martes, 26 de agosto de 2014
MANUEL RODRÍGUEZ GIL
Toda su familia está alojada en un piso de "La Milagrosa", él prefería ir a dormir a su casica de la Calle Olleros. Tenía querencia a esa calle, en la que pasó parte de la infancia. Hijo de villalpandina y padre de San Esteban del Molar, ya había nacido en Vizcaya, donde también, en los años de escasez de la posguerra, faltaba el pan para los más humildes. Por eso sus padres le mandaron a Villalpando. En casa de su tío Heliodoro, "Cicerón", que trabajaba en la fábrica de harinas,y de su hermana Aquilina, por ese motivo, al menos pan había.
Extrañados de que no se presentara para ir a la piscina, fueron a la casica, y lo encontraron muerto.
Lo recuerdo desde joven, delgado, guapo, con el pelo rizado, no faltando nunca por las fiestas. Desde hace muchos años, con el otro matrimonio de noblotes vascos, vascos, ellas hermanas, pasaban aquí los veranos, las Semanas Santas, también venían por el invierno. Y las hijas, sus maridos, los nietos, el hijo.
Manolo le tenía mucho cariño a este pueblo, que consideraba, que era el suyo. Sé que disfrutó en la exposición de fotografía. Él, desde muy joven, venía con su máquina de retratar. Le mostró a mi hermano una preciosa colección de fotos, que yo también conozco. Me unía a él una buena amistad, que se reforzó cuando el accidente de coche de su hijo en el que viajaba nuestra hija Sara Belén, al regreso de unas fiestas, de madrugada.
Quiero decirle a su familia que sigan viniendo igual por el pueblo, que tienen muchos amigos, que les vamos a seguir queriendo. Será el mejor homenaje que puedan hacer a este hombre tan bueno: Manolo, sobrino de Heliodoro, de Aquilina y de "Beninín".
jueves, 21 de agosto de 2014
BALANCE DE UNAS FIESTAS.
BALANCE DE UNAS FIESTAS.
¡Fenomenal!: animadas, perfectas, sin un fallo.
El día 14 prácticamente llena la plaza de toros. Precioso espectáculo el de recortadores y saltadores. Me encanta esta modalidad de la fiesta sin sangre, sobre todo los saltos. En esto destacó Eusebio Sacristán, de La Seca, el futbolista no, otro. Valoro mucho los quiebros de rodillas, que hacía un chico de Humanes (Madrid). Parece que lo más meritorio es el recorte puro, sin moverse. Difícil lo tuvo el jurado. El primer premio fue para un chico de Vezdemarban, Victor Folgado. Los cinco toros luego se corrieron por la plaza.
En el “desencierro” (los llevan encerrados en un camión y los sueltan, ¿será desencierro, ¿no?) del quince, frente a pocos caballos, había una plaga de coches. Los novillos corrieron un montón. Uno acabó “pa’llá” de la raya de Cerecinos, el otro de la de Villamayor.
Por la plaza y “La Solana”, las reses dieron buen juego. Iban, venían recorrían la plaza, entraban a los trapos y a los cortadores. Lo suyo, como es, más no se puede pedir. No se emplazaban. No hubo necesidad de tractor ni de otro vehículo para sacarlos. Si acaso la actuación de Diego Luna y otro chico a punta de capote, y de los “bezaos”, viejos conocidos.
Si todos los días hubo lleno, lo del domingo, “toros de la juventud, encajonados”, fue demasiado . A pesar del estrenado graderío, no se cabía por los soportales. El toro, casi cuatreño de “Los Bayones”, imponía. Ello fue aliciente para que se lucieran como una docena de recortadores, entre los que estaban los “profesionales” de la plaza de toros. El pabellón local lo dejó a buena altura el chico de Antonio Pérez.
Dicen que el “toro del aguardiente” fue un éxito de público. Y lo de los disfraces, divertido, como siempre.
El encierro guiado, que es una magnífica idea, y que los coches, sobre todo al principio, poniéndose en batería en la alfalfa de frente a la plaza de toros, orilla de la carretera, respetan la conducción por los caballos, fue lástima que los novillos no tuvieran un poco más de fuelle, y pudieran haber entrado agrupados, junto a los cuatro cabestros, por la “Rampla”.
Después de cuatro días de extensas sesiones, pensé no habría lleno el lunes por la tarde. Pues, aunque no tanto, también lo hubo. A la gente le gusta que vayan soltando, y llegando a la plaza, una a una todas las reses. Al final toda la manada brujuleando por allí. Alguna se volvía y plantaba cara a los “pastores”. Aquello estuvo muy animado y bonito. No sé si veintitrés conté al final, cuando animado por los escobazos de Sara, hube de subir al balcón del “Comercio Grande”.
Las verbenas, un éxito, según me cuentan. Destacan la actuación del “Mester de Juglaría”, y cómo les sorprendió que en este pueblo mucha gente supiera su repertorio y les acompañaran. Es la divulgación folclórica que desde hace años vienen haciendo el coro de “MUVI”, y La Maquila. Además la gente bailaba las jotas y, un grupito “El Bolero de Algodre”.
Luego hay otro San Roque: el de las “peñas” en sus chiringuitos, donde se convive durante cuatro días. En la de los “Ilegales”, los de la falda, hubo diversión para visitantes y música de la buena.
Las fotos antiguas recibieron muchos visitantes. Proporcionaron muchos recuerdos, alegrías. Pasé allí agradables ratos reconociendo a los niños y niñas de la escuela, a las muchachas de la burra en tortillero, a la pandilla comiendo melón, los equipos de fútbol, las “sanroqueras”, que me supieron a poco; las de antiguos personajes: “Muralla”, “El Velas”, Rupi, Miguel el pregonero, “La Ducha”, Julia “la Pacha”… Lástima no fueran compatibles con los toros para quienes solo estuvieron los cuatro días de la pura fiesta.
Ya están pensando los expositores publicar un libro con ellas y breves textos.
Lo siento si, como parece, a alguien le molestan mis elogios a toda la Corporación. Son de pura justicia. Basta recordar un poco. Éstos, además de organizar magníficas fiestas con poco dinero, limpian el pueblo cada mañana de los excesos de las noches. Recogen (mérito también de La Mancomunidad y de los trabajadores) todas las tardes noche la basura de los contenedores. Tenemos fotos en las que se puede comparar. Este año hasta consiguieron evitar “el botellón” incívico. Y ni un ruido, ni una molesta he oído por las noches.
Me complace, deseo dar las gracias a una minoría de mis cultos lectores. No podía suponer fuera tanta su afición a leerme que, no conformes con el blog, divulgan, muestran lo que escribo en alguna publicación en papel, “El Día de Zamora”, por ej.
¡Qué honor lleven un ejemplar al encierro para degustarlo en el almuerzo, junto con el chorizo, cuando los toros se paran! ¡Cómo disfruto con sus elogiosos comentarios de mis textos, provenientes de bocas tan doctas, de espíritus de elevada intelectualidad, probidad moral, humildes, pacíficos, defensores de la “no violencia”!
¡Pues eso!: viva san Roque y el perro.
miércoles, 13 de agosto de 2014
ASÍ VAN LOS COMIENZOS DE LA FIESTA.
Empecemos por el "Gran Prix", que si, sobre todo el primer año fue un exitazo, ha ido perdiendo, hasta el extremo de que la entrada este año ha sido muy escasa. Quizá por estar distanciado de los días principales; la noche muy fresca, el tener que desplazarse hasta la plaza de toros... Pienso deberían replantearse su continuidad, dado que ya hay diversiones suficientes.
