Andrés por España Moderna. Santa María por Largo Caballero. Santiago Apóstol por Santiago Moreno. Santo Domingo por La Pasionaria, etc, etc..
En la cuarta sesión, justo a la semana de toma de posesión, imponen multa de dos pesetas a cinco padres “por cortar sus hijos (entonces niños, algunos vivos aún ahora) flores en el Paseo” (Así se sigue llamando el jardín municipal).
En la sesión del 12 de junio imponen otras seis multas: de 2 pts a Maruca Allende “por andar a pájaros su hijo Ovidio y tirar cantos en el jardín”. A Patrocinio Palacios “por hacer aguas mayores en el jardín su nieto Cándido Vázquez” (“Lobico”, vive en Francia. ¡Cómo se reía el pasado San Roque al recordarlo!.). Las siguientes son de diez pesetas por pastar: con ovejas, o una yegua, o quince bueyes. Esta, la de los bueyes al dueño de la dehesa, Ignacio Covaleda, el mayor terrateniente del pueblo.
Para acabar con la curiosa relación de multas, la última fue al niño Leoncio Herrero “por romper una bombilla”, la mañana del mismo 18 de julio. Su padre ya no la pagó. Ese niño es el Padre Leoncio, Misionero autor de una inmensa obra social de Buenos Aires.
También acordaron bastantes prestaciones en dinero “para desplazarse el Hospital Provincial”, “para llevar al manicomio” “al asilo”, “al hospicio”.
Dedican una sesión monográfica para discutir y rebajar el precio del pan.
Expulsan del Colegio Municipal de Enseñanza a Las Hermanas de la Caridad para que fueran sustituida por Maestras del Estado.
Cesan al Secretario Municipal interino.
Pierden horas y horas de su trabajo sin cobrar ni un duro.
Pintado en gruesos brochazos el policromo cuadro de la actuación de la gestora, refleja cuál era la situación social, política, económica del pueblo.
El día 23 de julio fueron convocados. Asistieron los diez que estaban en el pueblo. Por orden de la nueva autoridad “civil” de la provincia, cesaron en sus cargos, de forma pacífica y civilizada. Tomaron posesión cinco personas, de las diez que habían sido nombradas, componentes de la nueva Gestora de derechas. Como Presidente de esta Gestora fue nombrado el Presidente Local de Acción Nacional
De los once componentes de la Gestora de izquierdas, dos fueron fusilados, el resto sufrieron prisión


CLIMA DE CRISPACIÓN SOCIAL.
Durante los años de la República, sobre todo a partir de las huelgas del 32, se vivió un clima de duro enfrentamiento entre obreros y propietarios, incluidos los pequeños. No sólo por los conflictos del trabajo, por el paro, por la miseria de las familias obreras, sino por la cuestión religiosa, por la radical concepción social de izquierdas y derechas: parejas que se unían con boda civil o sin boda, niños que no eran bautizados; por supuesto, dejar de ir a Misa, Novenas y Procesiones. Incluso oponerse a éstas.

Por directa transmisión oral y por hemeroteca conozco las peripecias de aquellos años, de las que haré escueto muestreo:
A los escasos muchachos del Arrabal que iban a Misa, los otros, les tiraban piedras.
En la procesión del “Corpus” del año 36, un grupo de mujeres apedrearon al “Santísimo”. En la procesión de “La Purísima” del año anterior, las que llevaban las andas, dejaron a la “Virgen” en el suelo y anduvieron a la greña con las manifestantes.
Mi suegra, mujer joven y guapa por aquellos años, andaba con dos o tres cuñadas, ayudando a los hombres en el atropeo de la mies de la labranza propia en una tierra junto al río. Allí llegó un grupo de obreros huelguistas y, como no les podían quitar de trabajar, ya que eran autónomos, con el pretexto de bañarse en el río, se paseaban por allí totalmente desnudos.
“El Harinero” construía una preciosa casa en el centro del pueblo. Pasó por allí un obrero de los más valientes y le dijo: ¡Quédala bonita, que ya veremos quien la estrena!.
Cuando la huelga de la primavera del 34, los mozos de Candidín, eran los únicos que salían a arar. Entrar a trabajar en esa casa suponía un seguro de vida. El amo les seguía pagando el jornal cuando caían enfermos, les daba leche,.... Cuando viejos cuidaban viñas o andaban por la casa y no les faltaba la comida. Los cuatro mozos de año miraban por la casa como si fuera propia.
Solían andar dos pares en cada tierra, a veces lejanas entre sí. Un día en que el más joven y el más viejo araban en “El Raso”, fueron a por ellos un grupo de obreros. Al más joven le hicieron todo tipo de vejaciones. Llegó llorando a casa.
A los pocos días él, dos de sus hermanos un poco mayores y otro obrero de la casa, escondieron cuchillos entre la ropa y, al acabar la hoguera de la Octava de Santa María, se apostaron a la espera de los tres cabecillas de grupo cuando regresaban a sus casas en el Arrabal. Uno pudo escapar, a dos hirieron gravemente. El más grave murió a las pocas horas. Era el Presidente de la CNT.
Al amanecer fueron encarcelados los autores. Ese día se casó, con 18 años, una hermana de mi madre. Del humilde banquete nupcial llevaron comida a los encarcelados. Vive mi tío Pablo, el muchacho que les llevó la comida.

