LA IZQUIERDA Y ETA.
Encuadro
en esta serie, “Quien ve su villa…” lo que voy a contar, porque “las
izquierdas” (aburguesados incoherentes, alcahuetes
de las corrupciones) de este pueblo mantenían, respecto de ETA, la misma
postura que los izquierdosos nacionales: simpatía.
Hubo un funcionario
público, llegado al pueblo, muy joven, en 1932, jubilado en 1973, quien
disimuló muy bien su ideología izquierdista; incluso vistió en ocasiones la
camisa azul, y tuvo un segundo empleo en el régimen; pero, amigo, qué chistes
entre afines, ya en el ocaso del franquismo, cuando el asesinato de Carrero
Blanco.
Nunca
es justificable el terrorismo. Aun en el franquismo a la mayoría de la
población nos repugnaban los crímenes de ETA, GRAPO… A mi también los puntuales
de extrema derecha, lo de los Abogados laboralistas de Atocha, por ej. Pero, ya
en democracia, cuando los perdones, el borrón y cuenta nueva, hubo amnistía
para todos, incluso para los de manos ensangrentadas, aquella criminalidad, que
fue en aumento, a los justos nos hacía daño.
Y,
¡hete aquí!, gran paradoja: es un gobierno de izquierdas, el de Felipe
González, quien promueve, lleva a cabo, de forma chapucera, la guerra sucia
contra el terrorismo.
Confieso
que ante aquella ola criminal etarra, casi impune, tenían muy cerca “la taina”
francesa, cuando aparecieron los GAL (Grupos Armados de Liberación), sentimos
por ellos cierta simpatía: ¡ya es hora! de que alguien les haga frente,
utilizando sus armas. Pensamos podrían estar auspiciados por organizados
empresarios vascos hartos de tanta extorsión, de tanto crimen, quienes
utilizaban sus “mismas armas”.
Aquello
fue un fracaso y un error, por la chapucera forma de actuar y por, además,
meter la mano en el cajón. ¡Bueno!, algo se consiguió: que el gobierno francés
tomara nota y empezara a colaborar con el español.
Me
decía un socialista amigo, mayor que yo, ya difunto: -Si es que Felipe ha tenido que intentar acabar con ETA por miedo a los
militares, que “demasiau” están aguantando. Lo de Tejero fue un aviso”.
En
Villalpando, la única reacción a tanto horror, fue aquel día en que tenían
secuestrado, amenazado de muerte, a Miguel Ángel Blanco. Salimos muchos a la
plaza y a la procesión sin santos, ni capuchas, ni tambores, encabezada por la
entonces alcaldesa del PP Carmen Allende, a quien en aquel momento arropamos.
Recuerdo
la presencia de hombres, por tradición familiar, de izquierdas de toda la vida.
Recuerdo, en particular, a Mercurio Carricajo “Quines”, y su mujer Milagros
Mazariegos, siempre tan juicioso; recuerdo, sobre todo, a quien más claramente
manifestaba su indignación, Macarín “el Tocinero”, un sindicalista de la UGT,
heredada de su padre Eumenio, el ansia de justicia: ¡asesinos!, ¡hijos de
puta!, ¡soltad al inocente! Recuerdo faltaban izquierdistas históricos locales.
¡Cómo
no estar indignados..!: tenían en un zulo al pobrecico cordero, aquel muchacho
con cara de niño bueno. Hijo de un albañil, emigrante gallego, como mis
hermanos, como tantos labriegos castellanos; se había licenciado en Ciencias
Económicas, trabajado con su padre en la construcción, hasta que consiguió un
puesto acorde con su licenciatura. Hacía a diario el mismo recorrido. Lo
cazaron; dos días escondido, maniatado. El gobierno no cedió al chantaje. Lo
llevaron, en el maletero de un coche, a una pista forestal, el “Chapote” le
obligó a arrodillarse, las manos atadas a la espalda, le descerrajaron dos
tiros en la nuca. Allí lo dejaron tirado.
Tenía tanta vida aquel muchacho, que se resistía a morir. Lo encontró un
caminante. Lo llevaron a Nuestra Señora de Aranzazu. Con dos balas en el
cráneo, imposible salvarle la vida.
Veintiocho añicos.
Parece
ser fue la reacción de la banda a la liberación de Ortega Lara, 532 metido en
un agujero.
Las
manifestaciones contra ETA en toda España fueron multitudinarias, 500.000
personas en Bilbao. Fueron la ley y las Fuerzas de Seguridad quienes acabaron
con la fanatizada, el estilo yijadista, banda asesina. Más de ochocientas
víctimas inocentes, sin sentido, Recuerdo a bastantes de ella: el matrimonio
Becerril, en Sevilla, tres niños sin padres, Gregorio Ordoñez, Múgica, uno del
PSOE descendiente de Morales de Toro, Lluch…
Desgraciadamente
(siempre en el ser humano la lucha del bien contra el mal) existen muchos
malos. Todos los fanatizados por nacionalismos anacrónicos, aldeanos… Así se
entiende que un partido político como BILDU tan afín al terrorismo, al crimen,
a la extorsión, tenga partidarios.
En
ese buenismo de los constitucionalistas, hicieron mal en no sancionar la prohibición
en el juego democrático de partidos políticos afines, próximos, alcahuetes, no
condenadores del terrorismo.
Debieron
prever podría aparecer algún político sin escrúpulos, que con tal de seguir
atornillado a la poltrona, fuera capaz de legislar para sacar de la cárcel a alguien
tan repugnante como el tal “Chapote”.
Debieron
prever las enormes dosis de cainismo sectario, existentes, todavía, en la
sociedad española. ¿En qué país europeo podrían consentir a un gobernante como
el marido de Begoña?
Si trabajador es sinónimo de izquierdas, miren qué he hecho toda la vida, desde niño: ayudar en casa, (cortar manojos, poner lumbre, ir al caño, trillar, vendimiar, despachar vino y aguardiente) escuela de las Hermanas, y de Villa; mecanógrafo, recadero; miles de pacas por mis manos y rodillas; enseñar e intentar educar, siempre leyendo, formándome,...
La calabaza de encima, que no se ve bien, casi no pude echarla al carretillo. Riquísimas para mermelada.
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