Lo del balón volea playa..., pues bien. Mucha participación. Animaban la plaza. Buen trabajo de Gema.
Homenaje a Chema Martínez: precioso el acto. Al alcalde se le veía feliz, muy agradecido a este deportista de élite, lleno de compromisos y actividades, y que saca un día de su apretada agenda para venir al pueblo de su madre. Aunque estaban ocupados todos los asientos y alguien había de pie, lo considero insuficiente. Chema se merecía el salón lleno a rebosar, aunque fuera día de trabajo, mucha más gente pudo asistir. Lo mejor es que entre los asistentes estaban todos los niños del club de atletismo de Villalpando.
Tomo el comentario de Pilar Concejo: -Precioso el acto. En un mundo tan materializado este chico transmite valores humanos: el del esfuerzo, el sacrificio para alcanzar metas; el de la sencillez y la humildad. Buen ejemplo para los críos allí presentes.
Su exposición sencilla y amena, sin jactancias, como no dando importancia a su trayectoria. En el coloquio ya le tiramos un poco más de la lengua. Contó preciosas experiencias de sus travesías corriendo por los desiertos, de cuando se perdió y se le echó la noche; de cuando le persiguieron dos camellos por el olor de la comida que llevaba en su mochila...
Desde el ayuntamiento caminamos hasta el polideportivo. Allí el alcalde descubrió la lápida que le da a esas instalaciones el nombre de "Chema Martínez". La preciosa obra, en cerámica, pertenece al artista Mariano Nevado, esposo de Tomasa González, hija de Avelino "El Guinda". Una suerte para el pueblo que esta familia haya retornado de la emigración. Mariano, por su altruismo, es una joya de persona. En su actuación al frente del "Coto de Caza", lo está demostrando. Nadie sabe "la sangre, sudor y lágrimas" que le ha costado renovar la licencia, remando contra viento y marea.
Chema dotado de paciencia, posó con todos los grupos y personas que quisieron fotografiarse con él.
Después compartimos refrescos y pinchos en el ayuntamiento.
Exposición de fotografía antigua. ¡Qué les voy a decir!: que si no han ido vayan. Merece la pena. Es trasladarse al Villalpando de cien, de cincuenta años atrás. ¡Magnífico el trabajo de Pablo!: recopilar las fotos, escanearlas, copiarlas, ponerles pie; colgarlas. En esta última labor ayudado por José (recuperado en pocos días del achuchón) e Hilario.
Las voy a clasificar en grupos: las de monumentos (iglesias sobre todo, desaparecidos). Sobresale la de San Lorenzo que nadie de los vivos conocimos en pie, ni siquiera "Guadillo". Fue desmantelada hace cien años y trasladados sus materiales para construir la fábrica de harinas.
Las de personajes. Dos me llaman la atención: la de "Rupi", Miguel "el pregonero, y la de "El Velas", "Muralla" y Luis Boyano.
Equipos de fútbol: de esas hay un montón. Hecho de menos alguna de cuando vino el Real Madrid.
Taurinas: varías en la antigua plaza de toros y muchas de San Roque: en las antiguas se ve la plaza sin garitas. Hay otra, bastante "moderna", de los setenta, desfilando la primera peña "La Tócame Roque", en que la plaza es una multitud.
Las de escuela. de cuando eran niños quienes ahora andan desde los setenta a los ochenta años. Cuenten los críos, muerticos de frío que hay con D. Benigno. Multipliquen por cuatro maestros. Otras tantas niñas entre "Las Hermanas" y "La Villa". Eso de seis a catorce años. Más los párvulos de cuatro a seis años.. Más los de dos a cuatro que iban a la "escuela" de la "señá María", de la "señá" Evaristas y de "La Chincha". Desde los recién nacidos hasta los 14 años, unos 800 niños había en el pueblo.
No pueden perderse fotos de obras, de comedias, de procesiones; del primer "coche de punto" que sustituyó al de caballos para ir a Zamora en el año 1925, y el de Rufino con mi tío Bercario y "Citos", sobre 1950...
Exposición para verla más de una vez, para observar, fijarse en los detalles. conocer a las personas...
Por último, hasta hoy, ayer, ¡cuánto disfruté con los críos en el parque! Verlos trepar, saltar, reptar, caerse de mil posturas en el castillo hinchable. Los seguía y animaba, a mis nietos y otros conocidos. Me enternecía ver como Nacho, a falta de madre, protege a su hermanito pequeño.
Ayer, si no los ochocientos de los cuarenta, sí que había críos en el parque. Ellos son la esperanza y el consuelo.
domingo, 10 de agosto de 2014
EL COLMO
EL COLMO.
Ayer,
a una persona que sólo viene en agosto, le escuché comentar echaba de menos la
“semana cultural” que organizaba el régimen. Mi respuesta fue inmediata:
-¿Llamas
tú semana cultural traer, a golpe de
talonario, para cien personas, que más no caben en ese salón de actos del
Miguel Cervantes, a Sánchez Dragó, Amando de Miguel y Juan Manuel de Prada, en distintos años?
-¿Llamas
semana cultural las doctas disertaciones del “mataor” en los homenajes que,
para enfrentarlo conmigo, organizaba la señora, teniendo como protagonista, el
primer año, el libro que yo había escrito, publicado, costeado, al no hacerlo
la Diputación gracias a su boicot?
-Mira:
desde que el pueblo se liberó, rompió las cadenas, han surgido asociaciones (Club
de Jubilados, Astauvi, La Espuela, Grupo de danza, de sevillanas, Golpe de
Gas. Club infantil de atletismo; Club de ciclismo…), que le dan vida al pueblo. Sigue
MUVI, la bicha del régimen, adonde se han integrado las mujeres que antes lo
tenían prohibido, quien organiza en Junio su Semana Cultural, con múltiples
actividades . Ello de forma participativa, sin costarle un duro al
ayuntamiento.
Son
frecuentes en el salón de plenos del ayuntamiento las actuaciones del grupo
coral de MUVI, el Coro Parroquial “Diego de Torres Bollo”, acompañando a conferencias
u otros eventos.
Voy
a recordar presentaciones de libros, de autores locales, desde que feneció el
régimen: el de Pablo y D. Tomás sobre
las parroquias y cofradías; dos, por lo menos, de Félix, el penúltimo, La
Ciudad de los Ojos Grises, primero en las listas de ventas en el País Vasco;
otro de D. Tomás sobre el voto inmaculista. Como el salón de plenos está
abierto a todas las presentaciones, también lo fue el de Cañamero sobre Andrés
Vázquez. Se presentó “La Veleta Nocturna”, preciosos relatos de Fernando
Cartón; ya no recuerdo si también alguno de Luciano López. Sí que Cartón,
Luciano y Félix, han intervenido en respectivas presentaciones. Y, en altura
intelectual, aunque no salgan en televisión, nada han de envidiar a los
conferenciantes del talonario antes aludidos. Creo debemos ir pensando, como gloria y orgullo del pueblo, más en los intelectuales que en los toreros. Que empezamos a tener un primer espada de las letras, premio Ateneo Ciudad de Sevilla, con unos apellidos tan villalpandinos como González y Modroño. Y me da la gana decirlo a quienes nos vienen hablando de cultura.
