viernes, 5 de abril de 2024

CARADURA

 


                                       CARADURA.

 

        Muy mal tiene que ver la cosa “el Sánchez” para que recurra a lo más vil,  lo de siempre, volver a la tergiversación histórica sobre la guerra civil, a la mentira de que nosotros, los de izquierdas éramos los buenos y los demócratas; los otros, los de derechas los malos, asesinos  y fascistas. Para ello va a hacerse la foto en el Valle de los Caídos. Este tío es capaz de lo más abyecto. No repito todos sus atentados contra la democracia, por ser de sobra conocidos. Critico ahora ese afán de instigar, de tratar de resucitar el odio de media España contra la otra media, superada, con la Transición, la tragedia civil. Crear odios, tensión, enfrentamientos, un muro contra “la fachosfera”, en provecho propio. ¡Vaya ejemplo de gobernante! Que convoque manifestaciones de apoyo a su política y persona. A ver quién va.

         Voy a seguir, en próximos capítulos, tomando como botón de muestra la situación en Villalpando (“Quien ve su villa…”), pero ahora, de urgencia,  voy a resumir, con objetividad  lo ocurrido, en la guerra civil.

        Repito la causa: pobreza e injusticia, de ahí que las doctrinas de izquierdas calaran con tanta fuerza en las masas obreras.

        Pero existía otro estrato social: las clases medias, millones de familias, también trabajadoras, los autónomos, que diríamos ahora, en el campo, en los oficios. Los señoritos, quienes vivían sin trabajar, eran muy pocos.

        En los jóvenes de estas clases medias prendieron doctrinas que estaban en contra de la revolución bolchevique; que defendían a la familia, a los valores tradicionales, y que estaban dispuestas a una reforma para aumentar la justicia social.

        Va a hacer cien años en que ya, desde París, el movimiento anarquista organizó la invasión de España, pensando que al llegar aquí se unirían a ellos todos los obreros, derrocarían a Primo de Rivera e implantarían la revolución. Al final entraron nada más unos pocos valientes, entre ellos cinco villalpandinos, a uno le costó la vida, con 23 años, en Vera de Bidasoa. Los otros sufrieron prisión, y volvieron al pueblo más bravos.

                              En agosto de 1930, dos Capitanes del Ejército, acuartelados en Jaca, Fermín Galán y Ángel García se sublevaron contra la Monarquía. Esa insurrección fue fulminántemente abortada. Los capitanes, fusilados.

                              En diciembre de 1932 es otro militar, en este caso derechistas, Sanjurjo, quien se alza contra el Gobierno de la República.

                         En octubre de 1934 los partidos de izquierdas, cuando el gobierno de la república era de derechas, encabezados por el socialista Largo Caballero, convocan una huelga revolucionaria, que, solamente prendió, con virulencia, en Asturias. Empezaron cargándose a curas, alcaldes, propietarios, aunque fueran de cuatro cachos… Unos 1.400 muertos costó la broma.

                Tras el triunfo en febrero de 1936 del Frente Popular (tres Elecciones Generales en los cinco años de la II República, 54 crisis de gobierno, constantes huelgas, enfrentamientos con muertos) España era un polvorín a punto de estallar. Los anarquistas, que habían estado siempre en contra de esa república burguesa, ya en el “treinta y seis”, apoyan al Frente Popular (todas las izquierdas unidas) para hacer la revolución.

        Es una falsedad identificar república con izquierdas, en su proclamación intervinieron, fueron partidarios, algunos partidos de derechas, principalmente el de Niceto Alcalá Zamora y el de Miguel Maura.

          Quienes conocemos la historia, y a los personajes, estamos seguros que de haber ganado la guerra, “los republicanos”, yo digo, “frentepopulistas”, en España se hubiera instaurado la Dictadura del Proletariado, el Comunismo. Si ya en Cataluña, en el “treinta y siete”, combatieron entre ellos comunistas y anarquistas. Éstos querían instaurar ya la revolución libertaria, los comunistas, primero ganar la guerra, y luego la revolución.     

            Sobre todo, la gran mentira es acusar a las derechas de asesinas y a las izquierdas de víctimas. Horrores y crueldad hubo en los dos bandos. En Madrid, en Barcelona, los milicianos asesinaron a miles y miles de inocentes. No sólo en el nombrado Paracuellos, sino en Torrejón de Ardoz y otros lugares próximo a la capital, incluso en los parques de ésta, tenían, por la mañana, los servicios de limpieza del ayuntamiento que retirar cadáveres de los “ajusticiados” sin control durante la noche.

           Cuando ocurrió todo eso, terrible otoño del “treinta y seis”, era Presidente del Gobierno el socialista revolucionario Largo Caballero. Y Ministro de la Gobernación nuestro paisano, Ángel Galarza Gago, sigue existiendo en Zamora una calle con su nombre. Desoyeron las peticiones de la Cruz Roja Internacional, y no pararon las matanzas. He de destacar que fue un anarquista, Melchor Rodríguez quien, con otro compañero consiguió parar aquel horror.

            Estoy muy de acuerdo con la reforma de esa “Ley” Zapatero-Sánchez que promueven los del PP-VOX con la Ley de Concordia.

            Hubo hace casi noventa años crímenes cometidos por derechas e izquierdas, pero son mucho más recientes los cometidos por una organización de extrema izquierda, con una crueldad que marcó nuestras vidas, (Huyo de ver imágenes de Miguel-Ángel Blanco, por ej.) con cuyos afines, BILDU, gobierna Sánchez.

             Todo lo anterior lo digo desde mi posición centrista. No comparto la chulería y prepotencia de individuos insolidarios derechistas, por ej., el que no dejó votar a mi señora, con el trabajico que le costó a la pobre ir hasta el Ayuntamiento, cuando la Presidenta de la Junta Electoral de Zona, Juez de Villalpando, le fotocopió la normativa de la Ley Electoral   proclive a permitir el voto, aun sin DNI, a personas conocidas, por miembros de la Mesa y por votantes presentes.  Ya saben que tampoco comparto el talante de los sectarios izquierdoides fanatizados.

                      

  

       Se acuerdan cuando Arzallus decía que ETA sacudía el nogal y los vascos cogían las nueces. Eso sigue igual.

 

       Les copio el texto de las octavillas que ayer, delante del Cuartel de la Guardia Civil, en Benavente, repartía un agricultor de esa localidad.

 

ZAMORANOS, ¿queréis recuperar millones y millones que generan nuestros embalses?

 

SALTOS DEL DUERO: No puede ser que IBERDROLA pague a la Hacienda Vasca millones y millones al año en impuestos por una riqueza que se genera fuera de Euskadi.

 

_No es de recibo que paguemos un 35 % de la factura de impuestos al transporte de energía eléctrica, y que lo cobren los vascos, y que, además ellos no lo paguen.

-No es de recibo que la riqueza que genera ZAMORA se la apropie el País Vasco, vía Iberdrola.

-Y no es de recibo que parte de los impuestos que pagamos los españoles se los quede la Hacienda Vasca.

                                             

        

       


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