Villalpando, (Zamora) 15 de enero de 2.025
Su Majestad don Felipe VI. Monarca Constitucional
Palacio de la Zarzuela.
M A D R I D.
Querido
amigo: Perdone que, al dirigirme a usted, adopte esta forma coloquial. Ello no
es consecuencia de una falta de respeto, sino de la estima y el cariño que le
profeso, junto a toda su familia.
En
el siglo XV los habitantes de esta villa, afligidos por guerras y pestes,
buscaron la intercesión divina a través de la Virgen María, cuya concepción sin
mancha de pecado original, juraron defender.
Puede
que en mi persona perdure el atavismo de los antepasados, por eso, ante la
preocupante situación de España en lo político, social y económico, busco a una
jerarquía superior que pueda remediarlo. No encuentro, no existe otra sino Su
Majestad. Usted, por Ley, es la más alta
jerarquía de la nación. Usted, por
sus enormes valores humanos es la más alta jerarquía en lo moral, en lo ético.
Usted puede, debe salvar a España.
Es un momento histórico. Hemos avanzado desde la azarosa monarquía de su
bisabuelo Alfonso XIII. Usted está dignificando la institución. Cuenta con el
cariño, el respeto, el calor popular, que expresamos así que tenemos ocasión,
la mayoría de los españoles, a quienes nos encantaría la intervención real en estos
momentos.
Preocupante
situación en lo económico y social:
Vivimos en
España 48.500.000 de personas. De
ellas 22 millones escasos, trabajan. Pensionistas
somos 9’3 millones. Sin trabajo, en
edad laboral, 6’5 millones. Si
sumamos los menores de 16 años, resulta que 26 millones y medio somos personas inactivas.
Si la carga
de pensionistas y parados es enorme, lo es más teniendo en cuenta que en edad
laboral CUATRO de cada DIEZ
españoles no trabaja.
Si no fuera
por la llegada de inmigrantes la población española hubiera entrado en
recesión. La tan escasa natalidad no hubiera cubierto el relevo generacional.
Mayor número de defunciones que de nacimientos. El aumento de población, de 40 millones en el 2.000 a 48’5 en la actualidad,
es gracias a la llegada de 8’5 millones
de inmigrantes. En edad laboral se incorporan al mercado UN MILLÓN DE
JÓVENES españoles menos que hace 20 años.
Gran
problema el de la inmigración, que debería estar regulada, controlada. Son, por
una parte necesarios, pero le llegada masiva de irregulares no es absorbible.
Nuestra
productividad, nuestro PIB, llevan años estancados. Aumenta la población pero
no la riqueza, los bienes de consumo. Los Presupuesto Generales del Estado son
deficitarios. Gastamos más que producidos, de ahí el recurso al endeudamiento,
a la deuda pública. ¿Hasta cuánto? ¿Hasta cuándo? Peligran las pensiones en un
futuro no lejano.
En el medio
rural las desocupadas habitables, son el 70%, a pesar de los datos anteriores,
los precios en todas las ciudades, sobre todo en las grandes, son inasumibles
para los jóvenes.
El problema
de la vivienda está muy relacionado con el abandono de los pueblos. Otro grave
problema. Cada año se abandonan, por falta de relevo generacional, incluso relativamente modernas, explotaciones
de ovino y bovino de leche. La producción está cayendo en picado. algo que
también incide en el PIB.
Existe un
desajuste entre el sistema educativo y el laboral, algún millón de jóvenes se
forman para trabajos en los que no existe demanda; en cambio hay una oferta
laboral en la construcción, hostelería, geriatría, agricultura y ganadería que,
por falta de mano de obra, coarta estas actividades. Las residencias de
ancianos, por ej., si no fuera por los inmigrantes no subsistirían.
La
disminución de la natalidad de españolitos hace que a las Universidades, a las
carreras de mayor dificultad, no accedan jóvenes suficientes. Así empiezan a
escasear médicos. Si las aseguradoras cierran el concierto con MUFACE el
sistema público de salud no podrá atender a una población de DOS MILLONES a
mayores. Si ya, desde hace unos cuantos años nuestra sanidad pública, en las
consultas externas, es muy precaria. Las listas de espera pasan de un año,
impidiéndose así diagnósticos tempranos que aliviarían a la población a las
hospitalizaciones.