Quiero
también recordar, antes de lo anterior, el intento de boicot a la
presentación de “Las Memorias de un
Torero”. Las MUVIS se pusieron las pilas y llenamos el Sindicato.
. El
ambiente cultural propiciado por “el régimen” saltaba a la vista en el
embadurnamiento de tapias y fachadas, que le daban al pueblo un aspecto
deprimente. Yo pensaba cuando los fastos “marianos”, político-seudoreligiosos,
qué pensarían las autoridades civiles y eclesiásticas cuando vieran las
fachadas de la casa de la familia de Tarsila Martínez. Y, por la calle El
Olivo, mejor no meterlos. O cuando vieran dibujos de burdos genitales, hasta en
los pretiles, delante del artístico ábside de Santa María. Sucias pintadas por
doquier, como una que rezaba: ¡Viva la Purísima y sus borracheras!
¿Qué
ambiente cultural y cívico iba a propiciar un grupo que, en las noches
electorales, para celebrar sus “democráticas” victorias, conseguidas con las
mañas del caciquismo y el manejo impúdico, inmoral e ilegal de los ancianos de
la residencia, se pasaban la noche en una orgía de groserías chocarreras,
pasteles, alcohol, bombazos, bocinazos e insultos por el pueblo a sus víctimas.
Si
es que, ¡por favor!: que la diferencia en todos los órdenes es abismal. Sin
jactancia: ¿se puede comparar la labor cultural realizada a través de este
blog, con la esporádica de un conferenciante por más de relumbrón que sea?
De
la labor de mi hermano, Pablo Modroño, y sus colaboradores, José de la Puente,
Hilario, Miguel…, al frente del Club de
Jubilados, nada voy a decir porque está bien a la vista. Si les ruego no se
pierdan la exposición de fotografía antigua que él ha preparado. Los mayores
recordaremos (recordar es revivir) nuestra juventud, infancia, nuestro reciente
pasado. Exposición de gran valor antropológico, social, histórico.
Este
año, el libro que toca presentar, (me parece que esto, además de con el
deporte, algo tiene que ver con la cultura) es el de Chema Martínez, “No
pienses, corre”. Será mañana a las doce. Este villalpandino de madre, bien se
merece esté todo el pueblo en esa presentación, en ese homenaje.
Por
último el colmo. Sí, el colmo: que los del régimen, cuya bandera era que traían
muchos toros, (“toros con cojones”, les oí más de una vez comentar), que
amenazaban, “que si entrábamos nosotros íbamos a quitar los toros”, nos acusen
ahora que no hay más que toros…
No
sé si más o menos. Dinero en toros ya les aseguro que mucho menos; seguridad y
comodidad en infraestructuras, mucha más. ¿Se imaginan un “vitorino” en la
plaza con aquellas garitas de antes, saltadas por cabestros en más de una
ocasión? ¿Se acuerdan cuando uno se escapó y metió en el río? ¡Claro!: a lo
mejor es que aquello formaba parte del programa porque era divertido. Precio de
la póliza del seguro, mucho menor, a cambio de bastante más cobertura. Mejor no
recordar.
Pero
como la fiesta se ha hecho tan grande, tan de toda la comarca, es tan especial,
disfrutémosla, y más poniendo cada cosa en su sitio.
sábado, 9 de agosto de 2014
VOCABULARIO DE VILLALPANDO Y COMARCA RECUPERADO POR EL PROFESOR LUCIANO LÓPEZ GUTIÉRREZ.
M
MACACO. m. Cordero que ha cumplido los dos meses y
que, por lo tanto, ya pasta con el resto del rebaño.
MACHACADOR. m. Trabajador que se ocupaba de trocear
las piedras y cantos que formaban el firme de las carreteras. Para ello se
servía de una porrilla de hierro situada al extremo de una larga y cimbreante
vara de fresno. Se protegía las piernas con leguis y los ojos con antiparras.
Cuadrillas de machacadores de Villalpando marchaban a machacar lejos de su
pueblo-
MAJAR. tr. Acto de golpear, sobre la acera, la
respigadora, a la tarde, con el mazo de madera, las espigas de la recolecta
mañanera, para separar el grano del resto de la espiga, que luego aventaba.
Aparece en la expresión majar el ajo,
que se emplea en sentido figurado para aludir al ruido que hacen las cigüeñas
con el tableteo de sus picos. La locución aparece en esta nostálgica
enumeración que hace Agapito Modroño de los sonidos que marcaban la vida de los
pueblos terracampinos hace unos cuantos años, evocación que no me resisto a reproducir,
a pesar de su longitud, por su gran poder sugestivo “Los sonidos de nuestra infancia eran el cacarear de los gallos, el
croquear de las gallinas, el relincho del caballo, el rebuzno del asno, las
cencerras y el balido de las ovejas y corderos, el gorjeo de gorriones, el
silbido del tordo, el trinar de las alondras, el graznido de las pegas, el
rumor de la lluvia, el zumbido del viento, el estruendo del trueno rezando a
oscuras el trisagio con la vela del Santísimo, el canto de grillos, ranas y chicharras
en las noches de primavera y verano, el crotoreo de la cigüeña majando el ajo, el cantar del carro
por las calles empedradas, el traqueteo de la aventadora de las limpias, el
órgano y los cantos del organista, el chinganillo y la gramola del baile, los
discos de la radio, pero el sonido de nuestra infancia, de nuestra juventud, de
nuestra vida, que nos alegra, nos entristece, nos avisa, es el de las campanas
“ (AM, Charlas..., pp. 61-62).
MANADA. f. Puñado de mieses que el segador abarcaba
con una mano, segaba con la otra y depositaba en el surco. Las apañilas iban
agrupando las manadas en haces que, amontonados, formaban las morenas.
Espantajo que se ponía en el carro como
símbolo del final del acarreo. El nombre tiene su origen en que se colocaba en
lo alto del carro la purridera con los pinchos hacia arriba y se colgaba en
ellos un brazado de espigas o manada en señal de que se trataba del último
viaje que se hacía en ese verano. En lugar del brazado de espigas también se
podía poner una chaqueta vieja rellena
con las mieses, e incluso, en tiempos posteriores a la Guerra Civil , se
enarbolaba una bandera nacional. Véase
cómo describe esta costumbre AE: “Ahora ya se ha perdido, pero cuando yo era
joven se celebraba la terminación del acarreo con la manada, que
consistía en clavar la horca purridera en lo alto del carro, con los guijos
para arriba, y en ella se pinchaba un brazau de mies o se ponía una chaqueta vieja llena de pajas.
¡Bué, bah: la juerga que nos teníamos! Porque aquel día, ¿sabe usted?, se bebía
un poco más que de costumbre y se venía cantando. La manada era señal de haber
terminau el acarreo” (op. cit. p., 76).
MANCARSE. prnl. Ú.t.c.tr. Hacerse daño. Es una
palabra de frecuente uso en los Siglos de Oro: “Mirad, compadre, no les vienen
los malos aires a las mujeres de ir a los jubileos ni a las procesiones, ni a
los actos de regocijos públicos; donde ellas se mancan, donde ellas se
estropean, y adonde ellas se dañan, es en casa de las vecinas y de las amigas”
(Miguel de Cervantes, El viejo celoso, incluido en Entremeses,
edición de Eugenio Asensio, Madrid, 1971, p. 209). El vocablo ya es recogido
por Covarrubias: “Es inhabilitarse de los brazos y , si es bestia, de
cualquiera de los cuatro pies”. Delibes emplea el término en su novela Diario
de un jubilado: “Pero hoy, en pleno entrenamiento, me adelantó el panoli de
Tochano, y que por qué andaba así, si es que me mancaban los zapatos”.
