FELIPE
GONZÁLEZ, EL EMBAUCADOR DE SERPIENTES.
Desde muy joven siempre me preocupó la
cuestión política y social, y al llegar la Transición, ni les cuento.
Convencido de que la iniciativa privada debe ser el motor de la economía, el
haber confiado siempre más en mi propio esfuerzo que en “papá Estado”, y que,
cuando no hay “fariña to son riñas”, he sido siempre anti comunista, anti
socialista (cuando era marxista).
Además me
fijaba en gente de mi generación, quienes durante la dictadura ni la piaban,
quienes no aprovecharon aquellos años de progreso económico y social para,
teniendo la ocasión y a base de trabajo, prosperar económicamente. Decíamos los
de “derechas”: fulanito como no ha sabido ganarse el pan, ahora quiere lo de
los demás. Luego estaban los rabiosos de izquierdas, cuyo sectarismo y odio,
aunque les hubiera ido bien con el franquismo, me repelían. Éstos no querían la
democracia, el bienestar general, sino el dar la vuelta a la tortilla, para
quedar ellos encima.
Cuando en octubre,
el 28, del ochenta y dos, Felipe González sacó 202 escaños, fui Presidente de
Mesa. Les di la enhorabuena a los eufóricos (más que si les hubiera tocado la
lotería) socialistas históricos locales que anduvieron toda la jornada por
allí, y a las cuatro de la mañana me fui a dormir, tan tranquilo. Al día siguiente,
nos daban permiso, no fui a la escuela. Salgo hacia el mediodía y me encuentro
con un trabajador autónomo, labrador y
granjero, muy preocupado: -Tranquilo, -le dije-, que ni a ti te van a quitar
las tierras (50 Has. de dos hermanos.) ni a mí la escuela. Todavía perduraba en
muchas mentes aquello del reparto.
Mis últimas
lecturas han sido: “Amarga victoria” de Pedro J. Ramirez, toda la historia de
los GAL pormenorizada; “A Sangre y fuego” de Manuel Chaves Nogales, un fresco
de la estupidez y la crueldad en la guerra civil española que enlazó mis
sentimientos pacifistas con el de Paul Preston, del que les hablé.
Ahora,
cuando surge la petición de investigar a Felipe González, me pilla leyendo “EL
FANGO” “Cuarenta años de corrupción en
España” de Baltasar Garzón, crónica de toda la corrupción en España,
incluida la judicial, si lo sabrá él.
¿Mérito de
F. G. en la Transición?: la de un listo que se olió la tostada: no era la
confortable sociedad española de 1975, a pesar de la cierta crisis por la subida del petróleo, que llevó al 7 % de paro, la hambrienta y rabiosa de 1936. A los “rojos
de pedriguí ” que quedaban, salvo los pocos del PCE (únicos que le habían
plantado cara a Franco) los había desteñido el piso, “el seiscientos”, el
bañador, Lola Flores, Manolo Escobar y “el Cordobés”. No estaba el pueblo
español por la ruptura, el ajuste de viejas cuentas; no quería más guerras. Si
hasta Carrillo renunció al Marxismo y se hizo eurocomunista. Ya lo decían los de "Jarcha": ¡Libertad, libertad, sin ira libertad..!
Este joven y
carismático “Isidoro”, quien nunca pisó Comisaria alguna de policía como
disidente de la dictadura, se hizo con el liderazgo del PSOE, en nada parecido
al de Largo Caballero, sí al de Besteiro. Era un social demócrata apoyado por
los correligionarios europeos, Willy Brand, por ej., y, con un retórica de
“socialismo”, “igualdad”, “progreso”, “justicia social” “nosotros los
superiores moralmente”, pantalón de pana, camisa de franela a cuadros, y la
“Internacional” y el puño, de tarde en tarde, con el apoyo de casi todo el
centro izquierda, se apuntó, apoyó a los reformistas ( Areilza, Garrigues,
Torcuato, Oreja, Landelino, Fernando Suárez, el de León, Adolfo, Juan Carlos…)
quienes desde dentro del franquismo optaron por la democracia.