Nueve hombres jóvenes, padres de muchos hijos, acosados por el hambre a causa de la huelga, asaltaron de noche la panera de “La Maragata”. Entre todos llevaron a su casa unos mil kilos de trigo. Descubiertos, apresados y juzgados, cumplieron prisión de 2 años, 4 meses y 1 día. La esposa de uno de ellos hubo de mandar a sus cuatro niños al Hospicio. Nada podía darles de comer. A otros dos que cumplían condena en la cárcel de Burgos, cuando estalló la guerra, fueron allá gente del pueblo, y los fusilaron, o mandaron hacerlo.

“Cúchares” era un mozuelo muy atrevido. Todos los días pasaba por la puerta de D. Cayo, uno de los Curas, cantando: “Si los curas y monjas supieran/ la paliza les vamos a dar/ subirían al coro cantando / liberta, libertad, libertad”.
D. Cayo, cura fornido, de gran corazón pero algo asilvestrado, un día lo espero tras la puerta, lo agarró por el cuello y le dio una buena tunda.

Los obreros celebraban con desfiles, discursos, bailes, canciones cada Primero de Mayo. El grupo más madrugador recorría las calles del pueblo cantando:
“Levántate obrero / pronto y con valor / que de estrella a la aurora / la revolución.
A pedir las ocho horas / y mejor jornal /hasta conseguirlo / no hemos de cesar.
Cantemos todos juntos / las glorias del trabajo / por haber abolido / la ley de los salarios.
¡Abajo el capital! / con su explotación / y arriba los obreros / todos en unión.
Miserable el obrero / que venda el voto al burgués / merezca nuestro desprecio / y no contemos con él.
¡Abajo el capital /con su explotación / y arriba los obreros / todos en unión.

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LOS SUCESOS DE LA GUERRA.
La tarde del domingo 19 de julio, por el Rincón de la Gloria y el Barrio de San Miguel había mucha animación, idas y venidas. Al caer la noche un grupo de hombres, jóvenes la mayoría, y alguna mujer, desde la calle Magdalena, la última del pueblo, cruzaron la carretera de Rioseco, cogieron el camino de Barrabueyes y se apostaron en las cunetas de la Carretera de La Coruña. En el grupo había dos o tres pistolas, alguna escopeta de caza y, sobre todo, hoces, navajas y palos.
Esperaban a un destacamento de los mineros que habían llegado a Benavente. Los ayudarían a tomar el pueblo para que se mantuviera fiel al Gobierno de la Republica.
En lugar de mineros, que a esas horas se daban la vuelta, llegaron los guardias civiles de la pequeña ciudad.
A los vítores de los obreros respondieron con disparos los civiles. Hirieron a Santiago García de 19 años y a Román Mansilla de 45.
En el mismo coche los trasladaron al hospital de Zamora. El muchacho murió desangrado en el camino. Al hombre lo curaron. Luego lo encarcelaron. Juicio sumarísimo y fusilado a los seis días de octubre.
Ante las ráfagas de fusil todos huyeron, menos Pedro, hermano de Santiago. Parece ser que lo acompañó a Zamora. Es el primer detenido del pueblo, el 24 de julio. Ya no salió de la cárcel hasta el día que lo fusilaron, 13 de diciembre. Tenía 17 años.
Cuatro de los participantes huyeron a Asturias con ánimo de incorporarse al ejercito de la república.
También al caer la noche, en casa de Frutos “El Quesero”, Tesorero de la Agrupación del P. Republicano Radical Socialista, se habían refugiado varios derechistas armados que tuvieron noticia de la promesa de llegada del grupo de mineros. ¡Mejor fue así!. De lo contrario, terrible hubiera sido el baño de sangre.
El día 29 de julio fueron tenidos “ en sus casas o en el trabajo ocho jóvenes por haber opuesto resistencia a las fuerzas falangistas que trataban de imponer el orden”. Heraldo de Zamora 30-julio-1936).
De ellos sólo uno, padre de familia encarcelado por confusión casi dos años, regresó vivo al pueblo.