Con toda probabilidad deriva de manco.
MANDIL. m. Tela que se ponía a los carneros para impedir
que cubrieran a las ovejas (L y G, DE).
MANDILADA. f. Se emplea esta palabra para aludir al
mandil lleno de racimos, espigas, legumbres o cosas de este jaez.
MANGAR. tr. Robar, agarrar, asir con las manos. En
sentido figurado, este término sirve para referirse a la acción de sorprender,
pillar a alguien in fraganti, con las manos en la masa. El vocablo
deriva de mango y este a su vez de manus. Obsérvese el empleo del
vocablo por parte de Miguel Delibes en su novela La hoja roja: “El
Picaza, que con los menesteres del canto estaba siempre a la vera del párroco,
aclaró que, sin quitarle mérito al señor cura, él le había visto sangrar por la
nariz cada vez que se mangaba un catarro”. Por su parte, SL también
incluye en su libro mangar ‘coger, pillar’, y curiosamente pone como
ejemplo del uso del verbo otra frase relacionada con coger un resfriado:
“Poneros donde corra algo el aire, que con este solazo os mangáis un
catarro”.
También
se refiere a la acción de ponerle mango a una herramienta.
MANOJO. m. Haz que se forma con los sarmientos secos
y que sirve como combustible y al mismo tiempo como material para hacer
cobertizos: “Su primer oficio era poner la lumbre: unos pocos palos de manojos
confeccionados con sarmientos de la vid, en la parte inferior delantera, en
el suelo del hogar” (AM, Crónicas..., p. 84). FD recoge el vocablo y da la siguiente
definición: “Haz de sarmientos trenzados”. SL también lo registra.
MANTENIDO. Forma parte de la locución a mantenido,
que se aplicaba a los contratos verbales que se hacían entre un labrador y su
agostero, cuando el primero tenía la obligación de dar de comer al último
además de proporcionarle el salario estipulado: “Me ajusté a mantenido,
por cien duros los 90 días en casa de la Viuda ” (AM, Víctimas de la Guerra Civil en
Villapando, p. 173).
MANTUDO/A. Se aplica este adjetivo a pollos y las gallinas cuando, por enfermedad caen las
alas.
MAÑANADA. f. Se emplea en la frase hecha dormir
la mañanada, para aludir a que alguien se ha levantado muy tarde:
“Para los labriegos habían llegado los
días de holganza, de dormir la mañanada, de las largas partidas
en el café, de tertulias en solanas, de jugar a la chana y a la pelota” (AM, Crónicas...,
p. 82).
MARA. f. Jarca, pandilla de amigos o de personas
afines: “A eso de las dos de la mañana, al amanecer el día de la feria, se
presentó Luis en el café de Torti, donde estaba la mara de Chencho el
Herrero, Celso “Correas”, Arsenio el Confitero, Alfredo “Palizas”...” (AM, Memorias
de un torero, p. 43).
MARAGATO. m. Muñeco azucarado hecho con masa de pan.
MARGARITA. f. Magdalena (L y G, DE).
MARIQUITA. Mariposa, pequeño insecto de color rojo
con puntos negros. Si se atrapaba alguno se ponía en la mano con los dedos
abiertos y se canturreaba la siguiente tonada: “Mariposita de Dios, / cuéntame
los dedos, / y vete con Dios”.
MARRANOS. m. Suele usarse en plural. Trozos de
tronco o gruesas ramas de madera de encina que están sobre la rueda del pie en
que se apoya la viga del lagar. Puede derivar del francés merrain. GR
recoge la variante marranas ‘cada una de las piezas de madera,
resistentes, colocadas perpendicularmente y a los lados de la viga del lagar en
su extremo posterior, las cuales sirven para que esta no se descentre’.
MARRANERO. m. Persona que se dedica a la compra y
venta de cerdos.
MARTÍN-MARTÍN. Pagar en el acto y con dinero contante
y sonante, pagar a toca teja (L y G, DE).
MATADURAS. Aparece en la locución dar las
mataduras, que es decirle a alguna persona algo que le duele. La expresión
tiene su origen en la clásica dar en las mataduras con una elipsis de la
preposición en. Recuérdese que mataduras son las llagas que salen
a las bestias.
MATANCHÍN. m. Persona encargada de matar los cerdos.
Es una deformación de matachín ‘el que mata las reses, jifero’.
MAYA. f. Juego infantil parecido al moderno
escondite (L y G, MU): “En estos juegos, a veces, en la vecindad, nos mezclamos
chicos y chicas y también mezclados jugábamos a las casas y, sobre todo, a la maya
por las noches en el barrio” (AM, Charlas..., p. 107).
MAZARRÓN. m. Polvillos rojos que se utilizaban para
marcar las ovejas, y pintar las paredes. Debe de tratarse de una deformación de almazarrón,
que vale lo mismo que almagre. Obsérvese su uso en esta descripción que
hace Modesto Alonso Emperador de una función de títeres: “Se sucedían uno tras
otro con aplauso creciente los más variados números: trabajos de animales,
malabaristas, la alegría sana de los payasos pintados de almazarrón y
albayalde” (op. cit., p. 128).
MEDA. f. Montón de heno o sarmientos. Es un vocablo
característico de la provincia de Zamora. Proviene del latín meta
‘montón, almiar’. Término muy utilizado en la actualidad para referirse a los apilamientos de pacas en las eras y junto a los apriscos.
MEDIANA. f. Cencerra de sonido grave. En cambio, IS
define así el vocablo: “Cencerro de tamaño intermedio entre el piquete y la
cencerra”. Y para García Lomas es un cencerro menudo para el ganado vacuno.
MEGUERO. adj. Zalamero, mimoso (L y G).
MEJER. tr. Empujar hacia abajo los racimos de la
madre, uvas sueltas y partículas que en la fermentación afloraban a la
superficie del mosto. GF recoge el vocablo con la acepción de ‘remover el mosto
de las cubas durante la fermentación’ y señala que es un leonesismo,
aragonesismo y mozarabismo extendido hasta Almería y Sudamérica. Deriva del
latín miscere ‘mezclar’. También se usa el término mejedor para aludir
al instrumento que se utiliza para realizar esta operación.
MELAR. tr. Marcar a las ovejas (L y G, GB). Esta
última también recoge la variante enmelar. Por su parte, IS registra mela
‘mezcla de pintura roja u ocre, por lo general, con un adherente que se
emplea para marcar el ganado lanar’.
MELOTE. m. Pringue que se adhiere a las cosas muy
sucias. Puede tratarse de un significado trasladado a partir del que recoge el DRAE:
“Residuo que queda después de recoger el guarapo”.
MELUCA. f. Lombriz de tierra: “Además de poner
pajareras en el surco, mientras iba arando, a los tordos que rebuscaban melucas”
(AM, Charlas..., p. 30). Es un vocablo que está muy extendido por Tierra
de Campos, y por los dominios del antiguo leonés.
MENCAL. m. Molde que sirve para hacer los adobes:
“Estos adobes se elaboraban pisando una masa, húmeda, de tierra y paja, y
cuando ya estaba bastante pisada, y con la humedad justa, se volcaba sobre un mencal,
que podía ser arrobero, de media o tabicón, y al retirarse el molde no había
más que esperar que el sol lo secara” (Martín-Calero, op. cit. p. 29).
