domingo, 20 de agosto de 2023

¡POBRE DE MÍ!, QUE SE ACABAN LAS FIESTAS, DE SAN ROQUÍN.

 

    Esto lo podrían   cantar todos mozos, mozas y no tanto, que han vivido las fiestas apenas sin dormir. Se palpa la resaca.

     Han sido unas fiestas magníficas. Les voy a mostrar fotos.

Así ha estado la plaza durante las cuatro tardes. El graderío y los soportales a tope. Mucho juego han dado las reses, sobre todo las del ayuntamiento. Muchos y buenos recortadores.



                                                               ¡Pobre olivo!












       No encuentro fotos de la calle de la Solana, el último día, cuando iban soltando novillos, alguno muy grande, y vacas, una enorme, cornalona. Ahí hubo muchas carreras, mucha emoción, mucha diversión. Estuve en los pretiles; incesantes carreras de la Solana a la Plaza y al revés. Creo que llegaron a juntarse en la plaza más de treinta reses. Puede que alguna, a pesar de tanta capea, estuviera de refresco. Corrían, tiraban cornadas,,, impresionaba ver tanto "ganao" junto corriendo. Al final tuvieron que sacar el tractor, pues no querían entrar en los corrales.

     Me informan oficialmente que, entre toros del día de recortes, y creo que sin contar los de la novillada que habrá esta tarde, sumados los catorce cabestros, hemos tenido este año CINCUENTA Y SIETE RESES. Lejos quedaron los tiempos de la escasez, cuando trían ocho vacas de la Secretaria, y alquiladas, o un año, siendo alcalde Emiliano Suena en que sólo hubo cinco novillos, pequeños y mansos. Andábamos todos por la plaza como si fueron de leche.

    Siendo concejal, dada la penuria de las arcas, buscábamos forma de financiar las fiestas: se pedía una contribución a los de los bares, un año ofrecíamos pegatinas a cambio de un donativo... Sería interesante conocer cuánto han costado las fiestas de este año. A lo mejor, si andamos tan sobrados, sería cuestión de rebajar impuestos y tasas. También se podría pensar en otras inversiones. Por ej.: LA RESTAURACIÓN DE LA IGLESIA DE SAN PEDRO.

    Sé es un coste que no puede afrontar el ayuntamiento, pero sí podría, al menos, retirar los escombros de la ruina del pórtico Sur. Podría, debe iniciar gestiones para conseguir de las Administraciones presupuesto para la restauración.

     En el aspecto lúdico, todos los ayuntamientos lo bordan, "panem et cirquensis", pero en el aspecto cultural, que, al tiempo, podría ser progreso para el pueblo, cero patatero. La única actividad cultural de estas fiestas ha sido la visita guiada por los "monumentos", ruinas la mayoría, del pueblo. Al ver pasar por mi calle a un grupo de personas, me sumé. La cicerone era una ¿funcionaría? de la Diputación, elegida seguro que a dedo. Llegamos a la iglesia de Santiago. Escuché: cuatro generalidades y una inexactitud muy gorda: "que la actual torre tenía otra gemela del otro lado". Vean la portada de mi libro, "Aquellos pueblos". Es la foto del abside de dicha iglesia y , separada por el arco, la única torre que siempre tuvo; pero no explicó que esa iglesia poseía como techo, un artesonado mudéjar de la "Carpintería de lo blanco"; una joya que se llevaron, gratis, a León. Hoy luce en el Hostal de San Marcos... Yo intenté, con humildad, aportar. Pudo haber empezado a mantener un diálogo conmigo. Unas acompañantes que vinieron con la cicerone, me invitaron a marchar, lo que hice.

     Volviendo a lo cultural: a principio de año, rebuscando documentación que probara el origen villalpandino de unos familiares en la Argentina, el lujo de Secretario Municipal que poseemos, me indicó que un chico en prácticas para su licenciatura en Patrimonio, estaba ordenando y catalogando el archivo: toneladas de papeles, pergaminos, documentación de gran valor, tirados y amontonados por los suelos del desván. A los pocos días me llama y me da unos folios con un trozo de árbol genealógico de mis antepasados Modroño Maestre y Chimeno Luna. Había encontrado y sacado todos los nombres, de dos familias numerosas completas, de un Padrón Municipal, manuscrito, claro, del año 1.891.

    Tenía ganas de conocer y saludar a este muchacho, Jaime, hijo de Ricardo Gallego, y nieto de Sole Luna, sobrino de Jose y de Nemesio, "Chanos". Ayer lo hice en la plaza. Ha terminado en junio la licenciatura, prepara un Máster, y le gustaría poder concluir ese trabajo de ordenación, catalogación del archivo histórico municipal de Villalpando, del que me cuenta ha encontrado verdaderas joyas. Aunque sea un tópico no me resisto a lo de que "con un toro menos" habría para costear ese trabajo.

   De ARCHIVOS y de la iglesia de San Pedro, irá el próximo capítulo, D.m.

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    Les muestro la foto a que antes he aludido, con la iglesia de Santiago, torre y parte del ábside, sin restos de torre alguna. Las visitas explicadas por Fernando Cartón, si tuvieron calidad.





    

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