CINISMO Y DEMAGOGÍA.

Oigo en la reseña de los mítines del domingo pasado, 8 de mayo: “…, porque tenemos la derecha más a la derecha de toda Europa, porque no aceptan el fallo del TC, en la legalización de Bildu,….”.

Penoso: el, por poco, gurú de la secta recurriendo al manido topicazo, sacando a pasear el sobado espantajo de “la derecha”, (esto de la “derecha”, lo dice engolando la voz, remarcando lo “peyorativo” del término. ¡Cómo lo coja la Merkel!), dando podrida carnaza a lo más anacrónico de sus lacayos,….. .

Y, ¡claro!: (se está viendo en los foros de Internet), ante cualquier crítica a Zapatero, a este dolor de la decisión del Consti, quedan todavía adeptos de comido coco que te saltan: -“porque tú eres de derechas”. “Peor era cuando Franco”.

¡Amigo!: ellos, los de izquierdas son los “autorizados” para adjudicar las etiquetas de democracia. Pobre si te ponen la de ser de “derechas”.

Cierto que cada vez hay más personas informadas y reflexivas a las que no engañan con anacrónicos eslóganes utilizados para que no se hable del paro, la pobreza afectando a muchos, el déficit, la deuda, “el barco navegando viento en popa!” (de cara al acantilado), todas las promesas incumplidas, todas las mentiras de este artista que se larga..

Desde mi respeto, y mi admiración por los viejos socialistas, cargados de razón; por todas las izquierdas no revolucionarias, comprendiendo incluso al ansia de revolución de anarquistas, comunistas y “largocaballeristas”; desde mi rechazo al inmovilismo, a la defensa de privilegios de una minoritaria derecha, muestro mi repulsa a los actuales fieles de la secta sociata, los de piñón fijo, los etiqueteros, acríticos, televidentes de un solo canal, escuchantes de un solo dial, lectores, los poco que leen, de un solo papel.

Y es que, además, los viejos términos izquierda y derecha están totalmente desprovistos de su significado en el XIX y primera mitad del XX cuando las dos formas de concebir la sociedad eran totalmente distintas. Ahora, que ya no se discute el modelo social y económico, cuando hasta en la China comunista se ha adoptado el modelo liberal, la economía de mercado, todos somos de derechas, o mejor, de centro, como es mi caso, o de nada. Mejor dicho: ¡sí!: deberíamos ser ciudadanos informados, reflexivos, éticos, comprometidos, sin predeterminados clichés, y de voto cambiante. Quien lleva siempre la misma chaqueta acaba oliendo mal.

Sociológicamente pienso que es de derechas quien confía más en su trabajo, que en “papá estado”, y viceversa. Quien está más preocupado por aumentar “la tarta”, que en el reparto de la misma. Pienso que lo importante es la abundancia de la tarta, que cuando hay, a todos toca.

Igual que detesto a los residuos de la derecha cerril, caciquil, destronada en mi pueblo; detesto a quienes se les llena la boca con el “yo soy socialista”, inmovilista. Como los conozco afirmo que su “socialismo” suele ser pobreza mental, envidia, resentimiento.

Un amigo, de centro-derecha democrática, cuando en una discusión con “Zapaterista”, le espetó: -¡eres de derechas!, respondió rápido: -¡pues claro: como De Gaulle, Adenauer, Churchill, Roosvelt, la Tacher, Aldo Moro, Sarkosy, Ángela Merkel, Gordon Braun, etc. Y yo a ti te podría identificar con Stalin, Mao, Fidel Castro, Hugo Chaves,….

Si me he salido un poco de madre es que el cinismo y la demagogia me sublevan. Como consuelo me quedo con los amigos socialistas que no se han tragado lo del Consti, con los moderados, los éticos al estilo Indalecio Prieto, Besteiro, Azaña, Galarza, Leguina, Paco Vázquez, Nicolás Redondo, Solana, Antonio G. Sacristán, Esteban “Pajalarga”, Félix “El Roiso”, Ramón López, Tomás Mansilla,…..¡ah!: y Livi el de mi pueblo.