domingo, 4 de noviembre de 2012


                                  JALOGÜII, en inglés HALLOWEEN.

           Cuando atardecido el día 31 aparecieron en casa mis nietecitos de Villalpando, junto con amiguillos, con disfraces “terroríficos” (esqueletos, calaveras, fémures, dráculas, sangre…..), pensé: ¿qué desagradable tontería es esta?. Mayor fue mi sorpresa al decirme que aquella tarde, en el Colegio, habían celebrado la fiesta de “Jalogüii”.

           ¿La fiesta?. ¿Qué fiesta?. ¿Es acaso el sentido pagano de la muerte una fiesta?. ¿Es educativo banalizar algo tan serio?. ¿Puede haber algo más contradictorio que los niños y la muerte?.

            Educados en la cultura Cristiana el día de Todos los Santos, celebrábamos  que en el cielo hubiera una “muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, razas, pueblos y lenguas, de pie, delante del Trono y delante del Cordero,…..”  . Ellos eran los bienaventurados: los pobres, los desprendidos de las riquezas mundanas, los mansos de corazón, los que tienen hambre y sed de la justicia, los que sufren persecución por lo mismo, los que lloran, los misericordiosos, los pacíficos, los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.

            ¡Claro!, ¡cómo no!: ese era el primer día de visita a los cementerios. Todos, niños y mayores. Recordábamos a nuestros difuntos poniendo faroles sobre sus tumbas; puede que la mitad en tierra, las de los más pobres,  aunque a ninguna le faltaba la garabateada cruz, bastantes furruchosas, con el nombre del difunto en la ovalada placa, pintado a mano. Sobre algunas aparecían dispersos crisantemos de la huerta de la “señá” Valentina.

            Pero después por la tarde noche, hasta el toque de queda a las diez, era día de bares, (los tres que había en el pueblo), de baile y cine. Era día de fiesta, de alegría.

            No así el siguiente, el “dos de noviembre”. Ese era propiamente el Día de los Difuntos (Larra lo dejó inmortalizado). En muchos pueblos pasaban toda la noche del uno al dos, las campanas tocando a muerto. Ese era el día en que los Sacerdotes responseaban por las sepulturas, a demanda, recibiendo por ello unas monedas que les depositaban en el bonete bocarriba, portado en la mano por un monaguillo. Los muchachos pasábamos los dos días jugando por allí, sobre todo a “las cartas” a la entrada (apoyábamos y soltábamos, sobre sitio marcado en la pared, algo por encima de nuestra cabeza) uno a uno viejos naipes que caían al suelo;cuando el soltado montaba sobre otro, el dueño ganaba la “tabada”. Recogía todas las cartas del suelo).

            Eran lúgubres aquellos noviembres: los días plomizos, las calles embarradas apenas alumbradas por bombillica en alguna que otra esquina, los frecuentes toques a muerto en cuatro iglesias, las novenas de ánimas en Las Monjas y San Nicolás, iglesias medio a oscuras, túmulos en el centro, brillantes fémures y calaveras, el Sr. Macario en San Nicolás y unas invisibles monjas en el enrejado y puntiagudo coro de arriba, cantando latinajos entre ilegibles y terroríficios (“cuantus terrores futuros…”), las corujas y los apagones de luz que se sumaban al acojone,…. La camilla, el braserico, las cartas, la radio (donde había), el cariño de la familia, nos consolaban y protegían.

            Y, ¿qué tiene que ver esta fiesta de Hallowenn con lo anterior, con nuestras raíces?. Insisto: ¿qué tiene de educativo para ser una actividad escolar?

            Hemos pasado de una infancia numerosa, criada con escaseces, penurias, educada, por ello, en la austeridad, en el espíritu de sacrificio, a una escasa, llena de confort, comodidades, incluso mimos, caprichos, a la que poco se le estimula para el esfuerzo.

            La educación entre algodones, la del buen rollito, cuyo exceso es lo que critico: Me encanta que los críos actuales, disfruten de bienestar. Si bien a medida que van creciendo, mediante el convencimiento, se les deben ir imponiendo obligaciones.