Aunque
siempre me pareció un pillo, lo que mantengo, más ahora convertido en un
burgués capitalista, reconozco méritos en su bagaje. El principal: el haber,
para bien, desteñido, aún más, a la “rojería”. Por ej.: estaba en el programa
del PSOE, toda la progresía estaba en contra del “atlántismo occidental”, de la OTAN, aunque nada decían del Pacto de
Varsovia, cuando todavía no había caído el muro de Berlín. Y acuñó un eslogan:
“Otan, de entrada, NO”, y saltó Mingote,
“y de salida menos”.
Pues para lavarse la cara de esa
promesa incumplida e incumplible (si no OTAN, tampoco Mercado Común), se sacó
de la chistera el conejo del innecesario referéndum: preguntar a los españoles
si cumpliéndose tres condiciones, que venían en la papeleta, deseábamos
pertenecer por el bien de España, o no,
al Organización del Tratado del Atlántico Norte.
Pero si ya llevábamos cuatro años en
la OTAN, Gobierno de Calvo Sotelo. Felipe González apostó fuerte. Si salía el
NO dimitiría, dijo. Manuel Fraga en
la oposición abogó por la abstención. Fue una postura honesta. Si hubiera
pedido el NO sumado al de los antiatlantistas, Felipe hubiera perdido el
referéndum y, ¿hubiéramos salido de la OTAN?
Ganó el SÍ, dos millones y pico más
de síes que de noes, pero la abstención fue de más del 40%, sumados a blancos y
nulos, mayoría. Felipe dada su masa de votantes acríticos, obedientes como
corderos, salvó el apuro. ¿Quién se acuerda de las tres condiciones? Ya les
informo que ninguna se ha cumplido.
Una anécdota ilustrativa: cuando, al
cerrarse la votación en aquel referéndum, hubimos de votar los miembros de la
Mesa (en esa también me tocó de presidente), dije que yo no votaba.
-¡”Tienes que votar!, es
obligatorio, vota en blanco o nulo, si quieres, pero tienes que votar”. Me
espetó el, por entonces, líder del PSOE local en democracia. Es un grupito de
lo más incoherente: en el gobierno del pueblo apoyaron o, incluso votaron, a la
derecha corrupta. Si ahora gobierna el,
cuando menos opaco PP en el pueblo, es
gracias a los del puño y la rosa. En las municipales del 2.003, con Carmen en
el culmen de su poder caciquil, el PSOE provincial no encontró en Villalpando,
ni a un voluntario para formar la candidatura. Tampoco encontró ni a un
valiente para actuar como interventores y apoderados en las mesas de las
generales del 2.004. Actué yo, a lo Gary Cooper. Se trataba de comprobar si
seguían votando por correo los ancianos de la Residencia. De los 47 de las
municipales, pasaron a 19 en las generales.
Y de los GAL, qué. Confidencias:
estábamos tan hartos de ETA, era tan insufrible la impunidad con que
actuaban..; en aquellos primeros ochenta salíamos a muerto por semana, que,
cuando empezamos a tener noticias de que alguien “intentaba” tratarlos con la
misma moneda, la mayoría de españoles, sobre todo los de centro derecha, nos
alegrábamos. ¡Ya era hora! Yo pensé que los empresarios, hartos de chantaje,
extorsiones, secuestros, muertes, los habían creado. ¡Cómo imaginarse que aquel
grupo iba a nacer dentro de un gobierno de “izquierdas”, cuando éstas, en
tiempos no tan lejanos, simpatizaban con ETA!
La actuación de los GAL fue una
chapuza (retuvieron durante ocho días en penosas condiciones a un pobre hombre,
Segundo Marey, que no era de la guerra, mataron a García Goena, sin tener
relación alguna con ETAetc, etc.y, además, metiendo la mano en el inmenso cajón
de los fondos reservados. Toda aquella actividad en que estuvieron
involucrados, cito de memoria, Amedo, Domínguez, San Cristobal, Planchuelo,
Damborenea, Rodríguez Galindoo, Rafael Vera, Barrionuevo, etc. etc., policías,
cargos públicos, mando de la Guardia Civil, Director de Seguridad, Ministro de
Interior, ¿se hubiera llevado a cabo sin que Felipe, al menos, se enterara?