MENUDEAR. intr. Acción pequeña y muy repetida.
MERENDARSE. prnl. Ú.t.c.tr. Además de la acepción
recogida por la Academia
de ‘dominar o derrotar a alguien en una competición o disputa’ también equivale
a consumir en algunos contextos: “Si los crío es por entretenimiento,
para pasar el rato. ¡Si solo el alpiste va a diecisiete duros y estos míos, ahí
donde los ve, se me meriendan medio kilo!” (Castilla habla, p.
152).
MERIENDA. f. Comida que se preparaba por la noche,
para quienes pasaban el día trabajando en el campo y que llevaban en la
fiambrera. Podía ser para el almuerzo, sobre las diez de la mañana, y la del mediodía.:
“Ya hemos parlau un ratico, que, mientras les preparo la merienda pa el
almuerzo y echo los garbanzos a mojo, se llega la hora de llamar al hombre, pa
que vaya a buscar a los muchachos a la era pa marchar a acarriar” (Charlas...,
p. 70).
MERMINIAR. intr. Se emplea, sobre todo, en la
expresión estar merminiando, para aludir a que en un determinado lugar hay gran
abundancia de pequeños seres vivos,
piojos, gusanos, espigas o vainas en el suelo...
METER LOS PERROS EN SILVA. Se emplea esta locución
para indicar que se está malmetiendo a alguien incitándole a que haga algo (L y
G, DE): “No sé, como se dice en mi pueblo, quién me metió los perros en
silva para intentar asegurar mi futuro, en lo económico, con los negocios
inmobiliarios” (AM, Memorias de un torero, p. 118).
METICÓN. Este adjetivo se aplica a las personas que
se inmiscuyen en asuntos que no son de su incumbencia (L y G). Para IS
‘indiscreto’.
METIMIENTO. Aparece en la frase tener mucho o
poco metimiento, con lo que se hace referencia al grado de confianza que
existe entre las personas (L y G).
Vergara Martín da una acepción parecida.
MIEJA. f. Migaja. Parece una deformación de esta
misma palabra como miaja o meaja recogidas por el DRAE.
MINERAL. m. Abono químico, inorgánico: “La palabra
abono todavía conserva en el lenguaje común en nuestros pueblos un significado
propio, reservándose la palabra mineral para indicar la idea genérica de
un abono distinto del orgánico” (AE, p. 96). Estamos ante lo que los lingüistas
llaman un cambio semántico por elipsis, consistente en que una palabra asume el
significado de otra que se omite por haber compartido con ella frecuentemente
los mismos contextos.
MISINO. Gato. De ahí que se utilice para llamarle la
voz repetida: “mis, mis, mis”.
MÍSTICO. adj. Cursi, remilgado. Se emplea más, para
referirse a alguna mujer, en femenino. Llorente Maldonado también da esta
definición e informa de que es propia de Ecuador y Puerto Rico. La Academia en las últimas
ediciones de su diccionario también la considera característica de Colombia,
Cuba y Panamá .
MIXTO. m. Pequeño explosivo. DE nos ofrece una
descripción muy pormenorizada: “ Se vendía en los puestos de ferias y fiestas
adheridos a una tira de papel fuerte. Restrallaban por frotamiento en una
piedra, en el cemento etc... y explotaban golpeándolos con un martillo sobre
una superficie dura, echándolos en el fuego o con una pistola de juguete. Si se
humedecían y se restregaban por el rostro, brillaba parpadeante en la oscuridad
y se decía que eran los Fuegos Fatuos”. EL DRAE en una de las acepciones que da
a este vocablo tal vez nos aclara el origen del significado recogido por
nosotros: “Cualquiera de las mezclas inflamables que se usan en la
guerra para los artificios incendiarios, explosivos o de iluminación”.
MONJONES. m. Suele usarse en plural. En sentido
figurado, sirve este término para referirse
a las deposiciones abundantes. Deriva de mojón, vocablo que, en
sentido recto, ya se sabe que se utiliza para aludir a los hitos que señalan los límites de un
terreno.
MOLDRÓN. Se aplica a la persona muy gruesa, y, por
lo general, desaseada y sucia. Parece ser una deformación de molondrón
(L y G).
MOLLEDO. m. Miga del pan.
MOLLETE. m. Bollo con anises, que se comía
especialmente en Semana Santa. Se decía que los tambores al repicar sugerían
los siguientes versos: “Parte pan, /
higos y molletes / para mi abuelita / que no tiene dientes”.
MONDA.
f. Piel de las fruta y de algunos tubérculos. LB recoge el término con la
acepción de ‘envoltura de frutas tiernas’. Por su parte, GR lo define así:
“Envoltura de las frutas. Cáscara, corteza, mondadura”. MU, a su vez, da la
siguiente definición: “La piel que se quita de muchos frutos antes de comerlos
o de condimentarlos, como las patatas y la fruta (manzanas, peras...); también
la corteza verde de ciertos árboles”.
MONDONGO. m. Matanza del cerdo y todo el proceso de
su aprovechamiento, que duraba tres días, desde las “carrapatas” hasta las
tripas: chorizos de carne y callos, salsichón, morcillas, jamones, mantecas,
torreznos, salado de huesos, espaldares de tocino…
MONICACO. m. Pelele, persona de poca importancia,
chisgarabís.
MONTISCO. Aplícase a la persona huraña (L y G).
García Lomas lo registra como sinónimo de montaraz.
MONTÓN. Se dice de la persona desaseada (L y G, DE).
MOÑA. f. Muñeca, en general, hecha o no de trapos. Véase en este sentido el uso que
hace del vocablo Modesto Alonso Emperador: "Una muñeca hecha de
unos trapos liados con un poco de hilo a un cortezo de pan era muy güena para
que mordiera el muchacho cuando estaba embuesando, sin que importara mucho que
rodara por el poco limpio suelo".
MORCEÑA. f. Fragmentos de ceniza desprendidos al
arder la lumbre y que podían caer sobre pucheros, cazuelas y sartenes. La
señora Francisca, cuando se enteró que la novia de su hijo Domingo era corta de
vista, y no usaba gafas, le dijo: -¡Ay hijo!: cuántas morceñas vas a comer.
MORENA. f.
Montón que se hacía con las gavillas mientras que se iba segando. Parece
un regionalismo utilizado en Castilla La Vieja y en el dominio lingüístico del leonés y
sus zonas de influencia. En cuanto a su etimología, el DRAE señala que
puede tratarse de una voz prerromana relacionada con el vasco muru
‘montón’. También se emplea el verbo amorenar ‘formar morenas’.
MORENAL. m. Restos de mieses que han quedado en el
lugar donde ha estado colocada la morena: “Entre San Roque y San Agustín,
cuando ya no quedaban morenas y se habían arrastrado los morenales,
cuando los hatajeros y los rebaños grandes eran dueños de los rastrojos, desde
EL Raso a La Lomba , desde La Encomienda a La Lombilla, había acabado el
acarreo, había acabado la trilla” (AM, Crónicas..., p. 44).
MORRADA. f. Caída (L y G, JP). El DRAE define
el término de la siguiente manera: “Golpe dado en la cabeza, especialmente cuando dos topan una
contra otra”.
MORRAL. m. Bolsa grande de
larga asa para colgar al hombro, utilizada por pastores y cazadores. Se emplea
en la expresión: “Te has dejado comer el pan del morral”.
