jueves, 21 de agosto de 2008

ACLARACIÓN.

REPRESALIADOS DE VILLALPANDO EN LA GUERRA CIVIL.

En información aparecida en la Opinión "El Correo de Zamora", (20/08/2008) sobre el homenaje que los familiares les pretenden hacer, aparece la información de que fueron 27, al menos, los fusilados en este término municipal.
¡Pues bien!: ese dato es el que quiero matizar y concretar.
El total de personas de izquierdas fusiladas en Villalpando fue de 28.
De ellas 23, después de ser detenidas y pasar, hasta varios meses en la cárcel de Zamora, unas con juicio y otras sin él, fueron fusiladas en las tapias del Cementerio de la capital. Veintiún hombres y dos mujeres.
Dos más, los hermanos Aurelio y Gabriel Lobato Quevedo, “Mecos”, fueron apresados por gente del pueblo, junto al cementerio, y pistoleados por los mismos, en el término municipal de Villardefrades, a 21 kilómetros de Villalpando.
Igual ocurrió a otro más, Teodoro Boyano Sinde, el mayor de los tres hermanos Garibaldes represaliados. A éste también lo detuvieron gente del pueblo. Estaba haciendo el verano en Roales de Campos. Allá lo fueron a buscar. Lo asesinaron en el término de Villanueva del Campo. Allí están sus restos.
La lista de los asesinados se completa con otros dos que cumplían condena en la cárcel de Burgos: Ángel Fernández y Claudio González, a instancias también de paisanos que se trasladaron a dicha cárcel, fueron fusilados en la misma. Total 28.
Completamos la lista de las víctimas de izquierdas en la guerra con los hermanos Quintín y Timoteo Gil Calvo, “Manojos”.
Al primero le pillo la sublevación trabajando en Asturias. Combatió en el ejercito republicano. Parece que no murió en la guerra, pero no se supo más de él, a pesar de que la esposa lo esperaba en el pueblo.
Timoteo, que era el pequeño, nacido en 1917, estaba en Madrid, huyendo del hambre y la esclavitud del pueblo, cuando estalló la guerra. Murió combatiendo en el ejercito de la república. Aunque en un principio se creyó en el frente de Madrid, según mi última información, oral, cayó en la batalla de Teruel.
Por último, Celestino Fernández Andrés, (hermano de Ranillo) se suicidó en la cárcel, al acabar la guerra. Pasó primero por la cárcel de Zamora. Gracias a un canje quedó libre y, aunque tenía 31 años, se alistó en el ejercito popular. Hecho prisionero de nuevo, al acabar la guerra, se arrojó al vacío desde el alto muro de no se sabe qué cárcel.
A pesar de ser tan cruenta la represión, lo pudo ser aún mayor sin la salvadora intervención de D. Marcelino González Cifuentes, villalpandino procurador de los Tribunales en Zamora, D. José Labrador Luna, también Procurador en Villalpando; el Notario D. Eloy Gómez Silió, los labradores Pablo Riaño, Vicente Allende, Manolo Núñez, y el harinero Peláez que, al menos, a uno salvó. Y vive, 98 años. De él tengo el testimonio.
A quien desea conocer más detalles, le remito al libro "Víctimas de la Guerra Civil en Villalpando". Se encuentra en las librerías de la localidad.

sábado, 16 de agosto de 2008

BANDO.

Hoy les voy a contar algo muy subjetivo. Como, por eso, no sé si les va a interesar, seré breve.
Es la satisfacción íntima que me ha producido leer el encabezamiento de "los bandos", por motivo de los festejos taurinos, pegados en las esquinas. Me ocurrió ya el año pasado. Entonces ni tenía blog, ni me lo acababa de creer. Éste ya lo he disfrutado con toda la serenidad del mundo:
DON FELIX GONZÁLEZ ÁRES, ALCALDE DEL AYUNTAMIENTO DE VILLALPANDO, HAGO SABER:. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Han omitido lo del "muy noble e ilustre", precisamente ahora, cuando quienes gobiernan, poseen toda la nobleza del mundo. Nobleza, honradez, libertad, democracia que los hace ilustres. Sin la inculta fanfarria de los de antes.
Felix González Áres, Felixín el de "Lenteja": el niño que marchó a los frailes porque sus padres, como a tantos otros, entre los que me incluyo, no tenían para pagarle estudios,. el muchacho al que otro crío fastidió un ojo de una pedrada, y no le guarda rencor, el "listero" de Entrecanales que colocaba a todos los del pueblo, el Jefe de todas las compras en la nuclear de Valdecaballeros que no se aprovechó ni de una comisión, el emigrante retornado que nunca perdió el careo del pueblo, él, para la antigua "mandamás", ¡Payaso de circo!, y otras lindezas que soportaba con estoicismo.
Recuerdo con qué tristeza, el día después de San Roque, o de las Navidades, se metían, con los dos niños en el "cuatro cuatro" de segunda mano, tapados con una manta en enero, pues aquel cacharrro no tenía calefacción, camino de las, entonces negras por el humo, Vascongadas. Cuando nació Cristina ya tenían un "850".
Recuerdo tantas cosas: ¡cuando un día de primavera, del 65, debía ser domingo, mi padre me encontró en la plaza, yo vivía con unos tíos, y me dijo feliz: -¡tu hermana ha tenido un niño!. ¡Cuánta ilusión nos hacia a mis padres y a mí, el regreso por las vacaciones para ver al niño, hacerle carantoñas, caricias. . . . .. Era precioso. Como era "vasco" yo pensaba podía ser pelotari o levantador de piedras. ¡Qué decepción!: ha salido escritor.
Ya les decía que esto iba a ser muy subjetivo, y familiar. No tienen por qué compartir mis emociones. Basta con qué disfruten, los de fuera y los de dentro con un alcalde humilde, cercano, cordial, repartidor de juego, buen gestor. Creo el más querido que nunca ha tenido este pueblo.