            Y existe, en la Secundaria, a partir de los doce años, una asignatura que se llama “Educación para la Ciudadanía”. ¡Qué risa!. Ya se ven los resultados, sin generalizar: fracaso escolar, botellones, vandalismo,….

            Educación para la ciudadanía, de forma transversal, la nuestra, en aquella austera y solidaria forma de vida, en el buen ambiente familiar, en las sanas costumbres,…. ¡sí, coño!, ¡por qué no!, en la educación religiosa, en valores, cuando era buena. Esa dio la generación que subió al país.

            Pero si con actividades escolares como la fiestecita citada los estamos incitando, entrenando para eso: para la “fiesta” continua, para la “diversión” como única meta de la vida. Y la “diversión” ahora son las noches de alcohol, de contorsiones al ritmo de músicas “tecnos” con decibelios a tope, en antros más o menos multitudinarios y abarrotados.

            Han de ocurrir desgracias como los accidentes de las madrugadas fin de semana, como lo del Madrid Arena, para percatarnos de que así no puede ser. Y buscamos soluciones en la multa, en los reglamentos, en las prohibiciones. Y no, amigos. La solución está en la educación para un cambio de vida. Educación en la familia, en la escuela, en la sociedad.

            Cada centro escolar, al principio de curso, programa sus actividades. Siempre, tras unos contenidos, se fijan unos objetivos educativos a conseguir. ¿Alguien me puede explicar cuál es el objetivo educativo a conseguir pintorrojeando la cara de los niños de zombi, bromeando con la muerte, en la fiesta de Jalogüii?.  
            

8 comentarios:

Anónimo dijo...

la globalizacion agapito, la globalizacion,en cuanto al caso madrid arena,se ha vivido algo similar no hace tanto en alemania,y si añoramos tiempos pasados,todos recordamos tragedias en varias discotecas de españa,mirando lo positivo creo que la juventud es mas responsable y sobre todo al volante,que yo me acuerdo madre mia como ibamos al volante hace 20 años,en cuanto alos colegios hemos pasado de hacer la instrucion a hacer el carnaval, un cordial saludo

Agapito dijo...

Sí, al volante es más responsable por miedo al globo de la Guardia Civil, el que ha de conducir.

Por supuesto que esto de las noches de alcohol, droga y vandalismo con cierta frecuencia, no es nuevo, sin que por ello sea aceptable. Los niños de la Logse, de los grandes presupuestos en educación,...`¡vaya resultado!.

Anónimo dijo...

Creo q es de las pocas veces q estoy deacuerdo contigo,tengo 35 años y las jovenes generaciones no saben valorar las cosas insignificantes de esta vida q realmente son las mas importantes y la culpa la tenemos los padres q hemos querido darles todo lo que carecimos nosotros de niños y aqui esta el error,se lo damos todo echo y papa resuelve todos los problemas y no aprenden a madurar y ser responsables.

Anónimo dijo...

hola , extraordinario articulo, ha plasmado el pensamiento de muchisimas personas de una manera magistral, como si estuviese leyendo al gran arturo perez reverte , no se lo habra copiada del año anterior ,je je, es broma .la EDUCACION es la clave de todo , fijese en videos en youtube como se esta adoctrinando a la gente en vascongadas y sobre todo en cataluña ,lo que estan haciendo con los niños .

Agapito dijo...

¡Pues gracias hombre o mujer! por estar de acuerdo, aunque sea sólo una vez.

Con 35 años tú perteneces a las jóvenes generaciones, no creo que tengas hijos en edad de botellón.

Tampoco creo que con esa edad tu tuvieras carencias de niño/a. Naciste ya en la época de las vacas gordas.

Hechas las salvedades, por lo demás, de acuerdo en tus apreciaciones.

Un saludo.

Agapito dijo...

Al segundo mensaje de la tanda. ¡Pues hijo/a!. ¡Qué muchas gracias!. Es gratificante tu comparación con el gran Arturo. Como no compro el periódico hace tiempo que no leo "El Semanal". Tengo su recopilación "No me cogeréis vivo". Le admiro. Tampoco yo tengo pelos en la lengua.

Me encanta la coincidencia que tu señalas: EDUCACIÓN. Si esta crisis económica sirviera para un cambio social, de costumbres se podría aplicar el refrán: "No hay mal que por bien no venga".

