domingo, 25 de julio de 2021

MALAS HIERBAS.

 









      

     Son imágenes de nuestra huerto familiar, en el que hay plantados, por este orden de cantidad, melones, pimientos, sandías, tomates y cuatro plantas de calabazas. Des que empecé los semilleros de melones, mediados de abril, no sé ha transcurrido día alguno en que no le haya dedicado algo de atención.

    No es sólo cuestión de plantar y regar. Álvaro, con mi ayuda, que le iba dando las plantas, los plantó, previamente instalados los goteros. Como, para que sean  ecológicos no aplicamos herbicida, no vean: eso es el paraíso de agenigos, verdolagas, uvas de perro o tomatitos, abrojos (muy pocos este año), incluso alguna salsola escapada de la remolacha. A mediados de mayo comencé la lucha, a zoleta, contra ella. Iba cavando alrededor de las plantas así que iban emergiendo las susodichas. Siempre alguna se escapa y se hace grande. Es no un parar. Pero lo voy dominando. Ya estamos degustando unas muy ricas sandías.

   Observen las dos últimas fotos. Es de una de las plantas más nueva de melones (hay una fila plantados a finales de abril, de donde ya uno hemos cortado). Observen cómo las verdolagas (alguien me ha dicho que se comen), la tienen invadida. Observen en la foto última, la misma planta, ya limpia.

   


                          Da gusto ver las sandías. Para cortarlas hay que saber cuándo están maduras. Si alguien que pase tiene la tentación, mejor que no: puede hacer daño sin provecho.




            Ya se empiezan a ver alguna piezas, pero le faltan quince días. Espero nos sobren y podamos vender, si nos dejan.


       Hay ven dos plantas de pimienteos. Aunque no se vean por el follaje, están merminiando de pimientitos y flores, y sin yerbuco, ya ven.

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      Como estamos hablando de plantas y de malas hierbas, "entre col y col, lechuga". Aunque los seguidores de mi blog pueden conocer mis sentimientos, mi personalidad, les voy a hacer unas confidencias íntimas, a propósito de una noticia que acaban de darme. Creo que es lo mismo que haría Jesús de Nazaret, a quien amo, ("Creo en Jesús, creo en Jesús,. él es mi amigo...) si estuviera en mi lugar. Ya lo hizo con los mercaderes del templo.

    De mi infancia, juventud, madurez religiosa, me quedan esos principios del Evangelio Cristiano al que siempre he intentado, y sigo, ser fiel. Miren cuanta información veraz, jamás una mentira, como han ratificado los más altos tribunales, vengo dando en este blog.

   Conocida toda la historia de la Iglesia Católica, conocidos muchos curas (el de ahora me parece un santo), y sus defectos, le sigo teniendo cariño a la misma: ponemos la cruz en su casilla, pagamos cuota a Cáritas, Manos Unidas, Mundo negro, Intermón, Cruz Roja. Hemos sido los únicos, y últimos arrendatarios de tierras de la iglesia, pagando una renta elevada. Sí, ya sé lo la "mano izquierda y la derecha", pero también sé que las "palabras mueven y el ejemplo arrastra". Eso intento: dar ejemplo.

   Mi distanciamiento de la práctica dominical se debió a las inmorales connivencias entre el poder político y el poder religioso locales; se debió a alguna verdadera inmoralidad y mal ejemplo de "católicos" practicantes. Todo lo pasado lo tengo superado y con ganas de paz.

   COMULGAR: ¡Qué fervor! ¡Qué devoción! ¡Qué emoción! en las juveniles comuniones de los de Acción Católica, en la misa parroquial los domingos en el viejo San Nicolás. También, más que casado, en los "oficios" semanasanteros en las monjas...

   Para comulgar había  (y creo no lo hayan cambiado) que estar en Gracia de Dios. Si habíamos cometido algún pecadillo (lo de los pensamientos impuros, normalmente), a confesarse, para poder ir a comulgar. Éramos angelicales. Salíamos felices de la iglesia la mañana de los domingos. A desayunar y a jugar a la pelota; después de comer  al bar, el cine, el baile...

    Para estar en Gracia de Dios era necesario asistir todos los domingos a misa, no blasfemar, ni mentir, ni robar, ni hacer daño a nadie, no consentir pensamientos, ni practicar actos impuros; aparte de la practicas cuaresmales de los ayunos y abstinencias...

   Por eso cuando me han dado la noticia de que un señor, que sólo pisa en la iglesia para "presidir" misas y novenas consistoriales, que, tengo noticias directas de que se declara ateo (aunque los hay muy honrados); que miente más que habla; que sus inmoralidades (lo del incumplimiento de la Ley de Transparencia, por ej.; no rendir cuentas de la residencia, lo de perseguir al justo, a quien, además, todo le debe...) son publicas y notorias, (miren más atrás y las encontraran, sin que nadie rechiste), por eso digo, la noticia de que ha  "ido a comulgar", me ha escandalizado. Creo, cuando menos, es una falta de respeto al sacerdote y a los verdaderos católicos.

    Ahora bien: si antes se ha confesado, se ha arrepentido de todos sus pecados, y ha hecho propósito de enmienda, me callo. Estoy abierto a facilitarle esas buenas intenciones...

   Difícil la actuación de estos escasos y honestos curas de ahora, cuando todavía hay gente que se les arrima (bodas, bautizos, primeras comuniones de no practicantes) para utilizarlos, para sacar algún provecho. 

     Sé que tienen que contemporizar, pero en casos tan escandalosos como el de esta mañana, considero que lo correcto, si no ocurrió el segundo supuesto, el de la confesión, etc., sería negarlos la comunión.

    

   


                                 Converso, de libros, de música, (contactó conmigo para que le mandara una grabación del Miserere que cantan en Zamora el Jueves Santo) de cosas del pueblo y de la vida, con una aragonesa  seguidora de este blog. A ella dedico esta foto con la vista (incompleta, pues no salen los dos altos árboles que me dan sombra) que contemplo desde mi rincón de lectura.



       Esa es la adelfa tal como la contemplamos desde la galería. Está ahora en su mejor momento. La estoy regando.

                              

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