lunes, 4 de agosto de 2008

EL CASTILLO DE LOS CONDESTABLES.

En el blog, "Historias de Varo", he leído su interesante trabajo sobre el "Cubo Artillero" del Castillo de los Condestables.
De pasada alude a la ocupación de la villa por el ejercito comunero, el 2 de diciembre de 1521. Este es el hecho histórico mejor documentado y más sobresaliente en la historia de nuestro pueblo.
Saquemos a escena al controvertido D. Pedro Girón, hijo del Conde Urueña. Éste fue el noble de más alcurnia que militó en las filas comuneras.
Se sumó al bando rebelde más que por ideas, para defender intereses personales. Llevaba años litigando por el Condado de Medina-Sidonia, ante Fernando el Católico, su "hermoso" yerno y el Cardenal Cisneros. Infructuosa su pretensión, espero la llegada del nieto, y ¡nada!. Por despecho se sumó a la lucha comunera. Consiguió ser nombrado capitan general de los ejercitos en Valladolid en el otoño de 1920.
Junto al Obispo de Zamora, Antonio de Acuña, hijo de otro Obispo de Zamora, reunió un, para la época, numeroso ejercito de más de 9000 infantes.
El Consejo de la Junta Realista estaba acantonado en Rioseco, comandado por el Condestable de Castilla y señor de Villalpando, D. Iñigo de Velasco, y el Alimirante Don Fradique Enriquez. Junto a ellos lo más florido de la nobleza realista.
El ejercito comunero había instalado su cuartel general en Villabrágima, y fijado destacamentos en Tordehumos y Villagarcía. Tenían sitiados a los realistas.
Para sorpresa de todos, levanta los campamentos y se traslada con todo su ejercito a Villalpando, con pretexto de los fríos del invierno, y de ser esta plaza bien abastecida de aposento y vituallas.
¡Qué más quisieron los realistas!. Se dirigen y toman Tordesillas, incluida la reina Juana, sin que los de Girón acudan a su defensa.
Después de esto los lideres comuneros destituyen a Girón acusándole de traición, siendo vuelto a elegir el toledano Don Juan de Padilla (recomiendo la lectura del libro "La Comunera", María de Pachecho, esposa del anterior).
Al poco el Girón empieza a hacer méritos para obtener el perdón real, combatiendo en el ejercito de Carlos I contra los franceses que habían invadido Navarra. Tardó dos años en llegarle el perdón tras muchas súplicas y merecimientos. Consiguió al fin, por su valor militar, sus atributos para la guerra, justas y torneos, ser hombre de mucha confianza del I de España y V de Alemania.
Yendo "al consonante": ¿Villalpando fue comuneroo no?. Aquí suscribo la afirmación de D. Luis Calvo. ¡Pues claro!. Si no, poseyendo milicias propias, mandadas por el regidor García de Arce, el alcaide de la fortaleza Diego de Valbuena y los alcaides Hernando de Villalpando y Marbán, ¡¿cómo no hubieran presentado resistencia al ejercito comunero?, sino que lo recibieron de muy buen grado.
En cuanto al castillo. Me cabe la duda, en contra de lo afirmado por D. Luis y por Varo, que fuera incendiado por los comuneros. ¿Por qué comuneros?. ¿Por los de Villalpando, antes de llegar los de Girón?. No tiene sentido, estando de acuerdo con la llegada, para utilizarlo como alojamiento y como defensa. Los de D. Pedro al abandonarlo, ¿para qué lo iban a incendiar, si el señor, D. Iñigo de Velasco, era tío del Girón, y entre los dos hurdieron la traición?.
Amigo Varo: Tú que tienes las neuronas más frescas podrías investigar el devenir de ese castillo, después de la reconstrucción, o remodelación, o ampliación de 1527, de la que hablas, creo bebiendo en la misma fuente, Calvo Lozano.
Para mí existen interrogantes sobre los que tengo curiosidad. ¿Por qué una buena construcción del siglo XVI, no llegó a nuestros días?. Alguien lo demolió. ¿Por qué?. Si sobre el cubo te has hinchado a dar datos artilleros. ¡Venga! estrújate el coco y cuéntanos la historia del "Palacio de los Condestables".