miércoles, 19 de agosto de 2020

LA POLÍTICA VILLALPANDINA: un residuo desde los tiempos de la Restauración al Franquismo.

 

             Cuando en 1874 don Antonio Cánovas del Castillo reinstauró la Monarquía en la persona del joven Alfonso XII, intentó darle una apariencia democrática de monarquía parlamentaria. Fue la época del turnismo entre los dos grandes partidos: el conservador de don Antonio y el liberal de don Práxedes Mateo Sagasta. Con mucha frecuencia se turnaban. Crisis de gobierno. Salen los conservadores, entran los liberales y viceversa. Con un esperpento de elecciones intentaban darle apariencia democrática: sólo votaban los barones, mayores de 23 años. Del Ministerio de la Gobernación salían las órdenes a los Gobiernos Civiles de cada provincia. De ahí a los caciques comarcales y locales, dueños de vidas y voluntades en villas y aldeas: daban o no daban trabajo según a quién; arrendaban tierras, según a quien; libraban de la mili, según a quién; acogían en el asilo o en el hospicio, según el mismo criterio.

          En Villalpando, a finales del XIX, el cacique era el Secretario del Ayuntamiento, llegado joven de Galicia y emparentado con una de las familias ricas del pueblo. Se lo oí contar muchas veces a mi abuela. Un hermano suyo, el único varón vivo, Primitivo Chimeno Luna, se libro de ir al matadero de Filipinas o Cuba, porque su padre, mi bisabuelo Pedro, le dio al "Gallego" la mejor tierra que tenía.

         Muerto Alfonso XII a los 27 años, y eso que Puigmoltó (o algo así), un capitán valenciano chulo, de los que "la ponían" preñó de este niño a la pobre Isabel II,  intentando regenerar la sangre borbónica), ni con su viuda y segunda mujer, María Cristina, ni con el idem XIII, ni con la dictadura de Primo (que algo arregló al principio), ni con la  II República, ni con Franco, se consiguió erradicar ni la corrupción ni el caciquismo. Ahora, en la democracia, en esa lucha continuamos.

       Siempre ha sido igual. Los protocolos no han cambiado. Primero el político, el poderoso corrupto que sea, lo niega; segundo, persigue al mensajero. Servidor, con la "hotra" y con "hestos" (que son dos: "El Dúo Sacapuntas) ha sido un buen ejemplo de "mensajero" perseguido. Lo bonito, lo reconfortante es que vivimos en un Estado de Derecho y que, la mayoría de la justicia, cada vez está más limpia; y que por encima de pueblerinas primeras instancias judiciales, si éstas pisotearan al justo, existen Audiencias Provinciales y Tribunal Supremo.

       Pero, a lo que vamos: lo de perseguir al crítico, al disidente es una práctica anacrónica que en este pueblo se sigue practicando. Observen con atención la señal de tráfico de la foto. Está colocada ahí, exprofeso para fastidiar a Antonio Burgos Morán, nadie más, en ese tramo de calle carga y descarga, pues, como  es libre,  disidente, y a nadie le tira de la levita, a fastidiarle. Le están cronometrando. Si se pasa de los quince minutos, ya avisan a la Guardia Civil. Como sanción por ese motivo no está contemplada en las ordenanzas municipales la benemérita no denuncia. Manda el "regidor" a uno de sus últimos monaguillos, a los mayores no se atreve. Toño, ni caso.

       Vende mucho, sobre todo fruta y verdura. En quince minutos le es imposible descargar y colocar la furgoneta llena que trae del almacén. Pues no paran de tocarle las narices.  

       Antes de colocar esa señal de aparcamiento prohibido, estaba la de DIRECCIÓN PROHIBIDA, como en los otros tres accesos a la plaza. ¡Claro!: si se prohibía circular, sobraba lo de prohibido aparcar. Pues les aviso QUE HAN QUITADO LA DE DIRECCIÒN PROHIBIDA, y que, por la tanto ya, desde la Plaza de las Angustias, SE PUEDE ACCEDER a la Plaza Mayor.

       Además puede haber clientes que vayan a la compra con el coche y quieran aparcar delante de la tienda. ¡Pues no señor!, que Toño no es del régimen.

       Pero en esta persecución caciquil, a la antigua usanza, no culpo sólo al mandamás, al profesional de la política, al "estajanovista" que, en larguísimas jornadas, rebuscando hasta cualquier cosa, y con sus dotes disuasorias con las señoras, consiguió los nombres para la lista pepera, sino al conjunto de la Corporación, sin olvidar que Toño Burgos, como servidor y mi hijo, a última hora, de prisa y corriendo, más una familiar y un amigo, completamos la "desanulada" candidatura de Ciudadanos.

      Y, ya de paso, por si lo lee Requejo, le recuerdo que si tiene tres concejales de C,s más en la provincia, no se olvide a quien se lo debe.  

        Es que, en Zamora, como toda la vida, el periódico único, está al servicio del poder provincial, que sigue siendo el PP. De ahí que, cada poco, con chorradas saque a alguno de sus alcaldes, y al "Pemán" de turno. Sí, en este régimen, como en el franquismo, también tenemos un Pemán,  el narrador de las pretéritas "glorias", de cuando los señoritos y el hambre. Un "Pemancillo" de andar por casa, siempre al lado del poder para satisfacer vanidades, y, como ama tanto al pueblo cuyas glorias ensalza, se ha ido con su familia a vivir a la capital. Cuatro menos en el padrón: ¡Empadrónate! o te ponemos una señal de aparcamiento prohibido.

      

         P.D. : Dado, insisto, en que han quitado la señal de DIRECCIÓN PROHIBIDA, puede que la prohibición de aparcar a Toño, más de 15 minutos, sea para dejar el paso libre a la plaza, a todo quien lo desee. O sea: ¿Ya han abierto la plaza? Desde luego vehículos, cómo no, hay por la mañana a todas las horas.

            


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