CORRESPONDENCIA. EN HOMENAJE A FÉLIX “NITRO”
Les transcribo la
mantenida con esta señora. Me había pedido le mandara el libro titulado “De
entre adobes y tapiales”.
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4 feb 2025, 18:21 (hace 5 días) |
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Estimado Agapito:
He recibido está tarde el libro en mi buzón.
Yo te he enviado el sobre como me dijiste,espero no tarde en llegarte.
Quería preguntarte si usted vive actualmente en Villalpando.
Estoy segura me va a gustar.
Dios le bendiga.
Mi cordial saludo
Begoña Rodríguez
Posterior a este correo me envió
otro, en que me decía haber estado trabajando hasta hacía pocos días en la
Residencia para mayores, regentada por las “Hermanitas Cuidadoras de los
Ancianos Desamparados”, en la que reside un señor de Villalpando, Félix
Rodríguez Díez, que le había dado a leer el libro y le estaba encantando, que
se reconoció en la foto de la escuela, con don Benigno, y que me conocía.
Yo la contesté. Copio a
continuación la carta digital enviada:
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11:28 (hace
17 minutos) |
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Buenos días, Begoña:
A estas edades los recuerdos son necesarios. Son
como vivir de nuevo. Me alegra saber que los lectores disfrutan con lo que
escribo.
Te cuento de Félix:
Fue el menor de cuatro hermanos, tres varones y una
mujer. No sé si llegó a conocer a su padre. Tenía un carro y una mula con los
que transportaba piedra. De ahí que les llamaran "los
Pedreros". Tampoco sé cómo pudo conseguir su madre, la señora Fermina, dar
alimento y vestido a sus hijos. Félix bien pronto, de monaguillo, comenzó a
ganar alguna perrilla.
Allá por el año "cincuenta" o
"cincuenta y uno", cuatro franciscanos estuvieron dando misiones
durante una semana en el pueblo. El fraile que las daba a los niños era
encantador. Consiguió una repesca de seis o siete muchachos, quienes al comenzar
el curso se fueron internos al Colegio de frailes que dichos franciscanos
tenían en El Pardo. Uno de ellos, Félix. De aquellos, otro, Ángel Infestas
Gil, durante al menos diez años, fue fraile. Persona muy inteligente
consiguió un doctorado en Sociología. Llegó a ser
Vice.Rector en la Universidad de Salamanca. Escribió dos novelas
históricas con referencias a Villalpàndo: "El regreso del templario"
y "Rayanos". Las podéis encontrar en librerías.
a Félix le gustarán. Ángel, hará como un año, estando en plena
actividad, cayó fulminado por un infarto. Quizá Félix no lo sepa.
Félix estuvo seis o siete cursos en los frailes.
Salió y la convalidaron el bachillerato. Comenzamos a estudiar Magisterio, como
alumnos libres, los dos el mismo curso.
A mí me compraba los libros y pagaba las clases,
en una modesta academia local, el abogado para el que desde los 13 años había
comenzado a trabajar como mecanógrafo, recadero y canguro. Así conseguí
terminar el bachillerato de cuatro años.
Nos matriculamos como libres en la Escuela de
Magisterio de Zamora. Ambos, él y yo, utilizamos los libros que el Abogado me
había comprado. Iba por la mañana muy temprano, antes de ir a la oficina, a su
casa. Su madre nos había preparado un buen brasero. Allí, en aquella camilla
estudiábamos, hacíamos los deberes de la academia.
Al curso siguiente le fichó el Atlético de Zamora.
Era un delantero centro a la antigua usanza. Un tanque, un cañonero. El sueldo
de futbolista le dio para pagar la pensión en Zamora y asistir a las clases en
la Escuela de Magisterio dicha. También para, además de otra ropa, comprarse un
buen traje con que poder asistir a las numerosas bodas a las que, sin
enhorabuena, era "invitado".
Yo hube de seguir estudiando Magisterio como
alumno libre, salvo dos meses que estuve como "oyente".
Cuando salíamos de clase y nos dábamos una vuelta
por Santa Clara, a Félix le conocía todo el mundo. No sé los besos,
abrazos y apretones de manos que repartía cada día. Poseía un inmenso don de
gentes. Consiguió hacerse tan amigo de la profesora de francés, solterona, Doña
Melchora, a quien él llamaba "Chorita", que le nombró su
secretario, con poder para dar notas. Así, por ej., a mí, que de francés
apenas si había aprendido, "Tour de France", me dio sobresaliente.
Con todo el historial de Félix habría para
escribir un libro. Creo llegó a ser concejal por la UCD en Valladolid,
Director de un Colegio, cargo sindical, etc.
Joven de mucho talento cuando
hacíamos comedias, él siempre era el personaje principal. Como rapsoda fue
único; inolvidable la declamación de los versos del poema dedicado al Parque de
María Luisa. En plena madurez vino a pregonar la Semana Santa de
Villalpando. Estuvo conmovedor.
Hace unos años, en Rueda me dieron razón de
él. No tengo noticias de que haya tenido hijos. Me alegran las noticias que de
él me das.
Un abrazo para ti y otro para Félix.
Agapito Modroño
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