Dice la Biblia: " Una mujer virtuosa, ¿quién la hallara?, porque su valor sobrepasa grandemente al de las piedras preciosas".
Y la halló, cobijadas sus virtudes por esa oración pétrea , cuya torre quiere tocar el cielo, de la iglesia de Molacillos, barroco levantino en plena "Tierra del Pan"; la halló mi amigo del alma, Ángel Mazariegos Alonso, "Angelito Marcos".
Sí: MARÍA ANTONIA DOMÍNGUEZ DOMÍNGUEZ, fallecida anteayer a los 77 años, viuda desde los 56, fue la mujer más abnegada, santa, llena de fortaleza interior que he conocido: discreta, serena, austera, supo afrontar con estoicismo los reveses de la vida. Sostuvo a su marido, le cuidó con cariño en su penosa enfermedad; sacaron adelante a tres joyas de niñas, a quienes la vida, con su esfuerzo, ha situado en el lugar que se merecen.
Siempre que paso por la calle Real, recuerdo que esa casa, ya al final, a la derecha, cobijó "la dicha más perfecta": un hogar donde el cariño se palpaba entre el matrimonio y las niñas. ¡Cuántas veces animé a Ángel..!: Antonia, Soraya, Estela y Alicia son un tesoro. Valen más que todas las riquezas de la tierra.
Fue un desgarro terrible para las tres adolescente la muerte de su padre. Le conocieron afrontar la vida a base de desvelos, de trabajo, de lucha contra la adversidad, para que a ellas no les faltaran libros, pan, vestidos, y el calorcico de aquella chimenea a cuyo amor tantos ratos de compañía les hice.
¡Cuánto hubiera disfrutado Ángel al ver a sus hijas terminar carreras, ocupar puestos de responsabilidad, relacionados, además, con la agricultura.
Antonia, y las chicas, al faltarles ´Ángel, se fueron a Zamora. La madre trabajando y las hijas estudiando, cogieron, con coraje, el toro de la vida por los cuernos. Antonia ha disfrutado en sus últimos años, del fruto de tanto esfuerzo. Además Soraya (niño y niña) y Alicia (una nena de meses) le han dado tres preciosos nietos.
Ayer, vi la esquela en San Miguel, por la tarde (imposible asistir al funeral a las siete en su Molacillos del alma, en la San Martín de Tours, donde los vi casar) ya lloré, por los móviles, con Soraya.
Ahora les mando el abrazo más cariñoso del mundo.
2 comentarios:
Querido Agapito, y lo hacemos extensible a su también muy querida familia, como muy bien dices nuestro padre fue tu gran amigo y le acompañaste y de qué forma en su enfermedad y en otros momentos difíciles.
Pedirte disculpas por no agradecer antes tus palabras llenas de cariño, el que nosotras a ti también te tenemos, no sólo hacia nuestra madre, sino también hacia nosotras, hemos tenido unos días de desconexión, de estar juntas y disfrutarnos.
Tus palabras están llenas de cariño y te lo agradecemos enormemente. Nuestra madre se fue tranquilamente y con mucha Paz y disfrutaría desde allí arriba de la Celebración tan bonita que las familias Ruiz Miranda, Miranda Riaño y Domínguez Seco prepararon y cuidaron al detalle.
Enormemente agradecidas por todas las muestra de cariño, que han sido muchas.
Soraya, Estela y Alicia
Queridas amiguitas: Cuando en el comentario de ayer me quejaba del desagradecimiento de familiares de difuntos, no lo hacía pensando en vosotras, de cuyo cariño no dudo.
Me consuela enormemente que vuestra madre se haya ido tan en Paz. Es lo justo, lo que corresponde a su vida. Vuestro padre también se fue así. Lo vi en el Hospital Provincial pocas horas antes de fallecer. Vuestra madre lo velaba. Me hizo señal de silencio con el dedo en la boca. No quería despertarlo.
Siento no os pudiera acompañar en el funeral alguien de la familia Modroño Riaño. Llamé a David. Tenía esa tarde un compromiso de trabajo.
Ahora os sugiero que paséis, siquiera una semana en vuestra casica de aquí. Mejor no en plenos días de San Roque. Van a estar todas las Mirandas con sus niños. Vendrán un día de estos.
Me ofrezco a buscar quien os limpie la casa; a ayudaros en lo que pueda, que no es mucho, pero seguro que sandías, si agosto, no os van a faltar. Si queréis pasar algún día, mientras ponéis la casa en orden, os ofrecemos alojamiento.
Un abrazo muy fuerte a las tres.
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