martes, 2 de abril de 2024

 

 

                                                  QUIEN VE SU VILLA, (III)

 

               Sigo copiando fragmentos del informe de Álvarez Buylla. Un poco menos de la mitad de las gentes del pueblo pertenecía a la clase baja. Por lo que excluyendo a niños y mujeres, habría OCHOCIENTOS OBREROS ADULTOS (mayorales, criados mozos de año, agosteros, a jornales sueltos, perillanes…)

               Ante la penosa situación, a finales de 1903, se constituye la primera Asociación Obrera Comarcal. Elaboran una tabla de reivindicaciones. Espigo algún dato: “La soldada del segador será, por cincuenta días de temporada, de sol a sol, de 30 duros y dos carros de paja” Como ven, TRES pesetas diarias, pero si tiene más de 50 año, ganará la mitad, 25 duros. Ciento veinticinco pts. Las algarroberas pedían un jornal de “cinco reales” igual a  1,25 Pts.

               Vea  el precio de alimentos básicos: PAN, 0’40 pts/kilo; ACEITE, 0’90 pts./kilo; PATATAS, 0’08 Pts./libra; TOCINO, 1’30 Pts./kilo; MANTECA de cerdo, 2pts./kilo.

               El kilo de trigo se pagaba a 0’26 pts./kilo. O sea: con cinco kilos de trigo se pagaba el jornal de una algarrobera. Hoy en día hacen falta casi doscientos kilos de trigo para pagar un jornal. Las producciones medias de los años 1.905 y 1906 fueron de setecientos kilos /Ha. La cosa estaba achuchada para, salvo los cuatro terratenientes, para todo el mundo. La mayoría de los medianos labradores lo eran de tierras en renta y los pequeños, en el Raso; pero, por lo menos, aunque sólo fuera que pan, garbanzos y marrano, no pasaban hambre, y sí los jornaleros.

               Ante ese asociacionismo obrero los patronos reaccionan y crean la gremial Asociación Agrícola Villalpandina, en defensa de sus intereses. Rechazaron inmediatamente las condiciones que los obreros ponían. Intervino el Juez de Primera Instancia. Consiguió que se celebrara una reunión mixta, en la que no hubo avenencia. “El año era malo”. La huelga fue inevitable.

               Los patronos apelaron a los obreros no asociados, a las máquinas segadoras, primeras que llegaron al pueblo, que quisieron destruir los obreros, a los trabajadores forasteros (venían aún gallegos a segar), viéndose los asociados en la necesidad de abandonar la población para buscar jornal en otras partes, para allá de Rioseco. Como bastantes de ellos no encontraron ocupación, regresaron a Villalpando, en donde procuraron convencer a los compañeros de que no ayudaran a los patronos, lo que no consiguieron, por la actitud de éstos, de las Autoridades y de la Fuerza Pública, poniendo todos los medios a su alcance para que se malograse la huelga general.

               El Alcalde disolvió dos veces reuniones legales de la Asociación, ordenando instruir sumario; ordenó la detención de algunos socios por cantar himnos socialistas; al Secretario de la Asociación, vendedor ambulante, a quien antes no se le ponían impedimentos, desde que pertenece a la dicha, se le sitia, materialmente, por hambre; prohibieron al guarda municipal de ganado vacuno cuidar la vaca de un pariente de dicho Secretario; los obreros pertenecientes a la Asociación fueron despedidos de su trabajo ajustado de antes, colocando en su lugar a los no pertenecientes a ella; desahucio a un asociado de la huerta que llevaba en renta a pesar de pagar puntualmente la renta; dejaron, los patronos, de cocer el pan en los hornos de los asociados…

               La Asociación Obrera lanzó, por los pueblos de la comarca, en octavillas una proclama que no tiene desperdicio. Entresaco algunos párrafos:

               “TRABAJADORES DEL CAMPO”, los que no estáis asociados, no traicionéis la causa de los oprimidos, que somos todos los que dependemos de esta gente tan poco Cristiana, que

ha venido alimentándonos con pan y cebolla, como recompensa al excesivo trabajo que hacemos en la siega y en la era”; “Queremos trabajar y ganar para alimentarnos, dejando para los burgueses la sabrosa cebolla que forzosamente nos vienen haciendo comer, demostrando que la burguesía de Villalpando es aún peor que la de otros pueblos.”

               Pues miren cómo estaba el patio. En Extremadura y Andalucía, peor todavía.

               Daremos un salto de veinte años, hasta 1924. Nos asomaremos a un Pleno Municipal para ver cuán poco había cambiado la situación. Quizá la emigración de más de doscientas personas, a la Argentina (mis abuelos, por ej.,) y a Francia, aflojara un poco la cincha; también los majuelos, aumentó la demanda de vino, subió el precio, debido a la filoxera en  Europa, por aquí se replantaron muchas viñas con el “Americano” para injertar, forma de prevenir la temible plaga…

               Seguiremos analizando el caldo de cultivo que llevó a la guerra civil.

 

              

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