A propósito de los "encierros mixtos", recibo un nuevo comentario que subo a la cabecera:
Yo creo que a un pueblo que se está quedando en nada cualquier iniciativa que innove puede ayudarle. Lo que está claro es que este pueblo, si seguimos haciendo las cosas como siempre, está muerto en 10-15 años.
RESPUESTA: Si con gastarse 35.000 euros en talanqueras empezara a crecer la población de Villalpando, ¡Bendito sea Dios! ¿Qué va a remediar esa tontería de innovación?
Voy a exponer un proyecto posible, fácil, esperanzador, en el que trabajé hace cuatro años:
INSTALAR PANALES FOTOVALTAICOS EN EL PRADO DE HUELGA PEDRO.
Eso, si en el consistorio hubiera un mínimo de materia gris, estaría ya en marcha. Que me lo encarguen a mí, y ya verán.
Se puede conseguir una renta de MIL SETECIENTOS EUROS LA HA., como el prado tiene una superficie de SESENTA Y SEIS HAS., la renta anual sería de 112.200 euros
Con ese dinero, en solares que posee el Ayuntamiento (donde estuvo la laguna del Palomar, las Tenerías, donde el teleclub; en solares de casas ruinosas y/o que no pagan el IBI desde hace un montón de años, en parcelas de masas comunes tocando al pueblo, se podrían construir viviendas unifamiliares, de dos plantas, con corral para tener unas gallinas, leñera, trozo de huerta...; esas viviendas se cederían en usufructo gratuito a parejas que quisieran instalarse en el pueblo.
En Madrid y Barcelona, la hipoteca o la renta del piso se lleva el sueldo de uno de los dos. Aquí, vivienda gratis, ya es un sueldo. Se podrían instalar quienes realizan trabajos telemáticos, perceptores del salario mínimo vital u otras o rentas de supervivencia, y otras posibilidades de trabajo que existen.
Calefacción: hay chimeneas y estufas de leña muy eficiente; un coche, un carrito y un hacha. Hay ramaje de pino seco para cargar trenes. Los pollos de mis hijos se siguen calentando con astillas, de ese ramaje que ellos pican. Las que se calientan con gasóleo o gas, insostenibles; en las de biomasa también ha subido mucho la cáscara de almendra. Ahora acabo de meter dos tochos en la chimenea de la casa nueva.
Como los alimentos vuelven a estar caros, gallinas y conejos ayudarían. Las tripas del pescado que tiran en el Lupa, alimentaría a muchas gallinas.
Con este proyecto se habría de empezar, ya: Moción de censura y asesoramiento de quien ha demostrado eficiencia y emprendimiento a lo largo de su vida.
Chimenea en la planta baja de la casa de calle Corralones.
Esta, mucho más bonita y más grande, con su hornaz, de la que pende la ropita a secar, leñero al lado, hogar de mármol, está en el salón de la planta de arriba, de calle Silera, la del jardín y galería. Fundidas de su uso diario durante muchos años las dos anteriores, esta es la tercera "casette", chimenea o estufa empotrada, como la quieran llamar.
Al amor de esa lumbre se criaron nuestros hijos. Presumo de que el único combustible que yo he gastado, ha sido el de las motosierras. La primera que compré, una pequeñita, marca Remigton, era eléctrica. Traía las ramas enteras y las cortaba en el corral, verdes, antes del verano.
Pero al principio, ni eso: dos años, al menos, me duraron las cepas del majuelo de los Oleas, en Valdeconejo. Jesús con 11 años, tiraba del tractor. Yo iba atando los cepos con la cadena. Cortar ramas, raíces y trocear los cepos. Eso ya todo, a base de hacha, en el corral.
Ahora mismo a otros niños caliente esa chimenea.
1 comentario:
Ayer, en el vino muy tardío, coincidí en el bar de Pedro con un hombre, relativamente joven, natural y residente en Portillo, Valladolid, quien había llegado de visita a este pueblo, de cuyos restos arquitectónicos hizo elogios.
Como era muy tarde la conversación nos supo a poco. Ahora, al abrir el blog, me encuentro con un comentario suyo. Pincho para subirlo a su sitio, voy a las últimas entradas, y no lo encuentro.
Amigo José Anibal: si te vuelves a asomar por aquí, te pido el favor de que reenvíes dicho comentario, del que sólo pude leer dos líneas.
¡Gracias!
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