MORRILLO. m. Canto. Cilindro de madera de encina forrada
de metal, que sirve para jugar a la chana: “Y llegamos al momento cumbre cuando
uno de los casados lanza el morrillo de piedra caliza, que tenía en su
mano derecha haciendo puntería” (AE, op. cit, p. 20). Para GL es una
piedra grande que se usa para ser lanzada con la mano.
MORUGO. m. Se aplica a la persona callada,
antipática y de torcido proceder. Véase su empleo en el siguiente texto de La
esfinge maragata: “El viejo... se deja caer a la sombra del centenal, con
el firme propósito de acechar allí hasta que sepa algo, hasta que aquellos morugos
hablen o revienten”.
MOSTOLILLA. f. Comadreja. Es una curiosa formación
resultado de añadir al derivado latino mustella otro sufijo de
diminutivo.
MOZOCOTÓN. m. Mazacote. Parece que es un aumentativo
que se ha formado a partir del propio vocablo mazacote por asimilación
de las tres vocales velares de abertura media. Tiene un matiz despectivo.
MOZO DE AÑO. m. El que estaba ajustado y cobraba
salario durante todo un año. Solía dormir en la pajera junto a las mulas de
labor. Una vez a la semana iba a dormir a casa. Agapito Modroño en su último
libro Víctimas de la
Guerra Civil en Villalpando hace una certera semblaza de
las duras condiciones laborales de estos trabajadores: “A los mozos de año,
al menos, no les faltaba el pan, carro de paja y de leña. Para poco más daba el
ajuste. A cambio miraban por la hacienda del amo como si de cosa propia se
tratara. Sentían orgullo de arar recto y profundo, de poner rectas las moleras,
de componer los carros de bálago. Trabajaban sin horario, adaptándose a las
faenas, a la estación y a la meteorología. Y lo más penoso de todo: dormían en
la pajera, menos la noche de sábado a domingo, para darle a media noche un
pienso a las mulas y vigilar por si alguna se ponía enferma. Estaban la
veinticuatro horas al servicio del amo” (op. cit., p. 23).
MUDADAL. M- Es una deformación de la palabra “muladar”
sitio donde se deposita la basura o el estiércol del ganado.
MUELERA. f. Es cada uno de los surcos que abre el arado,
una vez que ya se han echado las semillas y se las ha tapado con la tierra que
previamente se ha sacado al abrir dichos surcos.
MUELO. m. Montón de grano que se forma una vez
terminadas las limpias. El término se explica porque ya está listo para moler.
MULI. Aparece en la frase hecha dar la muli,
que , sobre todo los niños aplicaban a algún amigo para expresar que desde ese
momento se podía dar por concluida su amistad. SL recoge la expresión dar
las mulas y explica que esa fórmula se usaba para amenazar al que durante
el esquileo no ataba bien las ovejas.
MUSIGATO. Persona que disimula prudencia, timidez,
bondad: “Si estas místicas musigatas, mucho de iglesia, y luego son las
más finas” (AM, Charlas..., p. 72). Parece una deformación de mojigato,
a tenor de lo que comenta Covarrubias sobre esta palabra: “Se dice del hombre
que está muy disimulado y callado, humilde esperando la ocasión para hacer su
hecho, como hace el gato cuando está esperando que salga el ratón, de manera
que está compuesto de mus que vale ratón, y de gato, con esta
alusión y similitud”.
martes, 5 de agosto de 2014
LA PEOR DE LAS CORRUPCIONES
LA MÁS GRAVE DE LAS CORRUPCIONES.
En
pleno franquismo, servidor, muchacho de dieciocho años, llevaba ya cinco
trabajando de mecanógrafo, recadero y calefactor, con un Abogado del pueblo.
En
el Juzgado de Instrucción salió una vacante para nombrar a un juez interino. No
se exigía titulación alguna. Únicamente probidad moral de la persona,
acreditada por el certificado de buena conducta expedido por la Guardia Civil,
y partida de nacimiento.
Convencí
a mi tío Antonio, padre de cuatro hijos, por entonces con ya muy precaria
economía, para que solicitara la plaza, que le supondría un sueldito al mes muy
necesario.
Como
había nacido en Argentina, en los años que duró la emigración de sus padres, me
costó “Dios y ayuda” obtener esa partida de nacimiento, del año 1914, en los
confines del interior en tierras de repoblación.
¡Pues
bien!, ¡cómo no!: la plaza fue para un ocioso rico solterón, explotador,
mujeriego y sinvergüenza. Me indigné, presenté un escrito de protesta que, si
no lo para el Abogado (cosas de chicos le dijo al juez), le hubiera costado una
multa a mi necesitada familia.
Mi
abuela, con la que vivía, no paraba de decirme. A ver si aprendes hijo, “Con la justicia y la inquisición, chitón”,
que si no, según eres, muchos palos vas a recibir en la vida.
No
le hice mucho caso y en algún charco seguí metiéndome.
Llegó
la democracia. Me ofrecieron organizar la UCD en la comarca. El trabajo para
sustentar a mí numerosa familia, y faltaba el quinto, absorbía mi tiempo.
Ignoraba, después lo rechazaba, que un cargo público, la alcaldía de mi pueblo,
por ej., pudiera ser un medio de vida. Después, cuando fui concejal, devolví el
sueldo.
Pasaron
años, y esa corrupción que ahora se destapa, se extendía como mancha silenciosa,
sin dejar casi nada sano, por todo el país. También llegó a esta provincia, a
mi pueblo.
Yo
la conocía, tenía pruebas, por eso, personalmente, sin abogados en principio,
recurrí a los tribunales, aunque con temor de lo advertido por Quevedo: “Cuando no hay justicia tener razón es
peligroso”.
Un
juez honesto, en primera instancia, admitió nuestra denuncia. Ante pruebas tan
evidentes, dictó auto de imputación y llamó a declarar a las personas
denunciadas. Año 1999. Lo recurren. La misma Audiencia del “Caso Zamora” revoca
la imputación y sobresee.
Hay
otra historia de evidente fraude electoral manejando el voto por correo de
ancianos de una residencia, practica repetida en todas las elecciones, también
tapada. Si bien el susto por la denuncia en 2003, consiguió evitar el fraude en
el 2007, y hacer que al pueblo llegara la limpieza.
Lo
mío es un pequeño botón de muestra de la
interferencia del poder político en el judicial, de la politización de la
justicia (C.G.P.J., Supremo, Constitucional, magistrados “progresistas”, “conservadores”,
“nacionalistas”, que votan según su adscripción, según los intereses de quienes
los han nombrado) desde los tiempos de F.G. (recordemos a García Pelayo, el
Juez Marino Barbero…) hasta la actualidad.
Ahora
ya, ante el “Puyolazo”, se recuerda, destapa, evidencia cómo el origen de todo
el sunami estuvo en el sobreseimiento del caso “Banca Catalana” (sí, esa fue la
buena herencia que Jordi recibe de su padre Florenci), como la mayoría de los
Magistrados, tanto en Barcelona como en Madrid, desoyendo toda la verdad que
los fiscales Jiménez Villarejo y Mena defendían, obedecen al poder político
(gobiernos de González, Aznar, Zapatero y ,¿ahora Rajoy?) para, por “razones de
estado”, seguir consintiendo todas las tropelías.
