lunes, 24 de julio de 2023

RESULTADOS EN VILLALPANDO EN LAS ELECCIONES GENERALES DE AYER.

 Censo en las generales de ayer. . . . . . .1.133 posibles votantes.

Censo en las municipales de mayo. . .   1.156       "          "         .

Diferencia. . . . . . . . . .                            - 23 votantes.  ¿Es posible haber perdido veintitrés votantes en menos de dos meses?

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RESULTADOS.-  Número total de votantes ayer. . . .  881el 77`7 %. Nº total votantes municipales. . 874

 Con un censo de 23 votantes menos han votado 7 personas más. En ambos casos alto porcentaje de participación.


PP. . . . . . 410 votos,  47'01%.

PSOE. .   242     "      27'75 %.

VOX. .     160    "      18 %.

SUMAR. 28       "     3'21 %.

Abs. . .    252

Nulos.         9      "

Blancos.    16  


    Y ahora, a tenor de los resultados en España ¿Qué?

    Mi primera impresión de persona honesta: el alto porcentaje de españoles que mienten en las encuestas, sobre todo en las hechas al pie de urna. Acaban de votar una cosa y dicen la contraria. 

    Volvemos al bipartidismo feroz: "españolito que vienes al mundo, te guarde Dios...", lo cual desaparecidos, primero UPyD, luego Ciudadanos, Podemos casi casi, era inevitable. Aunque no estamos, ni a mil leguas, de la situación en los años de la 2ª República, la vida política en España se está crispando, y más con este resultado. Entre el votante de PP y VOX existe poca diferencia; igual ocurre entre los votantes de PSOE y SUMAR.

   También preocupante las atávicas diferencias regionales. El PP no sólo gana en la España rural, sino en unas cuantas de las grandes urbes: Madrid, Valencia, Baleares, Coruña. Mientras que es odiado en Euskadi y Cataluña. Los antagonismos regionales van a ser cada vez mayores.

    ¡Qué intrigas nos esperan! Si en los dos grandes hubiera altura de miras llegarían a un pacto, como hacen en Alemania, para no tener que depender de separatistas, ni de amigos de los terroristas, que siempre sacan tajada, ni de radicales de izquierdas y derechas. Lo más positivo de estas elecciones es la pérdida de más de un millón de votos de los independentistas catalanes, que se han ido al PSOE para frenar al PP.

    Otra opción podría ser que gobernara la lista más votada. ¡Por favor!: otras elecciones, no. Más crispación para volver, posiblemente, al mismo resultado, aunque todo dependería también de a quien echáramos la culpa de la repetición.

   Vuelvo a los antagonismos regionales. En Cataluña y Vascongadas ha funcionado el voto del odio a lo español, representado por el PP y VOX. Los catalanes han votado PSOE (cinco diputados más en Barcelona) para frenar ese españolismo de "las derechas". En las Vascongadas el fanatismo y la política educativa, da pie al pueblerino nacionalismo de Bildu, por suerte no mayoría.

    Haría mal Pedro Sánchez en unirse para gobernar a España, con quienes la odian. Reconozco que, a cambio de ciertas concesiones (lo del indulto fue justo y acertado) ha ido desactivando la calentura nacionalista

   Salvo en Cataluña, Vasconia y Extremadura (el error del pacto con VOX, para derrocar a un socialista honrado y querido), y la provincia de Sevilla, las derechas han ganado en el resto de España.

    Entre los privilegios de los partidos nacionalistas está conseguir diputados con muchos menos votos. Así, mientras a VOX le ha costado un diputado 91.932 votos, a ERC, 66.126, y a Bildu, 55.556.

    Con el 90 % del territorio a favor del PP-VOX, sería un error gobernar con quienes odian a ese territorio.

 Si PSOE (como harían los viejos socialistas villalpandinos) y PP, (ambos ya limpios de las pasadas corrupciones) prescindiendo de sus extremos, Sumar y Vox, llegaran a un pacto para resolver todos los problemas que España tiene pendientes, como el de la energía, por ej., y, sobre todo, el de los nacionalismos separatistas, sería la mejor solución. Estoy soñando. Está bueno el patio de los antagonismos, en que no entro. 

    

   COMENTARIO.- 

Blogger Sicosis dijo...