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Aunque
preocupante lo esbozado hasta ahora, no justificaría la decisión que, a su Majestad sugiero: DISOLVER LAS CORTES Y
CONVOCAR ELECCIONES GENERALES, sí, en cambio, justificaría esta decisión, sin el refrendo presidencial, la
gravedad de la situación política por la deriva autoritaria del actual gobierno,
por el riesgo cierto contra la unidad de España, por el intento de colonización
del Poder Judicial por parte del Ejecutivo y Legislativo, maniobra típica de
los regímenes totalitarios, con lo que se rompería el principio constitucional
de la separación de poderes.
Aunque en
la literalidad de la Constitución Española, en el Art. 64, se dispone que “los actos del Rey serán refrendados
por el Presidente del Gobierno”, en el espíritu
de la misma en otros artículos de rango muy superior podríamos encontrar
apoyatura legal y, sobre todo, moral para la decisión aludida.
Nuestra
Constitución, del “setenta y ocho”, de la que fui activista comarcal, fue
redactada en un clima de concordia, de cerrar heridas, de buenas intenciones.
No previeron los Constituyentes que se diera la situación de la llegada a la
presidencia de persona inmoral, egocéntrica cuya motivación vital no fuera otra
que el poder, sin reparar en medios; aunque dicha situación haya sido frecuente
a lo largo de la historia y en los momentos actuales. Buen ejemplo es el de
Venezuela, Cuba Nicaragua…, o el más grave de Rusia y la China comunista.
APOYATURA LEGAL Y MORAL EN LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA, COPIANDO LOS FRAGMENTOS AL EFECTO, PARA LA SUGERENCIA EXPUESTA.
Artículo 1
España se constituye en un Estado
social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su
ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo
político.
En la
situación actual se está menoscabando la justicia (con reformas ad hoc del
Código Penal para indultar según qué y
quiénes delitos) y rompiendo la igualdad entre españoles por las desigualdades
en cuanto a financiación entre unas y otras Comunidades Autónomas.
Artículo 2
La
Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española,
patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el
derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran
y la solidaridad entre todas ellas.
Esta “indisoluble unidad” se intentó romper en Cataluña. Sus autores han sido
indultados e intentado amnistiar al principal responsable, a cambio de los
siete votos necesarios para conseguir la Presidencia el actual Presidente.
También
en las concesiones a dicha “nacionalidad” se está rompiendo la solidaridad
entre “todas ellas”.
Artículo
8
Las
Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el
Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia
de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional.
Artículo
56
1. El Rey es el Jefe del
Estado, símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento
regular de las instituciones, asume la más alta representación del Estado
español en las relaciones internacionales, especialmente con las naciones de su
comunidad histórica, y ejerce las funciones que le atribuyen expresamente la
Constitución y las leyes.
Corresponde al Rey:
b) Convocar y disolver las
Cortes Generales y convocar elecciones en los términos previstos en la
Constitución.
h) El mando supremo de las
Fuerzas Armadas.
Las Fuerzas Armadas son
las garantes de “defender la integridad territorial y el ordenamiento
constitucional”. Su Majestad es el Jefe supremo de dichas Fuerzas.
Los fragmentos del
articulado anteriormente transcritos, considero son de rango muy superior al Art. 64, al de la refrendación de las
decisiones por parte del Presidente del Gobierno. En determinadas situaciones
pueden entrar en conflicto. Por ej.: cuando se trate de defender el
ordenamiento constitucional, como en este momento ocurre.
Las más altas instancias
judiciales, hasta ahora, han considerado que en la aprobación de la Ley de
Amnistía se va contra el “ordenamiento constitucional”. Ahí existe motivo para
que prevalezcan les prerrogativas que la C.E. confiere a su persona, en cuanto
a disolver las Cortes, por ej., por encima del refrendo presidencial.
Artículo 102. La responsabilidad
criminal del Presidente y los demás miembros del Gobierno será exigible, en su
caso, ante la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo…
O sea: contempla la Constitución la responsabilidad criminal del
Presidente, exigible ante el Tribunal Supremo. Y, dada la colonización de la
justicia, ¿quién le acusaría?
Supongamos que en alguna actuación presidencial exista responsabilidad.
Sin suponer, en todo lo actuado hasta ahora por los jueces se ven indicios de
delito, por los que están imputadas personas de su círculo familiar y político.
Pues ya está, a legislar (Propuesta para restringir las acusaciones públicas en
los procesos, las investigaciones periodísticas), para atar las manos a la
justicia.
