LA REBELIÓN DE LOS JUSTOS.

 

    Muy reconfortantes y esperanzadoras las declaraciones de Felipe González, Alfonso Guerra, Nicolás Redondo,  Ramón Jauregui , García Paje...., la dimisión como diputada de quien fuera presidenta del Congreso Marichel Batet (Meritxel en catalán), contra el intentado pacto de Sánchez con Puigdemont. Si es que lo que pretende el presidente en funciones clama al cielo. Ya, de momento, les ha cedido diputados a los de Bildu y ERC para que tengan grupo político en el Congreso, lo que supone, además de darles mucho más tiempo en las intervenciones, un montón de dinero. Esperemos no lo utilicen, los de Bildu, para comprar pistolas.

    Lo de utilización de las lenguas locales en el Congreso de los Diputados, es esperpéntico: traductores oficiales, pinganillos, equipos de traducción simultánea... ¿Le tendrán que traducir a Rufían, por ej., del castellano al catalán? Un millón de euros, nos va a costar la broma.

   Rosa Díez, con quien me identifiqué en su momento, describe en un libro la personalidad del caudillo Sánchez: el típico narcisista, amoral, a quien sólo le interesa su ego, su ansia de poder. Nada que ver con la proverbial honradez, la social democracia del socialismo histórico, exceptuando los garbanzos negros (Largo Cabellero, por ej., aunque era otra situación).

    No es oportunismo mi coincidencia con la vieja guardia del socialismo. Hace muchos años que investigué, escribí, sobre el socialismo en Villalpando. Rescaté del olvido a hombres, y alguna mujer de comportamiento ejemplar, personas llenas de valores humanos. La honradez y el ansía de justicia social como bandera. Yo estoy seguro que aquellos también se hubieran rebelado ante esta situación. Eran más besteiristas que largocaballeristas (insisto en las propuestas de Sacristán como Diputado Provincial).

    Lo malo es la cerrazón de los acérrimos. Un "histórico" (que nada hizo contra la corrupciòn pepera en el pueblo, sino que estuvo bajo sus faldas, que no se movió para formar candidatura en mayo) se alegraba en la plaza del pacto con los catalanes, para que siguieran gobernando los socialistas.

    Te equivocas, amigo. Estos de ahora no es socialismo, sino sanchismo. Tengo otros ejemplos elogiables: socialdemócratas de toda la vida, que están indignados. A éstos apelo. Es necesario mostrar disconformidad contra la amoralidad. Malo cuando una sociedad pierde el sentido de lo justo.