miércoles, 22 de mayo de 2024

DOS MAÑANAS DE RECONFORTANTE CONSOLADORA CONVIVENCIA.

                              DOS MAÑANAS DE   RECONFORTANTE, CONSOLADORA CONVIVENCIA CON LA FAMILIA DE ALEJOS.                                 

             Las de lunes y martes,  ayer y anteayer.

 Así que pude fui al tanatorio. Ayer pasé en el mismo gran parte de la mañana. Por la tarde, no fui a misa porque a esa hora cuido a Sara. ¡Qué consolador! para Magdalena, Ángel, Cristina, Alfonso que, durante los dos días, en la misa de funeral, llena la iglesia hasta arriba, verse arropados por la mayoría del pueblo, que el velatorio estuviera de flores hasta arriba

. Eso, esa fraternidad, me producían una gran paz interior. Más luego convivir: darle un besico a su hermana Paula, la madre de Pasca, que tiene 94 años, a las dos hijas de Madrid, aunque me trajeran dolorosos recuerdos.

Una de ellas, perdonen no recuerde nombres, trabaja o trabajaba en el Hospital Central de la Cruz Roja, Avnd. Reina Victoria, Madrid. Vio sobre la mesa de un despacho una caja de feos, “La Concepción”, Villalpando, en la puerta la placa,  doctora Sara-Belén Modroño. Se pusieron en contacto. Ambas vinieron contándolo al pueblo. Ayer lo recordamos. -“La apreciaban mucho en el hospital, era una gran oftalmóloga, además tan buena, tan cariñosa…” ¿Cómo no quieren  me pusiera a llorar? Mi prima Tere me consoló.

Sentada, junto a Cristina, una chica con muy buena pinta; la pregunto. –“Soy nieta de Sara Méndez Redondo”.

-“Si hombre, sí, la recuerdo, hija del Sr. Vicente Méndez”. Tu abuelo ¿”Chatín”? Emigraron a Palencia-  (la recordé, agradecida, que una noche le dieron cobijo en su casa a mi tío David ); siendo yo adolescente le vendimos un caballejo para su pequeña labranza.

Me encantó cómo la muchacha conocía a sus ascendientes. Su bisabuelo, Vicente Méndez Chamorro, el mejor maestro albañíl del pueblo, tuvo con dos mujeres hermanas, ocho hijas y dos hijos, uno de la primera, Mariano, y otro de la segunda Emilio, con gran diferencia de edad. Su abuela fue hermana de Peregrina, madre, a su vez Isabel Morales Méndez, (Vicenta, Julio, Eugenio, Enrique y Pedro fueron el resto de los hijos) la esposa de Alejos.

¡Ocho hermanas! Esto de las genealogías de las gentes del pueblo me encanta, pero de eso, como de jugar a la pelota, sabía más Alejos que yo. Voy a intentar recordarlas por los maridos: la mujer de Nazario San Pedro, la dicha de Pedro, “Tranquilo”, Morales; la de Antonino Blanco,”el Ingeniero”, otra casada con uno de Cotanes, Demetria, creo se llamaba; Sara, la de “Chatín”; creo la más pequeña, la mujer de “Jabola”. Había, al menos una soltera, la que cuidó a su padre en la calle Limpia, en una casa que tenía lagar en el corral, al que se accedía desde la casa. Le poníamos la cocina y el portal perdidos de orujo. Me falta una. Alguien me ayudará a recordarla.

Pues eso: que la buena convivencia entre las gentes del pueblo es consoladora y reconfortante.

 

2 comentarios:

Ángel dijo...

LA MUJER DE NAZARIO SAMPEDRO, SE LLAMABA SEVERINA MENDEZ.Y EL APELLIDO SE ESCRIBE SAMPEDRO, NO SAN PEDRO

Administrador dijo...


¡Cuánto me alegro, Ángel! Ya te echaba de menos. Recordaba perfectamente el nombre de la mujer de Nazario, no así el de otras hermanas; además, por brevedad, omito nombres.
En cuanto al Sampedro, San Pedro. Sé que los nombres propios y apellidos no están sujetos a reglas ortográficas; pero yo, ante la duda me ajusto a la RAE, que no te vendría mal repasar: Méndez, tal como lo pronunciamos, es palabra llana, por lo tanto hay que ponerle la tilde, aunque se escriba todo con mayúscula.
Aunque de todo cuanto he escrito reciba solamente, por tu parte, una corrección, no me parece mal. En anteriores ocasiones has aportado cosas importantes. Te animo a que sigas haciéndolo.