Existe contradicción constitucional en cuanto quien es la “más alta
Jerarquía de la Nación”, aunque lo sea Su Majestad constitucionalmente, no lo
es así en la práctica.
Sin embargo, como las leyes deben ser hijas de la razón y del sentido
común, en esta contradicción constitucional, la mayoría de los españoles
clamamos, “gimiendo y llorando” ante Su Majestad, para que, “arbitrando y
moderando” (Art. 56 C.E.) adopte la decisión expuesta al principio:
DISOLVER LAS CÁMARAS Y CONVOCAR ELECCIONES GENERALES.
Dada la situación política, cómo actúa en beneficio propio el actual Presidente, creo Su Majestad, en esa decisión, para evitar el despeñadero al que España se conduce, estaría lleno de toda la fuerza de la razón, de la moral y, por tanto, de la Ley. Insisto: éstas (las leyes) deben ser hijas de lo justo, de la razón y del sentido común. Su Majestad es el arbitro de un partido en que el gobierno está fuera de juego.
Mire don Felipe: Fui el nieto mayor de una abuela a quien “le habían
llevado” a sus cuatro hijos a la guerra, y matado al segundo. Al llegar al
mundo, cinco años después, el primer nieto, mi abuela me adoptó para volcar en mí el cariño del
hijo “matado”. Bien pronto comencé a vivir la tragedia, a interesarme por el
conflicto. He leído todo. Además de la copiosa transmisión oral, he investigado
lo sucedido en este pueblo; rescatado del olvido a las cuarenta y cuatro “Víctimas
de la guerra civil en Villalpando” (título del libro) entre ambos bandos;
asistido, como ponente, a seminarios; siempre con la objetividad y la compasión
como lema; en mi bitácora le he dedicado veinticuatro capítulos a rebatir la
tergiversación histórica de las leyes de la “mala memoria histórica, más tarde
de la democrática”.
De aquella tragedia pasamos página con la Transición, cuando todavía
vivían, y se abrazaron, muchos de los contendientes. Por ej.: mi suegro y mi
padre, rivales políticos y enemigos hasta entonces.
De la situación política actual detesto la corrupción y la degradación
moral, de quienes recurren hasta a lo más abyecto (intentar resucitar odios
entre los españoles) con un relato maniqueísta y embustero, para mantenerse en
el poder.
Los logros de la Transición, de la Constitución del “setenta y ocho”,
peligran. En la coalición de gobierno predominan los enemigos de ambas: anacrónicas
ideologías rupturistas, frente-populistas; nacionalismos exacerbados (manchados
de sangre en el caso de los vascos) a
los que no renuncian.
Amigo don Felipe VI (Su Majestad). Mi pretensión se basa en argumentos,
primero morales, segundo legales. Esa Proposición de Ley, por la vía rápida, no
obedece más que a intereses espúreos personales. Es la gota que colma el vaso
de la riada que se puede llevar por delante el Estado de Derecho. Realicé usted
una encuesta y verá.
Por último, le ruego perdone mi atrevimiento. Me tranquiliza que he
intentado argumentar y no ofender.
Reciba un fuerte estrechón de manos.
Firmado: A. Modroño Alonso.
10 comentarios:
Mañana, s.D. q. la echaré a correos.
Amigo Agapito. El Tratamiento al rey es el de Majestad. Alteza Real son sus hijas.. Te lo comento porque no es la primera vez que lo pones. Un Abrazo.
Amigo Pablo: Y yo te lo agradezco un montón. Estoy a tiempo de corregirlo antes de mandar la carta. Como he sido autodidacta siempre estoy aprendiendo.
Muchas gracias.
Un amigo, jurista prestigioso, quien estuvo en las altas esferas del estamento judicial, me envía el siguiente Whassapt. Lo escribo con mayúsculas, tal como él me lo manda.
TU CARTA AL REY ES CERTERA Y VALIENTE, PERO ESO LO HUBIERA HECHO SU PADRE. ÉL NO SE ATREVE SIN CONTAR CON EL EJÉRCITO.
UN ABRAZO.
S.C.
¡Gracias por el apoyo moral que supone tu mensaje!
Si estoy seguro de que es certera. A ver quién es capaz de rebatir mis argumentos: el Rey arbitro supremo; España es indivisible y está Sánchez concediendo prebendas a quien quiere dividirla; se está incumpliendo el ordenamiento constitucional, intentando romper el Estado de Derecho, al invadir el Poder Ejecutivo el Poder Judicial,...