La esquizofrenia en la que habitamos los ciudadanos españoles se vio ayer reflejada en las elecciones generales. Por primera vez se vio eufórico celebrando la derrota a un presidente del gobierno. Nunca antes en la historia de la democracia española un presidente que ha perdido las elecciones se presentaba ante el gran público como el vencedor. Y es ahí donde uno halla el primer síntoma de una sociedad enferma que ha normalizado tener un presidente de gobierno que está en manos de sus enemigos.
Y no seré yo quien se escandalice por vivir en un país heterogéneo, pues considero que es lo más saludable. La homogeneidad sólo puede agradarle al fanático. Siempre parto de una premisa que refleja la naturaleza humana y no es otra que la grandeza de ser diferentes. Entiendo, pues, que la diferencia es inevitable y que precisamente por eso el éxito del ser humano es lograr que los distintos convivan dentro de una armonía.
Ahora bien, lo que no logro comprender es cómo alguien puede dejar pasar por alto lo sufrido en los últimos años. La enfermad es más grave de lo que parecía y los síntomas brotan como racimos para contemplar que uno vive en una sociedad que no penaliza la mentira, que es capaz de votar al tipo que se apoya para gobernar en los que asesinaban a sus compañeros y militantes de su propio partido, que no le importa que asalten la justicia, que se libere a violadores y pederastas de las cárceles, que se indulte a condenados por razones políticas, el empobrecimiento generalizado de una población cada vez más cercana a un país del otro lado del charco que de Europa, la masacre fiscal que sufre cualquier trabajador, que un hombre tenga que ver como no obtiene un trabajo a pesar de ser mejor que su contrincante por las cuotas de paridad o -peor aún que lo encarcelen porque es acusado falsamente de maltrato, una ley educativa que no distingue el aprobado del suspenso, reducir la vida a un mero paso sin pena ni gloria conectado al subsidio estatal, etc.

Si todo eso la sociedad lejos de castigarlo lo premia, entonces el problema no es Sánchez sino los españoles.

    

    

3 comentarios:

Sicosis dijo...

La esquizofrenia en la que habitamos los ciudadanos españoles se vio ayer reflejada en las elecciones generales. Por primera vez se vio eufórico celebrando la derrota a un presidente del gobierno. Nunca antes en la historia de la democracia española un presidente que ha perdido las elecciones se presentaba ante el gran público como el vencedor. Y es ahí donde uno halla el primer síntoma de una sociedad enferma que ha normalizado tener un presidente de gobierno que está en manos de sus enemigos.
Y no seré yo quien se escandalice por vivir en un país heterogéneo, pues considero que es lo más saludable. La homogeneidad sólo puede agradarle al fanático. Siempre parto de una premisa que refleja la naturaleza humana y no es otra que la grandeza de ser diferentes. Entiendo, pues, que la diferencia es inevitable y que precisamente por eso el éxito del ser humano es lograr que los distintos convivan dentro de una armonía.
Ahora bien, lo que no logro comprender es cómo alguien puede dejar pasar por alto lo sufrido en los últimos años. La enfermad es más grave de lo que parecía y los síntomas brotan como racimos para contemplar que uno vive en una sociedad que no penaliza la mentira, que es capaz de votar al tipo que se apoya para gobernar en los que asesinaban a sus compañeros y militantes de su propio partido, que no le importa que asalten la justicia, que se libere a violadores y pederastas de las cárceles, que se indulte a condenados por razones políticas, el empobrecimiento generalizado de una población cada vez más cercana a un país del otro lado del charco que de Europa, la masacre fiscal que sufre cualquier trabajador, que un hombre tenga que ver como no obtiene un trabajo a pesar de ser mejor que su contrincante por las cuotas de paridad o -peor aún que lo encarcelen porque es acusado falsamente de maltrato, una ley educativa que no distingue el aprobado del suspenso, reducir la vida a un mero paso sin pena ni gloria conectado al subsidio estatal, etc.

Si todo eso la sociedad lejos de castigarlo lo premia, entonces el problema no es Sánchez sino los españoles.

Txina Villalpando dijo...

Parece que el comentario de Sicosis es un corta pega de un tal Jano Garcia. Lo que esta muy claro por parte mía que cada uno vota lo que quiere, y ahí están los resultados. No se si será una quimera, una fantasía, pero desde el domingo hablando con gente tanto en ocio como trabajo también habían pensado que un pacto PP y PSOE podía ser bueno para España, para terminar con dar tantas cosas que piden los partidos vascos y catalanes entre otras historias varias como la rebajar la crispación que se nota en el ambiente, tanto de HUNOS como de HOTROS.

Administrador dijo...


Totalmente de acuerdo, Fernando. El domingo, en la plaza, me gustó mucho coincidir contigo, tu padre, tu mujer, tu suegro, en esa posición. Mira que lo dije en caliente, cuando escribí la entrada anterior. Muchos moderados, como vosotros y yo, es lo que España necesita.

La noticia de hoy es que dirigentes moderados e históricos del PSOE, encabezados por Nicolas Redondo Terreros, están pidiendo este pacto PP-PSOE.