Y
bien, por suerte no toda la justicia está corrompida. Ahí tenemos al juez
Castro, la juez Alaya, Ruz, Grande Marlasca, Mena, nuestro compañero Jiménez
Villarejo…
Confiemos,
luchemos para que los vientos nuevos, limpios de PODEMOS se lleven la peor de
las corrupciones, la de un poderoso sector la justicia española.
viernes, 1 de agosto de 2014
VOCABULARIO DE VILLALPANDO Y COMARCA RECOGIDO POR EL PROFESOR LUCIANO LÓPEZ GUTIÉRREZ.
I
IGUAL.
Se usa como equivalente a quizás, tal vez.
IMPLARSE.
Enfadarse, hincharse. En Cáceres jimplarse se utiliza para la acción de
enrabietarse los niños.
INFIERNO.
Cajón en la parte baja de la aventadora donde caen la tierra y las impurezas.
INQUILINO.
Persona poco fiable.
J
JALEARSE.
prnl. Moverse con prontitud y viveza: “¡Bastante tengo con preparar meriendas y
atender la casa! ¡No creas que no madrugo y me jaleo!” (AM, Charlas...,
p. 69).
JAMBO. m. Fulano, tipo, individuo. Tiene un matiz
despectivo.
JARANA.
f. Juerga, fiesta, diversión. También se
emplea jaranero para aludir a la persona propensa a los jolgorios. En
algunos contextos jarana es equivalente a bronca, pelea.
JARCA.
f. Canalla. MU y GG recogen el término con la acepción de ‘grupo de muchachos
ruidosos y bullangueros’ y señalan que a veces tiene un matiz despectivo.
Deriva del árabe harca ‘expedición militar’.
El DRAE registra harca
‘expedición militar’, pero no señala la acepción figurada comentada arriba.
JARDO.
adj. Estúpido, imbécil, engreído. SL recoge jarda ‘mujer de conducta
dudosa’.
JARREAR.
intr. Llover a cántaros.. Delibes utiliza el vocablo en Diario de un cazador:
“El tiempo se ha metido en agua. Ha estado jarreando todo el día. Las
tardes así me gusta encerrarme en casa y oír el chapoteo del agua en el
tejado”. El DRAE recoge el vocablo, pero no da cuenta de la extensión de
su uso.
JATO.
m. Ternero. Francisco del Rosal nos
informa del origen leonés del vocablo: “Llaman en León al ternerillo o
becerrico, de lacteo, que en latín quiere decir de leche”. En
sentido metafórico, es frecuente que se emplee
la palabra en cuestión con la acepción de ‘persona egoísta, mala.
¡Menudo jato que es ese!
JAULA. f. Cilindro formado por dos mitades que se
unen. Está hecho por estrechas y fuertes tablas de encina unidas entre sí por
aros de hierro. Se empleaba en las bodegas grandes para echar en su interior
las uvas pisadas que habían de ser exprimidas por el resto de los utensilios
del lagar.
JERA.
f. Desorden, desbarajuste, que implica un trabajo arduo y fatigoso para poder
subsanarse. (L y G). Por su parte, Rato en bable recoge xera ‘ocupación’.Y GG
‘labor de la mujer’ y hacer buena jera ‘llevarse bien’. Asimismo, L y G
también han comprobado que en Villalpando la palabra se utiliza con la acepción
de ‘estropicio’, ya señalada hace mucho tiempo por Fernández Duro en Zamora a
propósito de la expresión buena gera, que se predicaba, según é1,
del que rompía loza, mueble o vestido.
JERIPUNDIA.
f. Canalla, gente de baja extracción social (L y G, DE y RG).
Comentario Muy en desuso.
JIJILLAS.
Suele emplearse en plural. Persona de complexión física débil (L y G). MB y
GG recogen jijas ‘persona de poca
consistencia, de pocos bríos’, GR jija ‘persona de pocas carnes, y, por
extensión, persona débil y delgada’ y Autoridades la expresión hombre de
pocas gijas ‘de pocas carnes o fuerzas’.
JILGOTEO. m. Bullicio, juerga, jaleo.
JODO.
Exclamación de sorpresa. También se utiliza la expresión jodo petaca.
JOSA.
f. Finca plantada, sobre todo, de árboles frutales, especialmente de almendros.
El DRAE no informa sobre la extensión de su uso, pero García de Diego
señala que es un término propio de Zamora y Santander. Parece derivado del
árabe hussa ‘vergel’. Compruébese su uso en este texto de Martín Calero:
“A la parte saliente había una josa de buenas cepas de albillo,
almendros, cermeños y garrafales” (op. cit., p. 27).
JUJANA.
f. Juerga, diversión a lo grande. El vocablo puede estar relacionado con ijujú,
que era el grito jubiloso que se daba para alegrar el baile. El DRAE registra como vocablo propio
de Cantabria y León jujear ‘lanzar el grito jubiloso ¡ju, ju! ¡ijujú!’. GF, por su parte, documenta en Toro
la expresión irse de jujú como equivalente a irse de juerga. En
este mismo sentido, DE da cuenta de la existencia en Tierra de Campos de la
locución ir de ju, ju ‘ir de pendoneo, de juerga’.
JULEPE.
Aparece en la frase hecha dar o darse un julepe, con la que se alude al
trote excesivo provocado por una tarea fatigosa que se impone uno a sí
mismo o le imponen los demás. JUPA. Aparece en la
expresión darse una buena jupa, que sirve para referirse a que alguien
se ha dado una buena paliza al realizar una actividad, generalmente un trabajo.
L
LABERINTOS. m. Líos (L y G, GG). Suele emplearse en
plural. Se utiliza en la expresión: -
¡Déjame de laberintos!
LABORADA. f. Acción muy dañina, estrago.
LAGARADA. f. Es una broma que se hacía en tiempos de
vendimia. Consistía en restregar por la fuerza el rostro o partes pudendas de
alguien con racimos de uvas tintas. El escritor costumbrista tantas veces
citado Agapito Modroño evoca perfectamente esta festiva costumbre, que solía
tener como protagonista a las mujeres, en su libro Charlas de fragua y solana:
“Íbamos todo el camino con bromas y canciones. Algunas de las bromas eran
pesadas. Como en la cuadrilla hubiera alguna mujer bragada, que no faltaban, y
algún mozalbete chulillo o pobrecico, la lagarada estaba asegurada.
LAGAREADAS. Se aplica a las uvas sucias de mosto,
por haber sido maltratadas, chaculladas en el manejo y transporte.
LAGARERO. m. Es quien dirige las labores de pisar y
exprimir las uvas en el lagar. Su dificultad mayor consiste en formar el pie en
los lagares que no tienen jaula evitando que se despanzurre al someterlo a la
enorme presión de la viga y del pienso. El DRAE recoge el vocablo con la
acepción de ‘persona que trabaja en el lagar’.
LALO. m. Trozo de cristal. En otros contextos
equivale a ‘baratija’. Para DE tiene la acepción de ‘cuenta grande de cristal,
especialmente las que cuelgan de lámparas o arañas’.
LAMBERÓN. adj. Aprovechado, zalamero, pelota (L y G,
DE). MU lo recoge con idéntica acepción y también documenta su variante lambrón.
La conservación del grupo consonántico mb puede indicar que estamos ante
un vocablo de origen leonés. Evidentemente, está relacionado con lamer.
LAMBISQUEAR. tr. Pastar hierbas de poca altura: “El
caballo había descansado y lambisqueado por allí por los prados” (AM, Memorias
de un torero, p. 40).