El Ejercito: acabo de enviarle copia de la carta a un General de División de la Guardia Civil, jerárquicamente el segundo en el organigrama nacional, con quien, desde hace años,
mantengo relación.
Copio literalmente un párrafo de una carta que me envió en el mes de marzo pasado:
"No tenga dudas que la Guardia Civil estará al lado del Rey como todos nos comprometemos en el día de nuestra Jura de Banderas, que sin lugar a dudas es mucho más que un precioso y un emotivo acto, posiblemente el más importante en la vida profesional de un militar"
Pues ya lo ves.
Un abrazo.
Querido Agapito:
Espero que aún no haya enviado la misiva a su católica majestad Don Felipe VI. Aunque valiente y atrevida, creo que debería darle una vuelta, ya que a mí juicio contiene numerosos errores de expresión y gramaticales. Seguramente sean producto de la celeridad en su composición y envío a su majestad, dado que habiendo sido maestro y habiendo formado a tantos jóvenes villalpandinos, entre otros, tales errores, solo pueden deberse a esa razón. Por lo tanto, le insto a que la revise a conciencia. Quedó aquí a su entera disposición.
Amigo Luis Calvo: Como a todos, agradezco tu mensaje o comentario.
Cierto escribo muy de prisa, pero por la pulcritud gramatical, siento obsesión. En todos los miles de páginas por mí escritas nadie me ha llamado la atención.
Aclaro que en el libro "De entre adobes y tapiales" existen errores. Falta de mayúscula, detrás de un punto, por ej.; ese fue un problema en la maquetación, de imprenta, diremos.
Además ahora, con la ayuda digital del corrector ortográfico, nadie debería poner faltas.
Te agradecería me transcribieras esos "numerosos errores de expresión y gramaticales". He vuelto a leer la carta y ninguno encuentro. Admito que en el empleo de mayúscula en algunos sustantivos, tengo dudas. Si bien siguiendo el ejemplo de Arturo Pérez-Reverte y de Juan Manual de Prada, quienes ponen o no mayúscula donde les da la gana, eso mismo hago.
De todos los modos, más que en la forma, ya me gustaría una crítica (buena o mala) sobre el fondo del asunto.
Un jurista eminente dice: "tu carta al Rey es CERTERA Y VALIENTE"
Estoy seguro que mi descripción de la situación y mis argumentos son sólidos, sencillos (la difícil sencillez de que hablaba Azorín) y fáciles de entender.
Mi labor didáctica no se terminó con la jubilación. Además de informar y entretener, en esta bitácora, en todo lo publicado en papel y digitalmente, intento seguir educando. Otra cosa es el aprovechamiento que en el pueblo, por los tomavinos a diario, se haga de ello.
Los testimonios, sobre todo orales, y la estadística de visitantes, me animan a seguir en ello.
¡Gracias, de nuevo, por tu mensaje!
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No sé si el mío será un sermón perdido, lo que si es claro es que no predico en el desierto, aunque lo parezca.
Don Agapito: Le admiro y le animo. Es usted el mismo que me dio clase en Villanueva. Un lujo aquellos maestros de la 2ª Etapa en el "Gabriel y Galán".
¡Muchas gracias.hombre!
Cierto que aquellos compañeros, de los que aprendí, valían mucho. El Director, Miguel Vicente Molinero. Sé que falleció su mujer, Encarna. Su hija es médico en Oviedo. Ha coincidido con mi hija Gracia.
Santiago Martín, de San Cebrián de Castro, incansable explicando matemáticas en el encerado.
Dejó para el final a quien fue mi gran amiga, Marisa Benayas Galindo. Estuvimos diez cursos recorriendo juntos el tramo Villalpando-Villanueva. Ella venía de Villárdiga.
Obtuvo plaza en Zamora, en el Juan XXIII. No he conocido a otra persona tan sacrificada y con esa enorme capacidad de trabajo.
No se limitaba sólo a las clases, sino que realizaba un montón de actividades extraescolares con los alumnos, obteniendo los mayores premios.
Los últimos años, a pesar de ejercer en Zamora, seguía viviendo en Villárdiga, para atender a su tía, a su madre, a su hermano.
Y se la llevó un cáncer con 60 años. Ni se había jubilado ni pensaba hacerlo.
Sé que alguno de mis lectores se acuerda de Marisa. Se merece nuestro recuerdo.
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