Dice
Garzón, (servidor ya lo había pensado) que en el debe de Felipe González
está, con su inmenso poder en catorce años, no sólo en no haber sentado las
bases para barrer toda la basura que venía del franquismo, (Matesa, Sofico,
Fidecaya…) sino al contrario: consentir, tolerar, alcahuetar, que diríamos
aquí, aquellas orgías de corrupción que llegaron al orgasmo con la fuga del
exdirector general de la Guardia Civil, Luis Roldán, la dimisión del Ministro
del Interior, Antonio Asunción y la rocambolesca detención en “Laos”, mentira,
del fugado.
Aquello fue descomunal: además de
los GAL, Juan Guerra, Filesa, Malesa,
Team-Sport, Carmen Mestre, Urralburu…; los ERES han sido después…
Mala espina nos dio cuando Aznar,
indultó, tapó, no levantó las alfombras de los papeles reservados. Pues ya ven:
Bárcenas, Corres, “El bigotes”, Rodrigo Rato, Ana Mato, la Cifuentes, Granados,
Matas, Zaplana, Camps…,
Puedo presumir y presumo de que,
dentro de mi humildad, fui la primera voz que se alzó dentro del PP contra su
corrupción a nivel local y provincial. Me tuvieron que oír y oyeron en Victor
Gallego, Sede Provincial. Poco caso me hicieron, en principio, después, ante las evidencias, ya
sí. (Aunque visto lo visto, mejor hubiera sido Paquita que el Lentejas, al
menos ésta tenía muy legal su ganadería). No me hicieron caso porque tenían la
sartén de la “justicia” (Audiencia Provincial de entonces) agarrada por el mango. . Me marché dando un
portazo
Garzón lo cuenta: cuando una parte
de la justicia está condicionada por las afinidades, por los agradecimientos a
quienes los nombran (vocales CGPJ) mal asunto.
Han sido los periodistas (este blog es un pequeño periódico)
independientes quienes destaparon los casos, quienes crearon una opinión
pública contraria a la corrupción.
Son los jueces honestos (he sufrido deshonestidades, y, haciendo justicia, me han reconfortado los
honestos) quienes están limpiando este país. No me explico, siento verdadera
curiosidad por saber qué motivo la actuación de aquella jueza. ¿Sabes tú algo,
Lentejilla?
Esa utilización de la justicia en su favor por parte de Felipe González
(fue bochornosa su presión al Presidente del Tribunal Constitucional, Manuel
García Pelayo, quien hubo de votar en el caso Rumasa, contra su conciencia, no
lo soportó y volvió a exilarse; fue bochornosa la persecución al juez Marino
Barbero, instructor del caso Filesa, quien, mayor y cansado, arrojó la toalla),
y luego por parte de Aznar, a Rajoy ya no le ha valido (“Sé fuerte Luis”), esa
utilización, digo, es el meollo de la peor de las corrupciones.
P.D.
Aclaración: Siendo de joven, y no tanto, afín a UCD, a AP, la corrupción, hace ya muchos años, me hizo abandonar a los
de la gaviota. De ese gesto deberían aprender quienes son acérrimos a los
partidos de derechas e izquierdas. Ese fanatismo que les hacía decir cuando
González: “robarán, pero son los míos, ya era hora que les tocara”.
De
mis lecturas, investigaciones, vivencias habrán visto que estoy mucho más cerca
de los jornaleros de antes, de izquierdas, que de los señoritos terratenientes
de derechas; que prefiero entenderme con las personas cultas de izquierdas
mejor que con los patanes de uno y otro signo. Pasa que lo de izquierdas y derechas,
desde que se ha demostrado que la forma menos mala de organización económica y
social es la economía de mercado, es más una posé que otra cosa.
Los valores humanos, que no son inclusivos de partido alguno, es lo que debe contar. No sé si F.G. los posee- Honesto, honesto no fue, pero resulta que su "pillería" fue buena para la nación, destiñendo a la rojería, (aceptación de la monarquía, reforma y no ruptura, atlantismo, borrón y cuenta nueva en lo de guerra civil; otra cosa es recordar a todas las víctimas, a todas; reconversión industrial, etc...), proclive a desteñirse, modernizó, apaciguó lo de las dos Españas, por lo tanto, ponerse ahora investigar si él es el Sr. equis, no merece la pena.
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