CONFLICTO ENTRE PODERES.
El Pleno Tribunal Constitucional,
con seis votos a favor y cinco en contra, admitiendo a trámite el
recurso de amparo presentado por Diputados del Partido Popular, ha paralizado
el debate de enmiendas presentadas por grupos de izquierdas en el
Congreso de los Diputados con las que se pretendía reformar la Ley Orgánica del
Tribunal Constitucional y la Ley Orgánica del Poder Judicial.
Un poco de historia en lenguaje
asequible: desde los comienzos de nuestra democracia existió siempre por parte
de los políticos el afán de controlar, o al menos influir, sobre los jueces.
Conviene recordar cómo influyó Felipe González sobre el entonces presidente del
Constitucional, quien había regresado del exilio tras el franquismo, nuestro
paisano Manuel García Pelayo, para que éste, con su voto de calidad, decidiera
sobre la constitucionalidad de lo de Rumasa. Don Manuel votó contra su conciencia, dimitió y regresó
al exilio.
A finales del siglo pasado,
conocí, viví desde dentro la corrupción del Partido Popular en el Caso Zamora y
el Casito Villalpando. Entonces, que ahora no, tenían con ellos al Presidente
de la Audiencia Provincial, quien después de tapar ambos, se largó a las
Canarias.
En la condena al inocente, producida
en el Juzgado de Villalpando en 2.017, tan injusta y arbitraria, no sé si
influiría (no me explico las motivaciones) el PP. La Audiencia Provincial de
Zamora y en el Tribunal Supremo hicieron justicia. Así espero que ocurra con la
Fiscalía Anticorrupción, pues todo lo ocurrido con lo de “las corraletas” no
debe quedar impune.
Esta lucha por colocar a los
afines en los más altos órganos judiciales entre PP y PSOE, viene de
muy lejos. Siendo cierto no debemos meter en el mismo saco descalificador a todo
el estamento judicial, aunque nos escandalice los de jueves “progresistas” y
jueces “conservadores”. El poder político no pudo evitar que jueces imparciales
hayan hecho justicia en todos los casos de corrupción del PSOE y del PP.
¿Qué pasa ahora? Pues que lleva cuatro
años sin renovarse el Consejo General del Poder Judicial, por culpa del PP,
quien tiene mayoría en el mismo de “conservadores”, e igual en el
Constitucional.
Presenta el gobierno y sus socios,
presionado por los catalanes, en el Congreso de los Diputados, un proyecto de
ley para reformar el Código Penal, rebajando las condenas en los casos de sedición y malversación. Una vergüenza. Aprovechando la ocasión,
grupos de izquierdas presentan proposiciones para reformar la Ley Orgánica del
Poder Judicial y la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional. Pretendían con
ello desatascar la situación para nombrar nuevos vocales que, supuestamente,
serían de su cuerda.
Va, entonces el PP, y presenta recurso de amparo ante el TC, pidiendo se paralice el trámite
parlamentario de discusión y votación de tales propuestas. El PSOE presenta
recurso solicitando la recusación de dos magistrados “conservadores” quienes
tienen caducado el mandato. Es inadmitido.
Anoche, a última hora, salta en
notición con que encabezo este artículo: El Constitucional admite a trámite el
RECURSO DE AMPARO presentado por el PP, y, no es sólo que admita a trámite el
recurso tal, sino que ordena suspender cautelarmente la discusión y votación
parlamentaria de dichas propuestas modificatorias de aludidas leyes.
Resumiendo: el TC imponiendo su criterio sobre un parlamento en el que radica
la soberanía popular.
La apoyatura jurídica en que esta
decisión se asienta, “porque la cuestión
planteada es de relevante y general repercusión social, y que, además, tiene
unas consecuencias políticas generales, (Art. 50.1 de la LOTC) es muy
endeble. Desgraciadamente la decisión obedece más a consideraciones políticas
(6 votos a favor, dos de ellos con el mandato ya caducado, cinco magistrados
han anunciado su voto particular, en contra, supongo).
Aclaro: “admitir a trámite el
recurso” no es más que el comienzo de un proceso, de un pleito que, veremos
cómo acaba. No es que haya una sentencia que anule las propuestas de reformas y la validez de su aprobación.
El “Auto” del Constitucional
contempla otra decisión, además de la de admitir a trámite el recurso, la
medida urgentísima de suspender la tramitación del debate en el Congreso de los
Diputados. Busca apoyatura legal, que yo no encuentro, en el Art. 56.6 de la
referida LOTC.
Lo malo es que la reforma del Codigo
Penal, rebajando las penas por sedición y malversación, sigue adelante en el
Senado.
1 comentario:
¿Y los navajazos por la espalda, van a quedar impunes o también esperas que se haga justicia? Taramundi
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