Villalpando 27 de octubre de 2.024.
Sr. Don José-Andrés Blanco. Director de la UNED.
ZAMORA.
Estimado y conocido señor: Posiblemente asista al Congreso sobre
despoblación: “RAZONES PARA QUEDARNOS”. Llevo muchos años preocupado por el
problema, dando ideas y actuando. Aunque percibo es batalla casi perdida, desde
mi pequeñez, no me rindo del todo.
Niño
rural a quien, al contrario que a Daniel “el Mochuelo”, nadie pudo arrancar de
su pueblo. Viví, en mi infancia, las numerosas familias apretujadas en sus
casicas de adobe; el trajín de las eras, las vendimias, sementeras, las besanas con pares de mulas cada poco; las
escuelas de cuarenta niños con cada maestro, otras tantas niñas con cada
maestra; llenos la iglesia, el juego de pelota, el baile…; barro, carámbanos,
polvo, en calles y caminos; el Comedor de Auxilio Social, la “Gota de
Leche”...; suero, almortas, sopas con sebo, castañas pilongas y bellotas, como
alimento de los más pobres.
Esas
vivencias, y muchas otras, he recogido en sencillos relatos costumbristas, unos
cuantos merecedores de premios.
Siempre
activo socialmente, he participado, por ej., en la creación de Cooperativa que
presta gran servicio a la agricultura comarcal; recogí en trabajo de
investigación y de justicia histórica, “Víctimas de la guerra civil en
Villalpando” ; participé en el Seminario que, sobre el tema, en la UNED, usted
organizó; llevo años ayudando a inmigrantes…
El
Círculo de Zamora, en un certamen sobre “Proyectos e Ideas para revitalizar la
provincia”, hará cerca de 20 años, concedió el primer premio a mi trabajo
titulado, “Nueva Savia”. Concurrieron firmas importantes, un Catedrático de
Sociología de la Universidad de Salamanca, columnista dominical en La Opinión,
por ej.
Eso
es lo que no me canso de repetir, “nueva savia”, en los frecuentes seminarios,
conferencias, mesas redondas…, sobre despoblación, el ovino, la PAC, etc. en
que me dan la oportunidad de, en el menor tiempo posible, (después de escuchar
la retórica de los urbanitas) exponer mis ideas, fruto del conocimiento, de la
experiencia, de estar inmerso en esta desoladora realidad del arroñe del tapial
en las aldeas terracampinas.
Releído
el programa del citado Congreso, anunciado a bombo y platillo por La Opinión,
veo que tras la participación de “congresistas” tan importantes, no habrá
coloquio, por si algún asistente desea preguntar o exponer algo, recurro a
usted, como el más docto, asequible y cercano de los ponentes, para intentar poner sobre la mesa conciso análisis
de la situación y urgentes y necesarias medidas a tomar ya.
Dicen:
“razones para quedarnos”. “A buenas horas, mangas verdes”. ¡Quedarnos!,
quedarse, ¿quién?, los cuatro viejos resistentes; si en la mayoría de los
pueblos de la provincia no queda ni un solo niño, ni joven. Unos pocos en las
cabeceras de comarca. Cuando acaben, o no, el bachillerato, a la Universidad o
a los Centros de FP. ¡Adiós al pueblo! Así mi nieta, por ej.
Escuché
a un ponente: “inculcar en los centros educativos el amor al medio rural, a los
pueblos”. ¿Cuál es el ejemplo? ¿El de sus profesores y casi todos los demás
funcionarios y empleados que viven en la ciudad…, que del pueblo sólo saben a
la distancia que está de la capital para el recorrido diario?
¡Ayudas
para la incorporación de jóvenes y jóvenas a la agricultura y ganadería!
¿Cuántos de los perceptores, y de las otras ayudas de la PAC no viven en el
pueblo?
No
es sólo la falta de trabajo en los pueblos, sino el mayor gusto por la vida
urbana.
Pero
no; no está todo perdido: cual al olmo “machadiano”, al viejo tronco de mi
villa, por ej., unas ramas verdes le han salido. Eso: una nueva savia que lo
está revitalizando: los inmigrantes. Ocupan los trabajos rechazados por los nativos:
atención a los mayores, ganadería, hostelería, construcción…; de las cuarenta y
cinco personas trabajadoras de la residencia, más de la mitad son inmigrantes;
en el Colegio de Primaría por ahí debe andar la ratio. Creo los llegados
superan el 10% de todos los censados. Ayer, por ej., en una fiesta de undécimo
cumpleaños, en magnífico piso alquilado, se juntaron veinte hondureños; la
mitad de los dos a los quince años…
Riego
que el añoso tronco necesita:
a).- Facilitar los Permisos de
Residencia a todos cuantos tengan una oferta de trabajo.
b).- Un plan de incentivos para, en
explotaciones ganaderas cerradas, incorporar a inmigrantes en el ovino.
c).- Podría la Junta aceptar en
donación todas las casas encerradas en proceso de derrumbe, y las ya ruinas
totales. Cotanes del Monte, por ej., no tardando, será una aldea fantasma.
Si
decidiera asistir y me concedieran la palabra, podría exponer estas ideas,
evitando todo el prólogo sobre lo personal.
Como
creo ello no va a suceder, se lo transmito por si de algo le sirven.
Reciba
mi saludo cordial.
Firmado.- A. Modroño Alonso.
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