DON RICARDO MACÍAS
PICAVEA.
No comparable literariamente
con don Miguel Delibes, fue, sin embargo, persona de gran valía intelectual y
moral. Hoy diríamos comprometida socialmente.
Fundó y dirigió el periódico
“Libertad” de Valladolid, en el que exponía constantemente sus ideas
regeneracionistas. Se ganaba la vida como profesor en el Instituto José
Zorrilla. Aparte de otras publicaciones, su novela más importante se titula
“Tierra de Campos”.
Militó en un partido
republicano progresista. Criticó acerbamente la situación política y social en
el periodo de la restauración de una democracia irreal, en la que los votantes
eran sólo figurantes, obedientes a los caciques. Quienes mandaban en España,
turnándose, eran, en la cúspide de la pirámide, los dos caciques supremos:
Cánovas y Sagasta. A partir de sus entramados caciquiles (gobernadores civiles,
caciques comarcales y locales), metástasis que llegaba hasta el último rincón
de la nación, manejaban las elecciones para turnarse en el poder; si bien, en
algunos pueblos el enfrentamiento entre los dos caciques o poderosos de cada
bando, era odioso y visceral.
A finales del siglo XIX y
principios del XX, superado el romanticismo y, como reacción al mismo, surgen
nuevas corrientes literarias: realismo, costumbrismo, naturalismo. Son
infinidad los autores que las practican, si bien, unos pocos son los estudiados
en los manuales literarios.
En ese gusto por lo
autóctono descuellan los grandes escritores regionalistas, diríamos: Palacios
Valdés en Asturias, Pereda en Santander; Emilia Pardo Bazán (pionera del
feminismo) en Galicia; Vicente Blasco Ibañez en Levante; Benito Pérez Galdós
(aparte de los episodios nacionales) en Madrid; “Fernán Caballero”, doña
Cecilia, en Andalucía; el primer Pío Baroja en Vascongadas; Felipe Trigo ( a
ver si encuentro su novela “El médico rural”) en Extremadura; Concha Espina en
maragatería…
Aunque
los del “noventa y ocho” la aludían en
poemas, Castilla, algunas de sus ciudades, los inspiraba, no existía una novela
cuya trama abordara los problemas de nuestra región, hasta que don Ricardo
publica “Tierra de Campos”, novela de poco éxito desde su publicación hasta
nuestros días.
A
mí de lo único que me sonaba Macías Picavea era del nombre del canal que riega
la vega del Sequillo, desde Rioseco hasta Villanueva de los Caballeros. Hace ya
años tuve noticia suya. Busqué su novela. Como la biblioteca de Villalpando
lleva cerrada desde el 28 de julio, me llegué a la de Benavente. Allí, sin
lector alguno, sin estrenar, me la prestaron. Es una magnífica novela que les
comentaré en próxima entrada.
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