LAMBRIÓN. adj. Glotón, goloso. El vocablo está
relacionado con lambrón, y ambos términos proceden del latín lambere,
que vale lo mismo que lamer. El DRAE recoge con este mismo
significado lambrón y señala que la palabra es propia de Tierra de
Campos.
LAMBRUCIO. adj. Dícese de persona que gusta de
picotear, chupar, exquisiteces, dulces, principalmente, sin llegar a
terminarlos. Está relacionado con lambere. También se usa el término lambruciado
como sinónimo de chupado.
LASTRA. Sustantivo. Bodegón o
sótano existente bajo algunas bodegas para guardar el vino.
LASTRO. m. Terreno fuerte, impermeable, que tira a
salobre: “Cuando las lluvias se retrasaban, la sementera se hacía por seco y se
hacía muy difícil romper los cavones de los lastros” (AM, Crónicas...,
p. 82). El vocablo, así como otros emparentados con él, está abundantemente
documentado en diferentes zonas de Castilla y León.
LECHÓN. m. Cerdito de siete semanas, cuando se
desteta, separa de la madre y comienza su ceba con pienso. Cardo de flores
amarillentas. Su nombre parece que se debe a la gran cantidad de savia que
atesora.
LEGAÑAS. Se utiliza en la expresión enamorarse de
legañas, que se emplea cuando uno no ve cualidades en un individuo para que
una determinada persona se enamore de él o de ella.
LEGUMBRAL. m. Tierra dedicada al cultivo de las
legumbres.
LENTEJUELA. f. Planta acuática diminuta de color
verde que sale en las aguas estancadas, cubriéndolas totalmente: “En el verano
te recubrías de lentejuelas; por ellas pisando en la verde alfombra
quiso caminar Pasca, siendo niño. Tuvo la suerte de la proximidad del señor
Amalio Luna, lo rescató medio ahogado” ( AM, Crónicas..., p. 37).
LIEBRE. Aparece en la locución coger una liebre,
que sirve para referirse a la acción de caerse un trompazo y a consecuencia de
ello ensuciarse de barro. Covarrubias registra la expresión: “En tiempo de lodo
si alguno cae y se ensucia, decimos que ha tomado la liebre.
LIENDRE. Son los huevos de los piojos que se enredan
en el pelo. Aparece en la locución cascar la liendre, que generalmente
se aplicaba para aludir a que un muchacho había dado una paliza a otro (L y G,
MU). Figura en el DRAE, pero no se aclara nada sobre la extensión de su
uso. Parece, sin embargo, una locución occidental, pues también la registra
Rato como propia del bable.
LIMBO. m. Juego: “Y a los que jugaban las niñas: el limbo,
la semana, el avión, desplazando el tejo, a cojo pino, sobre cuadros marcados
en el suelo” (AM, Charlas..., p. 107). DE describe un juego parecido
denominado huneles: “Juego que consiste en marcar en el suelo cinco
cuadros formando un ángulo recto y recorrerlos a la pata coja (a zapiquete),
empujando el tejo con el pie. No se puede pisar raya ni apoyar los dos pies más
que en el cuadro dedicado a descanso. Hay que hacer un recorrido sin petar y
dar la vuelta, que se llama hacer las cambrias, para tener derecho a una
reguleta, que consiste en señalar un cuadro en el que solo puede descansar su
propietario, los demás han de dar fuerte al tejo para pasarlo al cuadro
siguiente y saltar sin pisar la reguleta. En algunas partes se llama castro
o tocalé”.
LIMPIAR. tr. Aventar el grano, es decir, separarlo
de la paja.. También se emplea el sustantivo limpia para aludir a la
acción de limpiar: “Había llegado el momento: comenzaban las limpias”
(AM, Crónicas..., p. 46).
LINDERO. Linde. Aparece en la expresión estar lindero para expresar que casas,
o tierras, están contiguas. También García Lomas lo recoge con la acepción de
‘colindante’.
LINDERÓN. m. Linde elevada que separa dos fincas:
“Tenían olor a lavanda de los linderones, a surco abierto en la riebla”
(Crónicas..., p. 129).
LINDO VEO. m. Juego parecido al escondite o maya. El
encargado de buscar a los demás, el que se quedaba, debía entonar antes de
empezar a hacerlo la siguiente cantilena: “A lindo veo, / que
bien te veo, / y si puede ser / echar a correr”.
LIS. m. Reverso de la moneda, contrario a la cara,
cuando en éstas existía la efigie de rey o caudillo.
Comentario: De niños y mozuelos nos jugábamos monedas
lanzándolas al aire, a “caras o lises”
LOMBA. f. Loma. La conservación del grupo
consonántico mb es propia del leonés. También se emplea el término lombilla
con la equivalencia de montículo.
LUEGO. adv. Inmediatamente, enseguida: “No se
preocupe. A usted nada. Es que se ha matado un compañero y queremos pedirle el
favor de que nos haga, cuanto antes, un trabajo para acompañar con el cadáver.
Lo vamos a trasladar enseguida, por eso díganos si lo puede hacer luego”
(AM, Charlas..., p. 98).
LUSTRE. m. (y su adj. LUSTROSO) Este sustantivo se
predica de las cosas brillantes y muy limpias, y también de las personas o
animales que tienen la piel tersa y brillante, y aspecto robusto y sano. SL
recoge también el vocablo con la acepción más restringida de ‘tersura de la
piel, y brillo del pelo, de un animal sano y vigoroso”. Corominas considera que
el término deriva del italiano lustro ‘brillo, esplendor’ a través del
catalán llustre. El DRAE registra la palabra con la acepción de
‘brillo de las cosas tersas o bruñidas’.
LL
LLÁGANO. m.
Lodo. Cieno (L y G, GG). Lamano y Beneite recoge la variante yégano.
Puede ser una deformación de légamo. Corominas cree que esta última
palabra es de procedencia céltica, producto, concretamente, de la raíz leg
‘estar echado’, ‘formar una capa’ más el sufijo –amo. Esta raíz ha dado
lugar a palabras célticas como legita ‘fango’ y lega ‘heces’,
término relacionado con el francés lie ‘excrementos’, que pasó al
castellano lía. Téngase también en cuenta que desde el principio del
siglo XVI existe la variante légano, que ha dejado huella en topónimos
como Leganés o Leganitos, que ya al menos en el siglo XVII se
consideraban derivados de légano, según se desprende de la lectura de
los siguientes versos burlescos incluidos en la obra jocosa de Castillo
Solórzano Donaires del Parnaso, donde precisamente se reflexiona en tono
de burla a propósito del origen del nombre de Leganitos: “La
deniminación de Leganitos / escribieron autores infinitos: / tal hubo que
afirmaba / que el légano o piscina / su origen y apallido denomina”. Por otra
parte, en lo que respecta a la palatalización de la l de principio de
palabra hay que explicarla por influjo del leonés, en cuyo ámbito son
frecuentes formas como llobos o llino. GF recoge en Toro yaganoso
y zanagoso con la acepción de ‘terreno pantanoso’.
Comentario: Como este término, de uso frecuente en Villalpando, tiene especial
significado para el autor, evito mutilar, como hago en otros, toda su
descripción.
Cuando Lucianín, con sus
padres emigró a Madrid, la pandilla de niños urbanitas se reían del niño de
pueblo que al lodo llamaba “llágano”, o” pecina”.
LLENAR. Embutir . Se emplea como verbo intransitivo.
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