lunes, 25 de septiembre de 2023

UN ODIO QUE NO CESA.

 

 

                                                 UN ODIO QUE NO CESA.

 

Creo que este blog, en su humildad, cumple la triple función deontológica del periodismo democrático: informar, intentar formar (tarea harto difícil), y entretener. Conocen mi lucha por la verdad, mi afán de regeneración política ( con buenos resultados en el pueblo)  y social. Inevitablemente, ello me ha generado enemigos agresores en acciones y guerras nunca comenzadas por mí en cuanto a injustas denuncias judiciales, agresiones e insultos.

Cuando en el pueblo se ha producido la “transición”, como en los setenta, me dije: es la hora de los perdones, y tendí, en esta bitácora,  mi mano a los adversarios.

Ahora me gustaría, al encontrarnos por la calle, o en el campo, un simple “adiós”, ¡hola!, una simple sonrisa. Sobre todo a quienes y cuando van a misa, me quedo mirando  buscando un gesto Cristiano. ¡Nada!

¡Bueno!: por lo menos no tienen un mal gesto de hostilidad que reavive viejos odios, olvidados por mi parte con la mayoría no recalcitrante.

Como en este blog doy mucho, es también justo lo utilice en defensa propia, para informar y afear el penoso incidente que me acaba de ocurrir.

Llevaba mi “Panda” al taller de los Nacientes a prepararlo para la ITV. Me confundí de nave y entré en la anterior, antigua cochera de Tamames. De pronto un tío se planta delante: “¿Dónde vas? Marcha de aquí a tomar por el culo”. Todo ello en voz alta y  gesto amenazante. Me quedó cortao. ¿Quién es él para echarme de la nave de un amigo, aunque sea arrendatario, el amigo?

Con dicho arrendatario  de esa nave y con su padre, tenemos, desde hace muchos años, una estrecha relación de amistad y de trabajo, que ha superado las pruebas más duras. Nos hemos ayudado mutuamente, superando momentos difíciles. Mi hijo Álvaro y mis amigos los San Damián son los principales clientes  del arrendatario de la nave dicha donde guarda la empacadora y otras máquinas. Y lo hemos seguido siendo a pesar de las muestras de enemistad, de rencor, de odio del susodicho socio, que hoy tuvo la oportunidad de firmar la paz, cuyo nivel cultural es parejo a su chulería patana, a su garrulería; el prototipo de los abyectos personajes (carentes de valores culturales y humanos) que nos pinta R. Macías Picavea, en su novela “Tierra de Campos”.

No sé si en su círculo alguien sabrá quien fue este don Ricardo, ni Galdós, ni Valera, ni la Pardo Bazán, ni Concha Espina, ni Palacio Valdés, ni Pereda, ni Blasco Íbañez,.., ni Felipe Trigo,  por seguir con los costumbristas decimonónicos. ¡Cómo para meternos con los clásicos! O con los actuales. Este es el clásico “ilustrado” (mala gente, diría Machado) que si alguien le pregunta quién escribió el Quijote, responde: ¡Yo no he sido!

Si cuento el suceso de echarme de la nave de un amigo quien no lo es, obedece al motivo de ser reincidente en los malos modos conmigo, el susodicho (pueden añadir el adjetivo que quieran).

 

 

 

 

 

1 comentario:

Administrador dijo...


Los de ese clan, además de analfabetos, son gentuza, mala gente, de lo peor. Me he olvidado de ellos pero no paran de mandarme anónimos, de ladrar así que tienen ocasión.