LA PELOTA
TAMBIÉN JUGABA. MI HOMENAJE al “RUBIO”
Estando de
maestro en Riofrío, año 1972, con mi mujer y dos niños muy pequeños, en humilde
casa sin tele ni nada, alegraba mis noches de los lunes, creo, un programa en Radio
Popular de Ricardo Ferrero, titulado, “La pelota también juega”. Cierto,
todavía en los pueblos, Sayago, Tierra del Vino y del Pan, y en la capital en
torneos provinciales, se jugaba.
Cierto que
los más nombrados pelotaris eran de las comarcas dichas, si bien ahora voy a
rememorar aquellos campeonatos por la Virgen de los Rayos en Tapioles, por San
Antonio en Cerecinos de Campos, por “San Uno” en Prado, San Pelayo en Cañizo;
San Marcos en Revellinos… También en Tierra de Campos se jugaba, y mucho, a la
pelota, en aquellos pueblos tan vivos, llenos de niños y jóvenes.
A pesar de
lo intransitable de la carretera, pedí una bici, tenía 14 años, y me llegué a
Tapioles. ¡Qué gentío! Era el momento en que despuntaban los de los pueblos
comarcanos. Si ahora los hinchas se matan por su equipo de fútbol, por el
“Madrí” aunque ninguno de los futbolistas sea madrileño. Igual por el
Barcelona, etc., ¡cómo no iban a tener entusiasmo todas las gentes por los de
su pueblo! Eran ídolos locales. Se los
cito: en el pueblo de la Virgen de los Rayos, tenían rayas de postín: Leo Vega, “Simines” Osorio,
el Zurdo del equilador, y un tal Melecio; en aquel, cuyo patrón es San Marcos,
estaban, casi nada: “el Litri”, nadie sabía que se llamaba Eufemiano del Estal;
un tal Carlos, “el Artista”; y un Toranzo; más tarde “Raposo”; los del patrón
San Antonio, ahí ya el no va más: Goyo “el Chufas”; “Mimí”, Hermelindo de Anta;
y Clemente Gallego, “Chamarreta”.
Sabiendo,
por transmisión oral que de toda la vida en estos pueblos se ha jugado a la
pelota (habría que investigar cuando se construyeron los frontones), conociendo
por la historia que el rey Felipe, “el Hermoso” estuvo en Villafáfila, y puede
que jugara en aquel frontón, era muy aficionado; palmó de una pulmonía a los 28
años, ya que al parecer se quedó frío después de una buena sudada pelotari en
Burgos, sabiendo esto y más, dudo que a la pelota a mano se le adjudique el
apelativo de “vasca”. Podríamos también decir, castellana.
Volvemos a
aquella tarde en Tapioles con los protagonistas citados en sus preciosos de
dieciocho a veintipocos años; La pared del frontón amplia, alta, inmensa, sin
pared lateral; en el piso de tierra marcaban dos rayas, desde el borde del
frontis, que se iban abriendo. La de la izquierda pasaba muy cerca de la
esquina de la iglesia. No había más líneas. El saque era libre. Cada uno sacaba
desde la distancia a la pared que le daba
la gana sin que hubiera tope por detrás, limitación del saque. Las
pelotas, para que votaran en piso de tierra eran mucho más vivas y ligeras, no
sonaban como las de ahora. Sólo con oír el toc sobre la pared ya me duele la
mano. Los equipos, en tan amplio recinto eran de tres jugadores: los de las
rayas izquierda y derecha y el del medio, el zaguero. Poseían un buen manejo
de las dos manos. Los tantos largos y disputados.
Había
llegado medio pueblo de Cerecinos, el primer camión de ese pueblo, el de Jesús
Miranda, echó varios viajes por el polvoriento camino. Los de Revellinos en
carros, en burros, a pie; de Villalpando fuimos unos pocos en bici, Aquellos
partidos suscitaban verdadera pasión. Los machetes del “Chufas” a dos dedos de
la raya enardecían a los de Cerecinos; cuando Leo los levantaba y atrasaba la
pelota los de Tapìoles rugían. Como las rayas en el suelo, por el gentío,
quedaban medio borradas había trifcultas de si buena o mala. Tenía que
intervenir el cura don Policarpo, incluso la Guardia Civil. No sé si ni
siquiera les dieran una copa. Era la honrilla.
Pasados unos
años de aquello, llegó un momento que la gran atracción era que viniera el
Rubio, con el policía y no sé qué otro de Zamora, algo difícil de conseguir:
Ferrero estaba muy solicitado. Era, tan atlético, con su poderoso manejo de las
dos manos, con su llegada a todas las pelotas, cerca o lejos del frontis, casi
imbatible.
Un año vino
a Cerecinos. Gregorio en el cenit de su poderío; poderoso mocetón, labrador,
todavía con mulas, y albañil, dos buenos entrenamientos. Aquello ha pasado a la
leyenda. No ha mucho otro más joven de su pueblo, en presencia suya y mia, (soy
amigo de Gregorio) lo recordaba.
-¿Te
acuerdas Goyo que empezaste a sacar por detrás de la gente y así hiciste no sé
cuantos tantos seguidos, hasta que el Rubio se plantó, la cortó de machete al
aire y te hizo el tanto? Después sacó una pelota de madera que ni votaba en el
suelo. La que se armó.
-Ricardo y
yo siempre hemos sido muy buenos amigos. Amistad que hemos conservado toda la
vida. -Afirmó Gregorio.
Seguro que
ayer disfrutó un montón, sabiendo que su hijo, Gregorio Álvarez, Ibereólica, ha
sido el promotor del homenaje a Ricardo Ferrero.
No puedo
terminar sin recordar la llamada emocionada de mi hermano, emigrante en
Vizcaya, un domingo por la noche, en los años de plomo.
-“Estoy
emocionado. Vengo de ver el partido. Los de Zamora, el Rubio y Antonio
Rodríguez, en el campeonato de España de aficionados, han ganado a dos vascos”.
Después de
Goyo, Ferrero, Luis Sánchez, José Luis
Alonso, fueron llegando Antonio Rodríguez, de San Agustín del Pozo; Carmelo y
Emilio, de Vidayanes; Juventino Jodra, de quien Ferrero habló maravillas, de
Torres; otro de su pueblo, “Tornadera”, Raposo de Revellinos; los Curros, Jaime
y el “Chato”, muy bueno, de Prado;
Loren, de Castronuevo… El último terracampino pelotari de la siguiente
generación y al más alto nivel, ha sido Miguel-Ángel Gallego de San Esteban del
Molar.
Mi recuerdo
cariñoso para todos.
Agapito Modroño
Alonso.
3 comentarios:
Lo he mandado a La Opinión. He esperado unos días. Continúa el veto. Si alguien tiene contacto con Ricardo Ferrero le ruego le digan dónde lo puede leer.
¡Gracias!
Roberto Sastre
jue, 3 oct, 17:54 (hace 23 horas)
Buenas tardes, Agapito: Gracias por informarnos de tu escrito con el que haces homenaje a Ricardo Ferrero. Acabo de publicarlo para darle difusión: https://torr
¡Muchas gracias Roberto! Ricardo ha sido el alma de la pelota zamorana. He querido recoger los recuerdos ligados a la pelota y a Ricardo.
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