CARTA A LAS GENTES DE MIS PUEBLOS, Y A LOS QUE ME SIGUEN DESDE LAS CIUDADES.

       Todo las desgracias que están ocurriendo me mueven a dirigirme a ustedes con el corazón en la mano. Perdonen que hoy les hable de mí, y de más cosas.

         En estos momentos mi estado de ánimo (tan peleón, en ocasiones ya superadas) es de absoluta PAZ. A ello contribuye mi interrelación con las personas buenas. Por ej., ayer en la entrada a la iglesia, el gesto, las dos palabras de ánimo de unas cuantas señoras, aunque de momento me hicieran llorar, me hicieron mucho bien. Por la plaza, los sitios por donde ando la reacción de las almas buenas, que son mayoría, me reconfortan.  Y no hace falta que que pronuncien palabras. Es el ademán, la mirada, la sonrisa.

    Como pueden notar me estoy refiriendo al incendio de la modernísima nave avícola de mis hijos. ¡Una  pena!  A la mañana siguiente el primero en llamarme fue un amigo del alma, para contarme casos de siniestros parecidos, que él conocía, y en los que "el seguro se había portado bien!  No pudo ser  más oportuna esa información, tan distinta al de otra señora que me dijo: "Va sí, los seguros hasta que sueltan, si lo sueltan..." Y no lo decía porque tuviera alguna experiencia.

     Son estas las situaciones en que se nota la bondad o la maldad de las personas: las del cumplimiento hipócrita, las morbosas, las que, puede que llevadas por la envidia previa, incluso se alegran de las desgracias ajenas... Haberlas "hailas", que las conozco.

    -"Tan luchadores, tan trabajadores como son tus hijos...." , Pues quiera Dios, o el azar que la empresa "Sara-Belén" hermanos, salga adelante.

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       Hoy también me reconforta, y mucho, lo que más, hablar con mi hermano, escuchar su voz clara, su ánimo, saber que mejoran sus constantes vitales, ¡Maravillosa nuestra sanidad! En  Villalpando está empleándose a fondo.

      Ayer, en el tanatorio, dos señoras y un señor me informaron de los muchos PCR que se estaban practicando y de los muchos positivos que estaban saliendo. Les copio la noticia de La Opinión de hoy:

Mapa COVID de Zamora: Villalpando y Benavente disparan los casos.

     Luego, en la letra pequeña: 28 positivos en Villalpando, 12 más que ayer. Además, por el boca a boca, sabemos que  hay ocho personas ingresadas. Hablaban que  en cenas, meriendas, reuniones se habían producido contagios; también de otra situación que me callo. Una cosa es que la noticia circule por el pueblo, tengamos seguridad de ella, y otra que yo lo escriba aquí. Nadie  tiene culpa de nada, nadie ha contagiado a sabiendas.

     Cuando me voy enterando de alguna familia entera afectada,  independientemente del mayor o menor o nulo grado de amistad, es un sentimiento de tristeza, de sentirlo, lo que me entra. Es que en estas situaciones uno se da cuenta de lo poco que somos, de lo absurdo de nuestras querellas. Las desgracias deben aprovecharse para acabar con "el no me hablo". Con cuatro personas he recobrado la amistad en estos días.

    ¡Bueno!: les he hablado del tanatorio pero no de los difuntos: Anteanoche, de  un infarto, falleció a los 90 años,  ISABEL VILLASANTES FERNÁNDEZ, la madre de Mercedes Allende Villasante. Llevaba muchos años viuda. Su marido, Moisés Allende era de la familia de "Los Guerritas"; ella hija del señor Jerónimo Villasante Lanseros, quien formó parte de la Gestora de Izquierdas en 1936; hermana de "Ofi", fallecida hace poco, y de Jeromito, hospedado en la Residencia.

   Dos días antes fallecieron Palmira de Prada Núñez, de la numerosa familia de "Los Tachueleros", también a los 90 años. Estaba en la Residencia de Villarrín. Su esposo, venido de Cotanes, se llamaba Marcial Galindo. No tuvieron hijos. Me encantaba escucharla las noches que coincidíamos en el Paseo. Tenía la chispa especial de la familia.

    Y Benigno de Prada Rodríguez,  "Grillero" mayor., un hombre trabajador e inteligente, con una memoria prodigiosa.  Siento no haber coincidido más con él. Cuando lo hacíamos me contaba comportamientos de la gente de antes; muchas anécdotas, muchas historias, incluso dramáticas. Él, nacido en el "treinta y seis",  desde muy joven, fue confidente de los oprimidos.

    Deseo a todos mis lectores: PAZ Y BIEN.

    Suyo afectísimo

    A. Modroño.