NÚMERO TOTAL DE VÍCTIMAS DE IZQUIERDAS, LA MAYORÍA REPRESALIADOS.
A las ya dos víctimas enumeradas, pronto se fueron sumando más. En los días y meses siguientes otros veinte fueron detenidos, llevados a la cárcel de Zamora y fusilados en las tapias del Cementerio. Tres más cayeron apresados y asesinados por gentes del pueblo, en las proximidades de éste. Más los dos de Burgos: 27.
A los anteriores hemos de sumar, como víctimas de la represión, a Abraham que pasó escondido bajo un pesebre los tres años de la guerra, hasta que enfermó y murió. Y a Ranillo que se suicidó en la cárcel. VEINTINUEVE es el dato exacto de las víctimas de la represión en Villalpando.
Añadamos dos hermanos, uno desaparecido y otro muerto en combate en el bando republicano y tendremos treinta y una víctimas de izquierdas.
Atendiendo a las ordenes del General Mola de no dejar enemigos en la retaguardia, el gobernador militar las transmitía a los pueblos. Derechistas de cada pueblo elaboraban las listas de las personas a detener por la guardia civil. A veces algún derechista acompañaba a éstos.

El número de los que sufrieron prisión, incluida una mujer, fue mayor que el de fusilados.
El último fusilado de Villalpando lo fue el 13 de diciembre de 1936.


NÚMERO DE MUERTOS EN EL FRENTE, COMBATIENDO EN EL BANDO SUBLEVADO O NACIONAL.

-DIECISEIS. De ellos tres incorporados voluntarios. Otro más voluntario a la fuerza en una bandera de falange, para huir del paredón. Dos más de los fallecidos lo fueron, uno al intentar pasar de los republicanos a los nacionales, y otro varios meses después de pasado,. combatiendo en bando nacional.

Como no todo fue cainismo por los dos bandos, relato breves botones de muestra de generosidad en uno y otro bando.

Quintanilla del Monte. Sacaban a ocho diez obreros en el camión. Avisaron a D. Basilio, típico cura de aldea campechano, jugador de cartas, bondadoso, querido, padre del pueblo. Se arremangó los manteos, salió corriendo, se plantó en la empedrada carreterucha delante del camión, hasta que descargaron “la mercancía” y marchó de vacio.

Manolo Núñez, labrador de par de mulas, con la mayoría de las tierras en renta. Tres muchachas y un solo hijo varón. Falangista idealista marcha voluntario el frente de Madrid. Herido, muere a los dos días, 10 de Dic del 36, en el Hospital. Lo traen a enterrar al pueblo. En el velatorio los primos y otros falangistas, de los que quedaron en el pueblo, planean preparar aquella noche una escabechina. Todos tenían pistolas. El señor Manolo con el cadáver de su hijo de 23 años delante se planta y no los deja salir de casa¨”con la sangre de mi hijo ya es suficiente”.

Melecio Mansilla. Cuando estalló la sublevación cumplía condena en una cárcel de Madrid por lo del trigo de La Maragata. Estaba casado y tenía una hija. Puesto en libertad fue de los primeros organizadores en la defensa resistencia de Madrid. Libró a un muchacho del pueblo, a quien pilló la mili en Madrid, de las iras de otra miliciana, también del pueblo. Luego el muchacho se pasó y murió en combate. Melecio llegó a ser Teniente del Ejercito Popular. Hecho prisionero el padre del muchacho de libro de la cárcel y de.... . Regresó al pueblo. Tiene 94 años, muy amigo de un hijo suyo, a mí fue el primero al que un día en el campo, contó su peripecia. Ahora enseña con orgullo su carné militar, cuando viene al pueblo. Al enviudar y hacerse muy mayor marchó con los hijos Bilbao.

2 comentarios:

Agapito dijo...

Aclarar un error: Al citar al Candidato por el PCE en las elecciones de 1933, me equivoqué en el apellido, confundiéndolo con quien fue Presidente de Chile. Cambie el Luna por el Allende. El señor Salvador se apellidaba Luna: Salvador Luna Alarma. Padre de Pepe, Lucia y Beatriz Luna.

Anónimo dijo...

cambié