martes, 18 de junio de 2024

UN BAUTIZO.

      

    
                               Pinchen en las fotos para verlas más grandes, merece la pena.

                 En estos tiempos de tan reducida natalidad asistir a un bautizo, ver niños, produce verdadera alegría.
                  Además, la niña, hija de un matrimonio joven que vive en el pueblo, tiene por delante, otros dos hermanitos. Hasta en eso son ejemplares los papás, Fernando Infestas y Rebeca Guaza. 
                  A Fernando aunque no lo tuve de alumno, sé es un buen muchacho. Sí a su hermano Julio, el más alto, detrás del cura. Dos cursos, primero y segundo de Primaria, fui tutor de ese grupo de alumnos/as; Julio estaba en el grupito de los mejores.
                  Unos cursos después, ascendido en el escalafón del claustro de Profesores, todavía de E.G.B. Rebeca estaba en uno de los tres grupos de sexto, séptimo y octavo a los que impartía Ciencias Sociales. Era una niña dulce y encantadora, privada bien pronto de mamá tan bondadosa como lo fue Amparito. Le quedó un padre responsable, ejemplar, buena persona, "Angelito" Guaza.
                  Son buenas familias del pueblo: Tomás, el "Plácido Domingo" villalpandino; Carlota, la menor de la dinastía de gente tan honrada como lo es clan "Citos".
                 Les cuento un detalle ocurrido puede que hace un par de años: al pagar, en la tienda de Juanito, caí del bolso un billete, creo recordar de 20 euros. La siguiente clienta, quien vio el billete en el suelo, fue Carlota. Lo cogió y le preguntó a Juanito quién lo habría perdido. Éste le dijo que habría sido yo. Cuando noté la falta, no tenía más que calderilla en el bolso, volví a la tienda. Juanito me dio el billete y me dijo quién lo había encontrado. Fui  ex profeso a darle las gracias.
                 La neófita es una cría bien rica. La tenía en brazos su mamá en el primer banco, frente a la pila. Yo estaba en el segundo. Estaba deseando jugar con el hermanito. Le tendía la mano. Sonreía y mostraba "cinco dientes como cinco jazmines adolescentes", aunque creo no haya llegado al "octavo mes".
                Es consolador comprobar, aunque escaso, hay relevo generacional de buenas gentes.
                  
                              

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