Igual que era irracional, y pocos lo veíamos así, el boom de la vivieda, y el globo explotó, es anormal que el sistema educativo mantenga a un montón de grandullones, en casos hasta los 18 años, haciendo el zángano en las aulas de la secundaria. Es anormal que un porcentaje muy alto se emborrache todos los fines de semana. Es anormal dos noches completas, de las 12 a las 8 de la mañana, a la semana, fuera de casa y de diversión: alcohol casi en general, y de las otras drogas en alto porcentaje . ¡Qué ganas han de tener de estudiar al lunes siguiente...!.

No veo esos videos de youtube, aunque bien sé como en esas dos autonomías desde hace muchos años en la escuela se está maleducando en el "hecho diferencial", que es aldeanismo anacrónico, distorsionar la historia, sembrar el odio.

¡Pues eso!. Que gracias y que se sepa.

Anónimo dijo...

Hola Agapito.
Celebro la fiesta de Halloween con mis alumnos pero no soy muy partidaria de esta.
Quiero hablarte del tema de Halloween desde la poca experiencia que tengo como maestra de inglés.
Como bien tu has dicho todos los maestros debemos de tener una programación en el aula antes de comenzar las clases en septiembre. Todos los libros de ingles incluyen dentro de sus contenidos este tema. Desde la editorial Oxford que es la que se utiliza en Villalpando hasta Mc Millan que es con la que trabajo yo. Incluyen esto entre otras fiestas como son la navidad y la semana santa (llamada Easter y celebrada de diferente manera) sin caperuces, ni dolorosas, ni nazarenos. Como te he citado antes yo no soy muy partidaria de estos contenidos, pero si que es cierto que hay que darlos pues estan dentro del libro de texto. Otra cosa es que nuestra labor como docentes intentemos hacerlo a la española. Halloween es una fiesta americana que no tiene nada que ver con nuestro Dia de los Santos. Yo tampoco entiendo que se ridiculice la muerte de esa manera pero creo que no es tan trágico como lo pintamos. Se celebra con alegría sabiendo que nuestros seres queridos estan en el más allá llenos de paz y en armonia.
No se si llegará este mensaje porque escribi hace mes y medio y no lo vi publicado en el tablón.
Un saludo y un fuerte abrazo. Una ex-alumna tuya.

Agapito dijo...

Querida ex-alumna (seguro que de inglés no te di clase. No sé ni papa), ¡gracias por tu mensaje!.

El anterior del que me hablas no ha llegado a mi ordenador.

Acepto tus explicaciones. Supe después por Inés que esa "actividad" formaba parte de la clase de inglés.

Todavía creo recordar que los contenidos de cada asignatura, vienen marcados por ley. A ellos se ajustan los textos. Luego las actividades, sobre todo en la clase de idiomas, pueden ser muy opcionales.

Supongo que el objetivo final a conseguir en la clase de inglés sea, al final de la secundaria, un conocimiento del mismo, ello adquirido gradualmente desde el 1º de Primaria. Algo tan concreto como eso: el conocimiento de un idioma, entenderlo, hablarlo, leerlo, escribirlo.

¿Qué metodología a emplear?. Yo echaría mano de los medios audiovisuales, reforzados con actividades en cuadernos que se correspondieran con los diálogos y personajes vistos, repetidamente, en la pantalla. También manteniendo pequeños diálogos en inglés con los alumnos.

Lo de aprender un idioma, aun haciéndoselo atractivo con dibujos animados, es algo mecánico, repetitivo, memorístico (aunque esto, en la moderna pedagogía del buen rollito, suene a blasfemia).

Ahora bien, copiar ciertas costumbres de alguno de los países en que se hable esa lengua, no sé lo que pedagógicamente pueda tener de eficaz.

La mayoría de los niños de Primaria, sobre todo los pequeñitos, salvo dolorosas excepciones que me afectan, no tienen "seres queridos" en el más allá. Y, de todos los modos, no es ese el sentido de la fiesta de Halloween.

Perdona mi discrepancia pero no le veo ningún tipo de sentido a esa actividad.

Recibe mi saludo más cordial.