viernes, 27 de octubre de 2017

RECORDANDO.


    Hoy hemos de recordar a  "Nisio, el Tarín". Dionisio González Boyano. Me sorprendió y entristeció cuando anoche  Sara me vino con la noticia. Creo no hacía tanto que lo había visto, como siempre, de paseo por la carretera de Zamora. o por el camino de Canillas. Como siempre tan menudo, delgadito, callado y  discreto. Tenía 83 años.

   A veces, me paraba a conversar  un poco con él, del tiempo, del campo, que era su afición. Era un hombre juicioso con quien se podía hablar.

   Y me pongo a recordar a esta familia de "los Tarines": Carmen, Avelino, Poli, Tomás, Nisio, Cuca, Acacio y Peque. Ocho, criados en la casica esa del "Juego Pelota", con el jornal, cuando lo tuviera, del padre, que murió joven. en los años de la posguerra. ¿Cómo subsistían? A base de trabajar desde niños en lo que pillaran, y de la caza. Tenían una escopeta y un burro. Gente laboriosa y honrada hasta dejarlo de sobra.

   Nisió trabajó de pocero, picando pozancones a pico y pala, de albañil, tuvo unas vacas, y crió, junto con Josefina cuatro hijas y dos hijos. Todos bien guapos. Descanse en paz.

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    Aunque fallecida hará ocho o diez días, quiero también recordar a Clara "la Pascua". Clara Álvarez Aínse De verdad que por esta mujer sentía ternura y admiración. Otra persona para la que, desde muy niña, la vida fue dura. Otro ejemplar de aquellas gentes humildes tan llenas, sin embargo, de valores humanos.

    Clara, que en el 36 debía andar por los doce años, sufrió el fusilamiento de su hermano Toribio. Ya desde entonces salía al campo con su madre a apañar todo lo aprovechable; cardeñas, amapolas, hierba para los conejos; ababanjas, cardillos, espárragos para vender por las casas; manzanilla al tío que venía a comprarla.

    Cuando cogían varias docenas de espárragos, el silvestre, autóctono, prácticamente desaparecido, iban con la cesta llena, andando, a venderlos al mercado de Benavente.

    Casada con Felipe Rabanales, de los "Rebulle", crió, con jornal de su marido, como mozo de año, lo recuerdo en casa de Vicente "el Pastor", cinco o seis hijos. Marcharon muy pequeños y  salvo, al menor, Angelito, no los recuerdo bien.

   La veía por san Francisco, tan enjuta y me parecía llevaba encima toda la carga de una vida tan dura. En sus últimos años, creo hasta los 96, se la llevaron las hijas a Madrid.

   Ya que no pude ir al funeral, reciban todos mi afecto.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Muchas gracias en monbre de toda su familia por recordar de ese modo a nuestra madre que nunca la olvidaremos
Gracias

Unknown dijo...

Muchas gracias
En nombre de sus hijos por recordar a nuestra madre
A la que nunca
Olvidaremos
Gracias

Administrador dijo...


No hay motivo para las gracias. Es de justicia este recordatorio. Bien que sentí no poder ir al entierro. Un saludo cariñoso a todos tus hermanos