NO LO PUEDO REMEDIAR, NI FALTA QUE HACE.

 

                                            NO LO PUEDO REMEDIAR.

               Pues eso: el haber nacido peleón por causas justas (odio la violencia),el que lo “injusto no me sea indiferente”, no puedo evitar mi indignación cuando acabo de leer a un politólogo, también cabreado, que produzca más rechazo entre la población Juan Antonio Ortega Lara, que Arnaldo Otegui.

               Decía José Bariego, un filósofo rural: “¡qué suerte ser tonto o pancista de los que no quieren saber nada, ni sufren ni padecen”. Yo le decía, en aquella inolvidable tertulia en Berrabueyes: “tampoco disfrutan con lo justo, con lo bello, con las buenas obras”. Además todas las personas poseemos unas tendencias, filias, fobias que, aunque no manifestemos o manifiesten, ahí están dentro, royendo; en algunas, las más sectarias, amargándoles la vida cuando no ganan los suyos, igual da que sea el “Madrí” que Pedro Sánchez.

               Ayer, como botón de muestra, conversé en el Ideal con un amigo. Había hablado con otro de las dificultades económicas del “Barsa”, de lo que no tengo idea ni me importa, pero ello dio pie a tocar la actualidad política. Me comentó, más o menos: “de los catalanes no quiero saber nada; no los soporto, me ponen enfermo; de cualquier cosa que compre miro la procedencia, ni una perra les hago de gasto”. “Perdona, pero prefiero ni siquiera tocar el tema”.

               -“Vale. Como creo estamos de acuerdo, lo dejamos, aunque a mí no me caen tan mal; a quienes no soporto es a los terroristas vascos”.

               Conociendo su heredada afinidad social demócrata, le hablé de los fundadores de la agrupación socialista de Villalpando, en 1919, entre quienes se encontraba su abuelo paterno; le informé de actuaciones concretas, llenas de humanismo, de defensa de los pobres, ensalzando por si no había leído mi blog, la personalidad del señor Antonio G. Sacristán. Se mostró cabreado con Pedro Sánchez. Quedamos muy de acuerdo.

               Es aterrador pensar que produzca más rechazo Ortega Lara que Otegui, la víctima que los verdugos, quinientos treinta y cinco días enterrado en vida. ¿Vieron cómo salió? ¿Puede haber tortura mayor? Y ¿cómo mataron a Miguel Ángel Blanco, después de dos días secuestrado?. Como a un corderico inocente. Y así hasta casi mil.  En los genes de esa raza “superior”, la del Rh O, creo predomina el de la crueldad.

               Sería terrible que más de la mitad de los españoles hubiéramos perdido el afán por lo justo, los sentimientos humanitarios, la repugnancia ante los crímenes. A mí, los de ETA, mucho me hicieron sufrir. Exagera el politólogo. Sumados los votantes del PP, VOX, UPN y muchísimos del PSOE somos muchos más los contrarios a Otegui que a Ortega Lara.

               ¿Cuál es el delito de éste? ¿Pertenecer a VOX? ¿A quién ha matado, secuestrado, extorsionado VOX? ¿Qué “fascismos” está cometiendo donde gobierna con el PP? ¿Acaso no es un acto de generosidad apoyar a Feijóo sin exigirle una poltrona?

               Es fácil comer el coco a los de El País, la SER y la SEXTA; a los progres auto etiquetados de superioridad moral. VOX ha nacido como reacción a tanto sectarismo de extrema izquierda y tergiversación histórica. Si es que hay que tener mucho estómago para ver a la Merche Aizpurua, fundadora de Egin, de Gara, cómplice y exaltadora del terror, condenada por ello a un año de prisión, reivindicando más privilegios para “Euskalerría” en el Congreso de los Diputados español, cobrando del Estado Español, al que quiere hundir…

               Ya solo faltaba que Sánchez (un hombre sin escrúpulos) cediera, para los siete votos de Bildu, a sacar de las cárceles a los criminales afines que aún quedan.

               Empieza a existir una contestación por parte de intelectuales, un movimiento de sentido común ante el gobierno de retales que pretende. Con la que tenemos encima (inflación galopante y Bruselas obligándonos a recortes en el gasto público, la sequía y el cambio climático), lo justo, lo razonable sería apoyar la generosa propuesta de Feijóo, quien, incluso consentiría algún socialista en su gobierno, o cuando menos, alguna personalidad independiente.

               ¡Por favor!: que nadie me ponga la etiqueta de derechista. He pasado muchos años luchando contra la corrupción del PP, (lo que no hizo “socialista” alguno de pedrigrí) igual que lo estuve contra la del PSOE.

               Nada tengo que ver con los clanes e individuos violentos, autoritarios (como quien optó por impedir votar a mi señora siendo ello legal), de la derecha sociológica rancia y cobarde. El mismo repudio siento por los “acérrimos” que se dicen de izquierdas, consumistas, insolidarios burgueses.

               En estas circunstancias es necesario reaccionar, manifestarse.