Me recuerda una bloguera con quien me encuentro en la plaza, que me he dejado a muchos ausentes en el tintero. Yo también me he ido acordando y los voy a citar.
Empiezo por mis primos Modroño Herrero. Desde que se fue, a los 102 años Lola, salvo a Goyo, tan distantes y con otros afectos, nada se les ha perdido por aquí. Me consuela saber que, gracias a este blog, no pierden su vinculación con el pueblo.
Vuelvo a citar a mis primos, "Los Chinas". El pasado día 18 falleció Tomás, futbolista en su juventud, enorme hortelano en Laguna de Duero, era el marido de Conchi, la hija mayor de mi prima Felisa. Llevaba años ciego. No había perdido el sentido del humor. Conversábamos de hortalizas.
He visto poco a los de don Manolo, el del banco, Mari Chari, Fernando, Andrés.
¿Qué será del pobre Constan, encerrado en una residencia en Moraleja del Vino? A ver si un día lo llamo, o voy a verlo.
Las Prudencias también pararon poco. Me dijeron se iban a Villagarcía.
Cuando paso por la calle Cantarranas cierta tristeza me produce ver cerrada la casa de Jesús Seoane y Mari Carmen López. Eran asiduos en el veraneo de la villa. Sus hijos compañeros de mis hijas en la Universidad de Salamanca; todos tan buenos amigos.
Me entero por la plaza de que han fallecido los dos Fajardos Martínez, relativamente jóvenes... ¡Bueno!: en esto de venir al pueblo sigue habiendo algo de relevo generacional.
Ahora, como rancio recuerdo del pueblo, les canto alguno de los versos a San Roque.
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